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En la Estación Espacial Internacional sofocar un fuego puede ser cuestión de vida o muerte. Por eso la NASA celebra los 200 experimentos del programa FLEX (Experimento de Extinción de Llamas), que desde 2009 estudia el comportamiento de las llamas en gravedad cero y la mejor manera de extinguirlas.

Ya falta muy poco para que la NASA lance al espacio a su nuevo robot explorador, el Curiosity. La fecha prevista, el sábado, y el destino, Marte. Allí estará cerca de dos años. Su misión es confirmar o desmentir si en ese planeta hay o ha habido alguna vez vida. Y a ello va a ayudar tecnología española.

La nave rusa Soyuz TMA-22, con tres tripulantes a bordo, se ha acoplado con éxito este miércoles a la Estación Espacial Internacional (ISS) y ha disipado los temores originados por una serie de fracasos en el sector aeroespacial ruso.

La nave, tripulada por los cosmonautas rusos Antón Shkáplerov y Anatoli Ivanishin y el astronauta estadounidense Daniel Burbank, se enganchó en el puerto de amarre del módulo Poisk, que forma parte del segmento ruso de la ISS, en una maniobra que transcurrió sin inconvenientes.

  • Roscosmos tiene hasta principios de diciembre para intentar recuperarla
  • Diseños poco probados y decisiones arriesgadas, causas de su fracaso
  • Su eventual reentrada en la atmósfera no supone un riesgo especial

En el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, miran al cielo sin esperanza. Desde la semana pasada no hay contacto con la sonda rusa Fobos-Grunt con destino a Marte. Perdió el rumbo y ahora orbita alrededor de la Tierra, pero calculan que sólo se mantendrá en el espacio hasta enero. Después caerá a la superficie terrestre, aunque no saben exactamente cuándo ni dónde.