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Con la aprobación de la 'ley trans', España sigue los pasos de algunos países europeos: Dinamarca, Malta, Luxemburgo, Bélgica, Irlanda, Portugal, Islandia y Noruega. Sin embargo, pocos son los que permiten que cada persona decida libremente su identidad de género. Ejemplo de ellos es Europa del Este, donde se dan las peores situaciones para el colectivo en el continente.

Foto: REUTERS/Sergio Perez

Artistas portuguesas de 1900 a 2020 protagonizan la exposición "Tudo o que eu quero" en la Fundación Gulbenkian de Lisboa y en Google Arts & Culture. Se han seleccionado 200 obras de 40 artistas, entre ellas, Paula Rego, Sarah Affonso, Helena Almeida o Joana Vasconcelos. Hasta el 23 de agosto.

Informa Íñigo Picabea

En muchas partes del mundo, se celebra hoy el Día del Orgullo Gay. Otras lo reivindican de forma tímida. En algunas, por ejemplo, en una franja de países que van desde Mauritania hasta Afganistán, salirse del amor heterosexual puede acarrear una condena a muerte. En estas zonas es todavía impensable es activismo público, allí ni siquiera se podría producir lo que nos lleva a conmemorar esta fecha: los choques entre la Policía y la clientela gay del bar Stonewall Inn, de Nueva York, que supusieron el impulso internacional del movimiento por los derechos de las personas homosexuales. Allí, no podría suceder porque ni habría bar gay, ni habría enfrentamientos, sino asesinatos. Para hablar de intransigencia y lgtbifobia no hay que irse tan lejos.

Con el enviado especial de Radio Nacional a Nueva York, Fran Sevilla; y los corresponsales en Berlín, Gabriel Herrero; en Roma, Jordi Barcia; y en Jerusalén, Cristina Sánchez.

En muchos países del este de Europa, y a pesar de las advertencias de la UE, el colectivo LGTBI sufre el hostigamiento y la persecución. Hungría sigue justificando sus leyes homófobas y también Polonia avanza por ese camino. Pero no están solos en su homofobia, el último en cerrar filas es el presidente checo, Lilos Zeman, que ha dicho que comprende a los gays pero no a los que cambian de sexo.

Su opinión ilustra la brecha de valores que dividen a la Unión Europea por el este. La ley húngara que condena la promoción de homosexualidad entre los menores se inspira en la norma rusa de 2013. Budapest la mete directamente en la represión de la pederastia, y se suma a la abolición del matrominio homosexual, la prohibición de que adopten hijos y la proscripción del cambio de sexo. Igual que en Polonia, que a pesar de su enemistad con Moscú va incluso por delante. Un centenear de municipios se han declarado zonas libres de gays.

Agotada la bandera de la inmigración, Orban y el partido ultraconservador, el PiS polaco, agitan la de los gays que corrompen el occidente cristiano frente a la intromisión de Bruselas. Dos enemigos por el precio de uno para ganar las elecciones en clave nacionalista.

El holandés Mathieu van der Poel se lleva la etapa con final en el Muro de Bretaña. En la dedicatoria, el actual campeón del mundo se ha acordado de su abuelo, Raymond Poulidor y su tiempo le ha valido el maillot amarillo.

Tras el parón de la pandemia, las calles de Roma han vuelto a vestirse con los colores arcoiris. Sin carrozas ni grandes desfiles y con llamamientos continuos a mantener la distancia y a no quitarse las mascarillas, la fiesta del Orgullo llega este año en medio de la batalla de la Ley Zan, que divide a los partidos. El diputado del Partido Demócrata (PD) y activista Alessandro Zan es el promotor de un proyecto de ley con el que quiere introducir como delito de odio las discriminaciones sexuales, de género o por una discapacidad, entre otras cosas. El texto es rechazado por la derecha, alegando que coartaría la libertad de expresión, pero también por el Vaticano, que cree que atentaría contra la libertad de magisterio que le otorga el Concordato firmado con Italia desde 1929 y renovado en 1984.

Foto: Desfile del Orgullo en Roma, Italia (EFE/EPA/FABIO CIMAGLIA)