La escalada militar continúa y el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, advierte que la única alternativa a la imposición de sanciones sería el comienzo de la Tercera Guerra Mundial y asegura, además, que sería nuclear y devastadora. Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, reconoce que estas sanciones han asestado un duro golpe a la economía rusa, pero que ésta sigue en pie. “El nivel de apoyo a Putin, a sus decisiones y a sus acciones, es muy alto”, así lo ha afirmado Peskov.
La Asamblea General de la ONU ha aprobado una resolución de condena contra la invasión rusa de Ucrania. Ha obtenido el apoyo de 141de los 193 estados miembros de las Naciones Unidas. Otros 35 han optado por la abstención (entre los que destacan China, Cuba, la India o Sudáfrica) y 12 han decidido no participar en la votación (incluidos Venezuela, Marruecos o Etiopía). Solo ha obtenido 5 votos en contra (Rusia, Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea). El texto "deplora" la agresión rusa contra Ucrania y "demanda" a Moscú queretire inmediatamente y sin condiciones sus tropas del país vecino. Las decisiones de la Asamblea General, sin embargo, no son vinculantes. De hecho, la presente resolución llega después de que el pasado viernes Rusia utilizara su derecho a veto para impedir que el Consejo de Seguridad de la ONU sacara adelante un documento propuesto por Estados Unidos.
Este jueves empezará la segunda ronda de negociaciones. Será en la región bielorrusa de Brest, cerca de la frontera con Polonia y Ucrania. En el cencuentro del lunes, los avances fueron mínimos: Ucrania pide un alto al fuego y el repliegue de las tropas y el Kremlin dice que el estatus de la península de Crimea no es negociable.
La capital, Kiev, ha registrado esta noche un nuevo bombardeo. Los misiles han caído cerca de la estación de tren, que está pegada al Ministerio de Defensa, que podría ser el objetivo original. Según el ministro del Interior ucraniano, la explosión "deja partes de la ciudad sin calefacción". Este ataque se suma al que hubo ayer sobre la torre de televisión. Mientras, la columna de decenas de kilómetros de carros de combate y fuerzas militares rusas sigue avanzando desde el norte hacia la ciudad.
La ciudad de Járkov, la segunda más importante de Ucrania y situada a 50 kilómetros de la frontera con Rusia, también ha recibido duros bombardeos a lo largo del séptimo día de guerra. Según el ejército ucraniano, los ataques han alcanzado edificios de las fuerzas de seguridad y la policía, la universidad o el ayuntamiento. Las tropas rusas se han hecho con Jersón, al sur, según han confirmado tanto Rusia como Ucrania. También han tomado todos los puntos de caceso a Mariupol, un poco más al este.
La invasión rusa de Ucrania continúa con dureza. En el séptimo día de la guerra, se han intensificado los ataques sobre la segunda ciudad más grande del país, Járkov. Los bombardeos son intensos y en las últimas 24 horas han muerto al menos 21 personas y 112 han resultado heridas.
Varios edificios del centro de la ciudad —entre ellos el Ayuntamiento, la sede de la seguridad estatal, una universidad y una comisaría de la Policía— han sido alcanzados, según las autoridades. De momento, la ciudad continúa bajo el control de Ucrania.
En el sur, Rusia asegura haber tomado Jersón, una ciudad estratégica por su proximidad al Mar Negro. En el suroeste, los rusos tienen rodeada Mariúpol, un importante puerto del Mar Negro. Kiev, por su parte, continúa resistiendo después del ataque contra la torre de la televisión. La capital se prepara para el asalto de las tropas rusas que se acercan en un convoy desde el noroeste. Ante la amenaza de la ofensiva en ciernes, miles de personas intentan ponerse a salvo saliendo de Kiev rumbo al oeste, hacia Leópolis.
Nuestro equipo de reporteros en Kiev ha salido esta mañana de la ciudad. Se dirigen hacia el oeste del país, siguiendo el mismo camino que siguen recorriendo los ucranianos para buscar refugio. Una travesía más lenta de lo habitual, por los continuos controles y por los puentes e infraestructuras destruidas por los bombardeos. En el centro de Ucrania se divisan enormes campos de cultivo y pueblos pequeños donde la guerra parece algo lejano, aunque no lo es tanto cuando nos acercamos a los puntos de control que han levantado lugareños, voluntarios y miembros del ejército.
Pocos han sabido ver que Vladímir Putin daría la orden de invadir Ucrania, y son pocos también los que se atreven a aventurar cuál será su siguiente paso. Lleva más de dos décadas presidiendo Rusia y Putin, exagente del KGB, sigue siento una incógnita para el mundo.
Hablan con su padre a diario a través de una pantalla. Le han tenido que dejar atrás. Es bombero en Ucrania. Su mujer Uliana y sus tres hijos de 6,8 y 11 años se han refugiado en casa de un familiar en Guissona, Lleida. Allí también está acogida la abuela. Siguen con angustia las noticias que llegan de la guerra en un país donde habían construido su vida.
La hija de la pareja también proyectaba casarse en Ucrania pero la guerra se lo impidió. Ellos tuvieron que volver rápidamente. Lamentan el giro drástico que ha dado la vida del pueblo ucraniano. Han abandonado sus casas, su trabajo e intentan salvar a sus hijos. Ese era también el objetivo de Gorka: alejar a a su hijo de la guerra. Se lo ha traido a San Sebastián
La guerra en Ucrania ha marcado el primer discurso del estado de la Unión realizado por Joe Biden. El presidente de Estados Unidos ha asegurado que Putin pagará un precio muy alto por iniciar esta guerra, y ha prometido que perseguirá a los oligarcas rusos.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, está interpretando el papel más complicado de su carrera. En el pasado fue cómico y actor, pero su figura nunca había sido tan mediática como en este momento. En medio de un conflicto retransmitido en vivo, ha pasado de ser un presidente cuestionado para convertirse en el líder de un país invadido.
Zelenski llegó al poder en 2019, tras barrer en las elecciones a su rival, Petró Poroshenko. Su rostro era familiar para los ucranianos tras protagonizar “Servidor del Pueblo”, la comedia televisiva que predijo su ascenso a la política. En ella interpretaba a un sencillo maestro que llegaba a convertirse, de forma inesperada, en presidente de Ucrania.
Con su discurso contra la corrupción y su intención de acabar con la guerra en el Donbás conquistó a una población descontenta con la élite gobernante. Defensor de acercar Ucrania a Europa y la OTAN, ha desarrollado una intensa actividad diplomática para conseguirlo. A pesar de todo, antes del estallido de esta guerra su popularidad estaba en caída libre por una serie de políticas erráticas fruto de su inexperiencia.
Ahora, el conflicto lo ha hecho resurgir como símbolo de la nación. Independientemente de lo que suceda, pasará a la historia como el cómico que se enfrentó a la todopoderosa Rusia de Putin.
Los oligarcas rusos, amigos y miembros del círculo más cercano de Putin, son el nuevo objetivo de las sanciones de los países occidentales contra Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania. Millonarios con un gran peso político y económico en el rumbo del país y que podrían jugar un papel importante en el devenir de la guerra en Ucrania.
Varios expertos creen que las sanciones no tendrán un impacto tan directo en la ofensiva rusa y que parece improbable que los oligarcas acaben mordiendo la mano de quien les da de comer. No obstante, algunos grandes millonarios, como Alexei Mordashov, el cuarto hombre más rico de Rusia, ya ha alzado la voz en contra de la guerra.
Pedro Sánchez ha reconocido que la guerra y las sanciones a Rusia van a tener un coste y exigirán sacrificios a España y a Europa. Para hacer frente a este impacto, ha presentado un paquete de medidas económicas, entre ellas un pacto de rentas con los agentes sociales y la prórroga hasta julio de las rebajas fiscales a la luz, el bono social y las ayudas a la industria.
Además, para acelerar la transición energética, se destinarán 100 millones para sustituir alumbrado público y reducir un 70 % su consumo, 500 millones para favorecer el autoconsumo y otros mil millones para impulsar el proyecto estratégico de las renovables.
Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, este miércoles en el Congreso. EFE
Son muchas las familias que intentan alejar a sus hijos de la guerra en Ucrania. A España no dejan de llegar, pero en Ucrania hay quienes no se plantean salir del país y están dispuestos a coger las armas para defenderse de la invasión.
A unos pocos kilómetros de Kiev está Valelry. No nos quiere decir el nombre del pueblo ni dar la cara para proteger a su familia. Con solo 22 años salió de la capital y se unió a una de las milicias de civiles que se ha formado por todo el país. Inna, que está en Kiev tampoco piensa marcharse. Los hombres no pueden salir del país y se va a quedar con su familia. Lo mismo piensa Oleksandra, que tiene 28 años y también está en la capital.