El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha defendido este lunes los cambios llevados a cabo en la cúpula de la Guardia Civil para hacerla más eficaz y moderna, pero siempre manteniendo su naturaleza militar, su imparcialidad política y su neutralidad.
Ha querido aprovechar la toma de posesión del nuevo director adjunto operativo, Pablo Salas, y del mando de Operaciones, Félix Blázquez, para defender unos cambios que generaron polémica porque se produjeron precisamente después del cese del coronel Diego Pérez de los Cobos tras conocerse el informe de la Guardia Civil sobre el 8M.
Marlaska ha hecho esas consideraciones en un acto al que no ha acudido la ministra de Defensa, Margarita Robles, por problemas de agenda, y con la que, según ha dicho el titular de Interior, aúna voluntades y empeño para impulsar los cambios necesarios en el cuerpo.
Ha reconocido el ministro que la actualidad de la Guardia Civil "ha trascendido de manera importante hasta la arena mediática y el debate partidista", y ha añadido que en los primeros momentos los cambios "siempre generan incertidumbres que el tiempo y los resultados se encargan de desvanecer".