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El FBI investiga una avalancha de amenazas de bomba falsas contra altos cargos elegidos por el presidente electo, Donald Trump, para su nuevo Gobierno, y también contra varios congresistas demócratas. Todas se produjeron durante la celebración del Día de Acción de Gracias. Elise Stefanik, designada por Trump como embajadora ante la ONU, es una de ellas.

Foto: Elise Stefanik, designada por Donald Trump como embajadora ante la ONU (REUTERS/Amanda Andrade-Rhoades)

El tiempo de los demócratas se agota. Al presidente de EE.UU., Joe Biden, le quedan dos meses en la Casa Blanca. Es lo que llaman un "pato cojo", es decir, un presidente con pocas posibilidades de sacar adelante nuevas medidas. Como más ayudas a Ucrania contra la invasión rusa. El Partido Demócrata no solo ha perdido la Presidencia. Queda en minoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Una posición muy débil para hacer oposición a Trump. Su primer gran reto es elegir al nuevo presidente del Partido Demócrata a principios de 2025. Ahora mismo es Jaime Harrison. Un cargo que suele tener poca visibilidad en Estados Unidos, pero que a falta de demócratas en puestos de poder podría ganar protagonismo.

Foto: Biden recibe a Trump en la Casa Blanca tras las elecciones (AP Photo/Evan Vucci)

Donald Trump sigue anunciando a los elegidos para formar su Gobierno, unos nombramientos muy controvertidos que tendrán que recibir el visto bueno del Senado para asumir el cargo. Hay voces dentro del Partido Republicano que no parecen estar muy de acuerdo con algunos de ellos. El que Trump quiere como fiscal general, Matt Gaetz es uno de los nombramientos más polémicos. Le pone al frente del Departamento de Justicia que lo investiga por acusaciones de abuso a una menor.

El Senado tendrá que votar también la elección de Pete Hegseth, veterano y presentador de la Fox, para defensa. Sus tatuajes supremacistas blancos y neonazis han inundado las redes. También a Tulsi Gabbard, afín a Rusia, como directora de los servicios de inteligencia, y al antivacunas Robert F. Kennedy como secretario de salud. Todos ellos pondrán a prueba el apoyo de los suyos a Trump en la cámara.

Foto: REUTERS/Mike Segar

"Hagamos América saludable de nuevo", ha prometido Robert Kennedy Jr. El polémico abogado de 70 años conocido por sus ideas antivacunas será quien dirija la sanidad en EE.UU.

Además de Elon Musk, Donald Trump quiere a más millonarios en su equipo de gobierno. Ha propuesto como secretario de interior al gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, y a sus abogados personales para altos cargos de la fiscalía que lidera casos penales contra él.

El próximo presidente de los EE.UU., Donald Trump, tendrá también el control total del Congreso. Los republicanos ya habían recuperado el Senado y ahora se confirma que han obtenido la mayoría en la Cámara de Representantes. Mientras tanto, el líder republicano sigue cerrando su equipo con nombramientos cada vez más polémicos. Pretende, por ejemplo, que el nuevo fiscal general sea Matt Gaetz, un diputado acusado de tráfico de menores que tampoco gusta a muchos dentro de su partido, que podría bloquear su nombramiento en la Cámara Alta. Cuando Trump tuvo sus propios problemas judiciales, Gaetz fue el primero que estuvo a su lado, lo acompañó a su juicio, y dijo que el departamento de justicia estaba comprado.

Foto: SAUL LOEB and ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP

Poco a poco Donald Trump va poniendo nombres al equipo que gobernará junto a él Estados Unidos. Además de Elon Musk, el presidente electo ha elegido al presentador de la FOX Pete Hegseth como nuevo Secretario de Defensa y ha nombrado a sus futuros jefes de política exterior, Mike Walz y, casi seguro, Marco Rubio, que han criticado que los países europeos no aporten lo suficiente a la OTAN. Entre esos nuevos nombramientos están también el nuevo embajador en Israel o el director de la CIA. Algunos han sido ya criticados por su falta de experiencia y todos tienen un denominador común: se salen del perfil habitual del político en Washington y comparten una absoluta lealtad personal al líder republicano.

Foto: AFP/GETTY

Susie Wiles, el cerebro tras la campaña de Donald Trump, será su jefa de gabinete en la Casa Blanca. Es el primer nombre confirmado de su futura Administración, en la que suenan también el magnate Elon Musk o el antivacunas Robert Kennedy Jr., que podría ser secretario de Sanidad.

Para su plan antiinmigración, Stephen Miller será una voz importante. Considerado un extremista antiinmigración, Miller fue el principal artífice del veto contra los musulmanes en la pasada presidencia de Trump y ahora pretendería blindar las fronteras.

Al frente de la diplomacia del país, Trump podría situar al legislador hispano Marco Rubio, o a quien fuera su asesor de seguridad en el primer mandato, Robert O'Brien. Para Defensa se baraja entre otros nombres el de Mike Pompeo, exdirector de la CIA. Al frente del Tesoro, varias son las apuestas: el multimillonario John Paulson y el actual asesor económico del presidente electo, Scott Bessent.

Foto: EFE/EPA/CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH

Héctor Cebolla, demógrafo del CSIC, ha estado en Las mañanas de RNE con Josep Cuní para darle explicación a la cantidad de voto inmigrante que obtuvo Donald Trump y que fue uno de los motivos clave para su victoria en las urnas en estas elecciones. El demógrafo ha expresado la tónica conservadora que suele tener este segmento de la población: "La preferencia de los inmigrantes por políticas más rígidas una vez están establecidos es una constante [...] Tienen convergencias con un perfil de electores relativamente conservadores". Es por esta razón por la que los inmigrantes latinoamericanos "son ciertamente conservadores", argumenta Cebolla: "En ese sentido conectan mucho más rápido con los republicanos que con los demócratas".

Si bien, el demógrafo del CSIC ha añadido que no sólo son inmigrantes latinoamericanos los que cruzan desde México. "Desde 2008 hasta 2018 ha habido una sobrerrepresentación de asiáticos que entraban a través de esa frontera, eran inmigrantes cualificados", y añade que el mito de la inmigración poco cualificada mexicana que cruza desde la frontera sur está volviendo, ahora que la presión migratoria asiática ha empezado a caer.

El recién electo presidente de los EE.UU., el republicano Donald Trump, ha elegido este jueves que Susie Wiles, la directora en la sombra de su campaña, será su jefa de gabinete en la Casa Blanca para su segundo mandato, que comenzará el 20 de enero de 2025.

Wiles será la primera mujer jefa de gabinete, uno de los cargos más importantes de la Administración estadounidense, que se encarga de coordinar a los miembros del gabinete presidencial.

Se trata del primer nombramiento que ha anunciado Trump desde que venció a la candidata demócrata, Kamala Harris, en las elecciones del pasado martes.

Foto de Jim WATSON / AFP

En su discurso de la victoria, Donald Trump citó a dos hombres que no estaban en el escenario junto a él pero que pueden tener un papel importante en su Administración. Ha nacido "una estrella", dijo del magnate Elon Musk. El presidente electo podría encargar al dueño del antiguo Twitter un plan de choque para echar a funcionarios y recortar drásticamente el gasto público.

Trump también se acordó de Robert Kennedy Jr., hijo del asesinado Bobby y del también tiroteado John. Conocido antivacunas, el presidente electo podría ponerle al frente de la Sanidad de Estados Unidos.

Foto: REUTERS / Carlos Barria

La Unión Europea lleva tiempo preparándose para el posible regreso de Donald Trump. Tras conocer la victoria del republicano, Ursula von der Leyen y Charles Michel le han tendido la mano tanto en materia comercial como en política internacional para convencer a Trump de que no imponga más aranceles o deje más sola a Europa en el tablero global. Sin embargo, el mayor temor del continente es que Trump abandone a Ucrania. Por eso, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha pedido al norteamericano que promueva la paz a través de la fuerza de la Alianza.

Informa David Vidueiro, corresponsal de RNE en Bruselas.

El expresidente Donald Trump ha inundado la campaña de amenazas y promesas y ahora muchos se preguntan cuáles de ellas cumplirá. Ha señalado, por ejemplo, a un "enemigo interno", que no ha identificado, y ha asegurado que incluso podría emplear la Guardia Nacional contra este. Tampoco se han librado de sus amenazas sus adversarios. Del general Mark Milley dijo que debería ser ejecutado, y de la exsenadora republicana, Liz Cheney, que ha apoyado a Harris, que debería tener armas apuntando a su cara. Para los analistas, forma parte de una retórica electoral, como la promesa de una deportación masiva de inmigrantes, nuevos aranceles o invertir la política climática. Pero uno de los riesgos clave, avisan los expertos, es que pueda intentar detener los procesos judiciales aún abiertos contra él, como el del asalto al Capitolio o el de los documentos confidenciales que se llevó a su residencia de Mar- A-Lago.