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Las autoridades francesas, con el presidente François Hollande al frente, han rendido un sobrio y solemne homenaje a las víctimas del terrorismo en 2015, que se ha llevado a cabo en la icónica plaza de la República de París. Después del acto, Hollande también ha visitado por sorpresa la Gran Mezquita de la capital francesa.

En una mañana fría y con poca afluencia de ciudadanos, Hollande -junto al primer ministro, Manuel Valls, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y parte de su Gobierno- descubrió una placa en memoria de las víctimas colocada a los pies de un "roble del recuerdo" plantado allí esta misma semana.

Francia se convirtió en 2015 en objetivo prioritario para el estado Islámico. Cinco meses después de los atentados a Charlie Hebdo un terrorista estrellaba su furgoneta contra varias bombonas de gas almacenadas en una fábrica, en el sur del país causando una gran explosión. Poco antes había decapitado a su jefe, que le acompañaba en el vehículo. El terrorista dejó su cabeza en una valla junto a la inscripción en árabe "profesión de fe".

La masacre en el semanario satírico Charlie Hebdo, de la que este jueves se cumple un año, reveló la dimensión real de la amenaza yihadista sobre Francia, que todavía debate hoy cómo hacerle frente con medidas que suscitan reacciones encontradas.

Poco después de las 11.30 de la mañana del 7 de enero de 2015los hermanos Said y Cherif Kouachi irrumpieron en la sede de la revista, en el este de París, que estaba en el punto de mira de los integristas por sus polémicas viñetas sobre Mahoma.

Un año después el Presidente Hollande ha rendido homenaje a las fuerzas de seguridad, volcadas ahora en el estado de emergencia decretado en el país. El presidente les ha pedido máxima coordinación para luchar contra el terrorismo, y ha asegurado que las medidas contra el terrorismo que prepara el gobierno se pondrán en marcha bajo control judicial.

Las autoridades de la capital bávara, Múnich, han rebajado el nivel de alerta en la ciudad después de que no hayan podido confirmar las informaciones recibidas sobre la intención de un grupo de entre 5 y 7 personas de realizar un atentado suicida en Nochevieja en la estación central de la ciudad o en la de la vecina localidad de Pasing.

Dos cinturones policiales regularán la entrada a la Puerta del Sol en Nochevieja, la primera en la que se hará un conteo de los asistentes, con únicamente cuatro puntos para acceder al kilómetro 0 y alrededores, carrera de San Jerónimo, calle Alcalá, Mayor y Arenal. En total, serán desplegados 200 policías nacionales, 300 policías municipales y 50 efectivos de Protección Civil, además de Bomberos. Por primera vez el aforo estará limitado, a 25.000 personas.

Las principales ciudades europeas y de los países amenazados por el terrorismo yihadista reciben 2016 con un fuerte dispositivo de seguridad en sus celebraciones populares, que ha dejado sin fuegos artificiales a París y Bruselas o cerrada al público la Plaza Roja de Moscú. La neoyorquina plaza de Times Square también verá incrementada la cobertura policial para la celebración del nuevo año.