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Casi un tercio de los compradores extranjeros de vivienda en España son británicos. 800.000 personas de esa nacionalidad viven en territorio español. El ministro de Fomento, José Blanco, ha viajado a Londres, junto a la Secretaria de Estado de Vivienda, Beatriz Corredor, para decirles que vuelve a ser un buen momento para comprar después de haberse producido el ajuste del sector inmobiliario. En los principales destinos turísticos la bajada de precio ha sido superior al 20%.

Una resolución de la Audiencia de Navarra ha avalado que si el banco se queda con el piso del que no paga, la deuda queda liquidada aunque el valor de la vivienda no cubra todo lo adeudado.

Tienen más de 70.000 millones de euros en viviendas y suelo que les han entregado promotoras y constructoras que no podían devolver los créditos. Para dar salida a esos terrenos que nadie quiere comprar, algunas entidades financieras se han lanzado a construir.

Julio César es una de las 180 mil personas que durante el 2010 se han quedado sin casa por no poder pagar el piso. Se hipotecó por 283 mil euros gracias al aval de dos familiares. La crisis le ha quitado el empleo y el banco su vivienda. Ha perdido lo que ha pagado y ahora debe 325 mil euros, más de lo que le prestaron. Cada día conocemos más casos de familias inmigrantes y españolas que se quedan sin casa. Se hipotecaron por un sueño y ahora están viviendo una verdadera pesadilla. Es una de las caras más duras de la crisis. Para aquellos que vinieron de lejos volver a su país sea, quizás, su única salida.