Los ataques rusos tienen un objetivo muy preciso: las infraestructuras que permiten el suministro de energía. Las autoridades ucranianas han pedido a la población que limite el uso de electrodomésticos de gran consumo, como hornos o lavadoras, para ahorrar electricidad. Cuatro subestaciones eléctricas están destruidas en Leópolis y los bombardeos también se han sucedido en Zaporiyia, que se unen a los combates alrededor de la central nuclear.
El presidente Putin se ha reunido hoy en San Petersburgo con el Director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi en un encuentro que tiene lugar después de que Rusia se haya apropiado de la central y haya nombrado un nuevo director.
Reunión del G7 con Volodimir Zelensky. Putin recibe en San Petersburgo al director general de la OIEA, Rafael Grossi. Principio de acuerdo entre Israel y Líbano sobre sus fronteras marítimas y campos de gas. Entrevista sobre el libro " Qatar:La perla del Golfo" con sus autores, Ignacio Álvarez-Ossorio e Ignacio Gutiérrez de Terán. Informe de Transparencia Internacional sobre el estado de la corrupción en 47 países entre 2018 y 2021.
En uno de los parques más populares de la capital ucraniana, muchos kievitas se sienten este martes heridos con la enorme huella que ha dejado un misil ruso en las calles de la ciudad. "Este parquees el alma de la ciudad", nos dice Tatiana, "siempre nos da paz y confort". Estamos en el lugar en el que cayó el lunes uno de los misiles, en pleno centro de la ciudad, muy cerca de la universidad, donde el ataque también causó daños.
Los habitantes de esta ciudad, que llevaba sin ser atacada desde junio, confiesan que vuelven a sentir miedo.
Nueva reacción de los ucranianos tras la nueva oleada de ataques en varias ciudades del país. En Zaporiyia, una de las más golpeadas por las bombas, los vecinos huyen casi con lo puesto con apenas unas bolsas y alguna maleta, pero se van de los barrios donde en los últimos días han muerto decenas de personas.
Muchos kievitas han vuelto al metro de Kiev a buscar refugio. Los ataques de este lunes han sido un golpe de realidad. Rusia ha confirmado este martes los nuevos lanzamientos, algunos desde el mar Caspio, con superbombardeos, y tienen como objeitvo infraestructuras logísticas.
El presidente ucraniano ha pedido a los ucranianos que moderen su consumo de electricidad, una forma de reconocer que Moscú ha conseguido dañar la producción energética del país. El Gobierno de Zelenski dice que son crímenes de guerra y desde la ONU apoyan su tesis.
Rusia sigue golpeando a Ucrania. Al menos una persona ha muerto en un nuevo ataque ruso contra la ciudad de Zaporiyia, que alberga la mayor central nuclear de toda Europa. Es el ataque más importante aunque las sirenas antiaéreas están sonando en todo el país. Pedro Pitarch, teniente general retirado, ex jefe del Eurocuerpo y de la Fuerza Terrestre y ex director General de Política de Defensa, ha explicado en Las Mañanas de RNE que estos ataques son una demostración de fuerza de Vladímir Putin y una muestra de que “esto va para largo”. Rusia ha nombrado un nuevo comandante y sobre el relevo de militares, Pitarch asegura que “es una señal de que las cosas no van muy bien” para Putin. En el inicio de la guerra, las tropas rusas estaban en una actitud ofensiva y explica Pitarch que no se plantearon nunca que podían ser contraatacadas y esto, “es un fallo enorme de inteligencia,” insiste.
José Pablo Ferrándiz, director de Opinión Pública y Estudios Políticos de IPSOS, ha desgranado en Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso algunas de las conclusiones extraídas del Monitor de Resiliencia llevado a cabo por la demoscópica en cinco ciudades de Ucrania durante el pasado mes de septiembre. La encuesta, realizada a 3.000 ciudadanos, ha podido realizarse gracias a que la electricidad y las comunicaciones aún estaban en funcionamiento en Kiev, Járkov, Mykolaiv, Leópolis y Dnipro, según ha explicado Ferrándiz. Entre los datos más llamativos, el desempleo, que ha aumentado significativamente desde comienzo de la guerra, siendo más alto en ciudades de primera línea. Además, los ucranianos que no están desplazados también han sufrido una pérdida significativa de ingresos desde el comienzo de la guerra, aunque, en general, los salarios y las prestaciones se siguen cobrando casi con normalidad. Respecto a las necesidades básicas, el agua potable es prioridad para los residentes de Mykolaiv, donde 3 de cada 4 habitantes reconocen tener serias dificultades para acceder a ella, mientras que, en otras ciudades, los servicios de apoyo social constituyen la primera necesidad para sus residentes, aunque también reconocen falta de agua caliente y calefacción. Mirando al futuro, la mayoría de ucranianos cree que su Gobierno, nacional y local, es el responsable de planificar la reconstrucción del país, dejando en muy segundo plano a la comunidad internacional.