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Estas imágenes, filmadas con drones el pasado martes 5 de abril, muestran cómo los residentes de la ciudad portuaria de Mariúpol esperan en largas colas frente a un antiguo centro comercial para recibir ayuda humanitaria de Rusia, que culpa a los "nacionalistas ucranianos" de la "catástrofe humanitaria" de la localidad.

La ciudad, de 400.000 habitantes y situada a orillas del mar de Azov, ha sido arrasada casi por completo por los prolongados bombardeos rusos que han estado asediando la zona desde prácticamente el inicio de la invasión, para acabar con la resistencia ucraniana. Cientos de miles de personas se han estado escondiendo en sótanos sin agua corriente, alimentos, medicinas o electricidad.

Hoy, la gente solo puede salir de esta ciudad ucraniana a pie o en coche, ya que los esfuerzos para organizar evacuaciones masivas en autobús hacia zonas más seguras del país han fracasado. Así lo explicó la viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk.

El último balance de Naciones Unidas habla de cerca de 1.500 civiles muertos durante la invasión de Ucrania, aunque las imágenes de los alrededores de Kiev de esta última semana hacen pensar que podrían ser más. Hostomel es otra de estas localizaciones al noroeste de la capital que durante un mes ha sufrido el castigo de las tropas rusas. Más de 400 personas se encuentran todavía desaparecidas y las autoridades están tratando de averiguar cuántas huyeron sin comunicarlo y cuántas pueden haber fallecido. Ahora, en manos de las tropas ucranianas, las familias que permanecieron comienzan a reunirse con quienes pudieron escapar durante el asedio de la ciudad. 

Se trata de un punto estratégico, debido al aeródromo construido durante la época soviética del que podría haber hecho uso el ejército del Kremlin en caso de haber mantenido la posición durante más tiempo. 

Enviado especial Fran Sevilla.

Muchos en Rusia, sobre todo las personas mayores y quienes viven en el campo, confían en la versión del Kremlin sobre la guerra de Ucrania que les transmite la televisión. Por ejemplo, les aseguran que la masacre de Bucha es un montaje occidental para desprestigiar a las fuerzas rusas. 

Las generaciones más jóvenes y urbanas, en cambio, se informan por internet y buscan fuentes alternativas. 

Foto: Genya SAVILOV / AFP

Andriy Sadovyi, alcalde de Leópolis, recibe a RNE en uno de los salones del Ayuntamiento. Define la ciudad que dirige como el centro de refugiados más grande del mundo. Dice que se han convertido en dos ciudades, al llegar 200.000 compatriotas de otras zonas atacadas por Rusia. Califica de nazi al país de Putin y es contundente al mirar al futuro: “La paz solo es posible después de la victoria, porque Rusia es un país nazi. Están matando a las personas civiles, a la población de un modo violento. Están violando a las mujeres y matando a los niños”. La solución, añade Sadovyi, pasa por “vencer a ese país y aislarlo para los próximos 50 años: no mantener contactos ni económicos ni nada, solo así podemos combatir este régimen”. Se muestra convencido de que Ucrania ganará, de que “la democracia va a vencer”. Invita a los alcaldes y políticos españoles a que los visiten y pide ayuda para comprar “medicamentos y comida”. Sobre el día a día de su ciudad, cuenta que los ciudadanos ya se han acostumbrado: “Hemos aprendido a bajar cuando suenen las sirenas, al mismo tiempo tenemos que seguir con la producción, porque vamos todos con el mismo objetivo: ayudar al Ejercito Ucrania”.

Rusia ha anunciado una ofensiva final para la conquista de Mariúpol, después de que venciera el plazo dado por el Ejército ruso para que las fuerzas ucranianas depusieran las armas y abandonaran la ciudad en dirección al territorio controlado por Kiev, informa Víctor García Guerrero, enviado especial de TVE a Ucrania. 

En la ciudad aún hay 160.000 civiles que no han podido abandonarla, y que viven sin luz, agua, medicinas ni calefacción. Según el Ayuntamiento, en el sitio de la ciudad, condenado por su brutalidad por la comunidad internacional, pueden haber muerto unas 5.000 personas.

Mientras, la reconquista por las fuerzas ucranianas de localidades en torno a Kiev está sacando a la luz masacres como la de Bucha y la destrucción de Borodyanka y Hostomel. 

Foto: REUTERS/Alexander Ermochenko

¿Cómo se negocia la paz mientras siguen los bombardeos? ¿Qué piden Ucrania Rusia? ¿En qué momento están las negociaciones? Nos lo explica Kristian Herbolzheimer, director del Instituto Catalán Internacional para la Paz.

Escuchamos la desesperación de Alper, que tras más de un mes intenta salir de Turquía y llegar a la Unión Europea con su mujer y su hijo ucranianos.

La foto es de nuestra enviada especial Carmen Julia Hernández, que nos cuenta el recelo de los ucranianos a las fotografías porque pueden revelar puntos clave para el enemigo.

El presidente de UcraniaVolodímir Zelenski, ha comparado este martes en una videoconferencia ante el Congreso de los Diputados la situación en su país con la vivida en la localidad vasca de Gernika en 1937 durante la Guerra Civil, y ha pedido a España "más ayuda con armas y sanciones".

"Imaginen que ahora la gente de Europa viviera en desvanes para salvarse. Estamos en abril de 2022, pero parece que estamos en abril de 1937, cuando todo el mundo supo lo que pasó en Gernika", ha señalado el mandatario haciendo referencia al bombardeo de la localidad vasca.

Las sanciones de la Unión Europea apuntan directamente por primera vez a la energía, su parcela más sensible pero la más lucrativa para Rusia y uno de los principales pulmones económicos rusos en los últimos meses.

Rusia ingresa unos mil millones de euros diarios solo de sus clientes europeos por un gas natural con precios disparados en los mercados. Desde que invadió Ucrania, el flujo no ha cesado, sino todo lo contrario. Aun así, se ha reducido en una cuarta parte respecto al año pasado. Prescindir del gas natural ruso en este momento sería como "pegarnos un tiro en el pie" para la UE y especialmente para Alemania y Austria, avisan los expertos.