Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

El peñón de Gibraltar es uno de los rincones más peculiares de la costa sur de la península ibérica, un microcosmos británico donde el inglés convive con el acento gaditano. También es un imponente monumento natural de piedra erguido 426 metros sobre el nivel del mar, en el lugar donde se juntan el Atlántico y el Mediterráneo. Un punto estratégico en las rutas marítimas, una codiciada plaza militar donde no han faltado ataques y asedios, especialmente durante el siglo XVIII, cuando Reino Unido la invadió en el contexto de la guerra de sucesión española y posteriormente asumió su propiedad en virtud del Tratado de Utrecht. Las disputas a propósito de Gibraltar han sido continuas entre Londres y Madrid; mientras la primera considera la Roca territorio británico de ultramar, España mantiene que es una colonia en suelo español que debe ser devuelta. A pie de calle, la realidad es que los tres siglos de presencia británica han moldeado a su manera el territorio y el tejido social gibraltareño. Por eso la visita resulta apasionante. En compañía del músico Adrian Pisarello recorremos la ciudad desde la verja, que nos encamina por la única avenida del mundo que cruza la pista de un aeropuerto en servicio. También subimos a la parte alta del peñón para conocer a los famosos monos gibraltareños y disfrutar las vistas desde su reserva natural. Arriba nos esperan el guía Tommy Finlayson y la historiadora de la Universidad de Sevilla Carolina García Sanz para mostrarnos el castillo árabe y el laberinto de túneles que horada la mole caliza. Contamos también con la especial mirada de la pintora Gail Francis-Tiron, que retrata la menos conocida cara oriental del monte, donde encontramos las playas de Sandy Beach y Catalan Bay (La Caleta). No podemos marcharnos sin asomarnos al Museo Nacional de Gibraltar ni a las cuevas de Gorham, declaradas Patrimonio de la Humanidad por ser el último reducto de los neandertales. Recorremos estos lugares junto al director de ambos, el paleontólogo Clive Finlayson. Por último, el historiador y exmilitar Tito Vallejo Smith nos presenta algunos de los bastiones, baterías y cañones más célebres de la plaza.

La primera ministra británica, Liz Truss, rectifica su plan fiscal, echa a su ministro de Finanzas y busca garantizar su supervivencia política. Reacciones a la citación al expresidente Donald Trump para que declare ante la comisión de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Nombramientos que radicalizan las altas instituciones de Italia. Suecia podría formar gobierno. Pena de muerte en las Américas.

Hay escasez de combustible en las gasolineras de gran parte de Francia. Los sindicatos mayoritarios han llegado a un acuerdo para subir el salario a los trabajadores de las refinerías, pero sin el visto bueno del sindicato CGT, que amenaza con extender el conflicto y ya habla de una huelga general.

Foto: Depósito de combustible de Total Energies en Dunkerque (EFE/EPA/TERESA SUAREZ)

La guerra sigue y Ucrania se ha convertido en el perfecto campo de pruebas para las empresas armamentísticas. Desde los drones iraníes que utiliza Moscú, baratos y mortíferos, hasta el escudo europeo antimisiles, que promueven varios países de la OTAN, con tecnología norteamericana e israelí. En el sur de Inglaterra reclutas de Kiev son entrenados por tandas. Desde junio, han pasado por aquí más de 5000 hombres. Al mismo tiempo, en Grozni los chechenos homenajean a Putin por su compleaños y se ofrecen para ir al frente.

Rusia usa drones "suicidas" iraníes, más baratos, para bombardear Ucrania, dada su falta de munición y la eficacia de las defensas aéreas ucranianas. 

Los drones Shahed ("mártir", en persa) sobrevuelan la zona en enjambre hasta encontrar un objetivo y entonces se lanzan contra él, autodestruyéndose. 

Foto: un agente de policía inspecciona los restos de un supuesto dron Shahed-136, fabricado en Irán, tras un bombardeo en Járkov, el 6 de octubre de 2022. REUTERS/Vyacheslav Madiyevskyy