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Si hay un símbolo que representa la guerra fría, ese es el teléfono rojo que conectaba Washington con Moscú. Y que ni era un teléfono, ni era rojo. El sistema se puso en marcha cuando el mundo contenía la respiración por la crisis de los misiles de Cuba, hace 60 años. Y el cine desató nuestra imaginación

Gamlet es uno de los artistas callejeros más famosos de Ucrania. Muestra su obra diseminada por el centro de Járkov. Trabajos en los muros de los edificios dañados por los bombardeos o en los rincones más remotos para contar los horrores de la guerra. Siempre en blanco y negro. Huye del color porque dice que lo importante es la idea para expresar los recuerdos.

Su estudio está en un viejo piso sin apenas ningún lujo, con varias habitaciones, aunque confiesa que donde mejor se inspira es en la cocina.

Arte para combatir, convivir o soportar la guerra en la segunda ciudad de Ucrania y una de las más castigadas por los bombardeos rusos. Un lugar donde la cultura en cualquiera de sus formas de expresión ya se ha acostumbrado a sobrevivir a las bombas.

Esta madrugada Rusia ha atacado Ucrania con 30 drones kamikaze que, a pesar de haber derribado 28, han acabado impactando en el país. Solo contra Kiev se han lanzado una veintena de dispositivos y, aunque han sido repelidos, han alcanzado un punto de infraestructura crítica en la ciudad de Leópolis. También han bombardeado la región de Zaporiyia, donde el combate se ha intensificado en los últimos días.

El Ministerio de Defensa de Rusia ha asegurado que Ucrania planea atacar la península de Crimea con cohetes HIMARS, suministrados por EE.UU., y misiles de largo alcance Storm Shadow, facilitados por Reino Unido. Shoigu ha advertido de que el uso de estas armas "fuera de la zona de operación militar" significaría que EE.UU. y Reino Unido están totalmente implicados en el conflicto.

Las autoridades militares ucranianas aseguran que cada día recuperan más terreno a los rusos y su contraofensiva va liberando zonas bajo control de Moscú, pero ese repliegue deja un peligro escondido: hay miles de minas enterradas.

Sirius es un miembro más de la 37 unidad de artificieros del Ejército ucraniano. Con tan solo tres años atraviesa el umbral de una casa en la que hay explosivos ocultos en una de las aldeas que Ucrania ha reconquistado en la provincia de Járkov.

Desminar en terrenos urbanos es mucho más difícil y arriesgado. Por eso, para ayudar a salvar las vidas de los artificieros es imprescindible la ayuda de perros como Sirius.

FOTO: SERGEY BOBOK / AFP