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Pasamos las páginas de Kairós de Jenny Eroenbeck editado por Anagrama; La nieta de Bernhard Schlink publicado por Anagrama; Mirafiori de Manuel Jabois publicado por Alfaguara y Las desheredadas de Ángeles Caso editado por Lumen


La esfinge maragata, publicada en 1914, de un lirismo pintoresco y rico en matices no sólo en el paisaje recreado, sino en la interioridad de quien se adentra en él, es una de las novelas más importantes de Concha Espina. Si Altar mayor le supondrá más adelante, en un año tan significativo como 1927, el Premio Nacional de Literatura -aunque, tras la polémica generada por ganarlo ex aequo con Wenceslao Fernández Flórez, ceda la dotación del premio a la suscripción por el monumento a Cervantes-, por La esfinge maragata, que cuenta también con varios poemas incardinados en la narración, obtendrá el Premio Fastenrath de la Real Academia Española. Esa capacidad para adentrarse en el mundo emocional de sus personajes femeninos se mantendrá en toda su obra, que tanto se destaca en La esfinge maragata, destaca igualmente en la novela Dulce Nombre, en 1921: siempre con las mujeres en continua pugna por sacar adelante sus vocaciones y sus sueños, en contra de las imposiciones de la familia y de la sociedad. Como en La virgen prudente, en 1929, con una mujer que también se abre paso en un mundo radicalmente masculino, y ambientada, como buena parte de su producción narrativa, en Madrid. Es interesante el contraste de ese Madrid con el paisaje agreste de La esfinge maragata, las más noventayochista de sus novelas, en la que, como toda esta generación, escribe y ve lo que camina.


'Le dedico mi silencio', novela que se publica este jueves 26 de octubre en todos los territorios de habla hispana, tiene por protagonista a un experto en música criolla que confía en cambiar su país a través de las canciones. "He decidido que esta sea la última novela porque hacerlas me toma tres o cuatro años y, aunque me crea un Matusalén, no aspiro a vivir tanto", ha indicado Mario Vargas Llosa.

(Entrevista de Manuel Sollo). Una mujer, Eva, que podría ser muchas mujeres, siente que su vida deriva, entre contradicciones, hasta el borde de un abismo. Recién separada, con una hija pequeña y una aguda crisis personal, se entrega a una relación dependiente y desquiciada con un directivo de la empresa de su exmarido, el "hombre tumor". Su historia la cuenta Silvia Hidalgo en Nada que decir, novela con la obtuvo el Premio Tusquets 2023. Un embarazo que la incapacita, una crianza entre manchas y pañales, un divorcio que quiebra una vida aparentemente perfecta, una pasión que también es ira y despecho, todo devuelve a la protagonista a la casilla de salida: el barrio humilde y la casa familiar que fue cueva. Retoma así una conflictiva relación con una madre que desconoce los mimos y los abrazos, la memoria de un padre muerto. Sus aspiraciones de éxito social y laboral chocan con el machismo de jefes y compañeros. Vulnerable, huye de la felicidad del hogar, de la oficina, de los libros y de la música, en un camino inhóspito y fértil hacia la dignidad, donde esperan una perra robada y una hija.

En “La España vivida” vamos a tener que ir hoy con mucho cuidado con las palabras. Recibimos a una académica de la Lengua, Aurora Egido, nacida en Molina de Aragón en 1946, y ahora titular del sillón B mayúscula de la Real Academia Española. Es catedrática de Filología Hispánica y ha sido profesora de la materia en varias universidades españolas, entre ellas la Central de Barcelona, la Autónoma, también de la capital catalana, y la de León. Fue en la primera de estas universidades donde se doctoró. Su tesis fue dirigida por José Manuel Blecua, cuyo hijo, también José Manuel, fue quien años después la recibió en la ceremonia de ingreso en la Real Academia, en la que entró de la mano de Carme Riera y José Luis Gómez. Pero quien intervino en respuesta al discurso de Aurora Egido, dedicado a la figura y obra de Baltasar Gracián, fue el poeta catalán Pere Gimferrer, quien citando a Fernando Lázaro Carreter, dijo de Aura Egido que “es un genio”. Y lo explicó afirmando que “nuestra institución ha corroborado hoy la unión de alguien a quien tanto deben la Academia como la filología hispánica”, para añadir que no podría definir mejor a “una persona como Aurora Egido, la que más profundamente ha encarnado la entrega y hasta la inmolación más honda y noble de todo su ser a la pasión por las letras, a la justa y las nupcias de la palabra y la idea”


  • La escritora española, Eugenia Rico, conoce bien Gaza y ha vivido años en Israel, donde tiene familiares y amigos
  • "La historia nos enseña que las guerras no sirven para nada", recuerda Rico recién llegada de la Feria de Fráncfort
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Silvia Hidalgo reivindica desquiciarse o, al menos, hablar del desquicio con su 2ª novela 'Nada que decir' (Premio Tusquets). Nos visita Matt Salinger, el hijo del escritor de 'El guardián entre el centeno' por el 70 aniversario de 'Nueve cuentos' y Don Winslow para recoger el José Luis Sampedro del Getafe Negro. Terminamos con Use Lahoz y un ensayo de Frederic Gros que llega "con la vergüenza a cuestas".

A menudo, el nombre de Shakespeare suele asociarse a lo grandilocuente. Pero la realidad es otra, en tanto que el poeta dramaturgo británico fue, sobre todo, un autor popularEscribía para las masas y de ellas recibía estímulo y respuesta. Y precisamente el afán de devolver al autor su carácter cómico y popular es el espíritu que vertebra la obra Shakespeare en 97 minutos, una comedia delirante que homenajea al autor de Romeo y Julieta y que se puede ver en el Teatro Marquina de MadridChema García Langa charla con Martín Gervasoni y Diego Molero, dos de los tres actores que protagonizan y sostienen la función.