El volcán de La Palma está dejando imágenes tan hipnóticas como dramáticas. Sin embargo, hay consecuencias que van más allá de lo visible. La población de La Palma vive estos momentos con mucha angustia.
La actividad del volcán es impredecible, y la amenaza de nuevas bocas que agrandarían la zona de peligro añade más incertidumbre, si cabe, entre la población. Tampoco se sabe a ciencia cierta cuánto va a durar, preocupa el daño que pueda hacer la lava y las explosiones que puedan surgir cuando entre en contacto con el agua del mar. Por otra parte, hay una nube tóxica en la atmósfera que podría acarrear problemas de respiratorios.