Ucrania dice que está tomando la iniciativa en la guerra y pide armas de largo alcance. Este sábado han fallecido dos personas en Járkov por el impacto de un misil ruso. Mientras, en Jersón recuperan cadáveres de las casas, tras la bajada del nivel del agua en las zonas inundadas por la destrucción de la presa de Nueva Kajovka. Veintiocho asentamientos permanecen inundados en la región, en el sur de Ucrania, tras la voladura de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, de los cuales 17 se encuentran en territorio ocupado por los rusos, ha informado el Servicio Estatal de Emergencias ucraniano.
Las autoridades ucranianas han informado este sábado de que ya son 16 las personas que han muerto y 31 las desaparecidas tras la destrucción de la presa en el río Dniéper la semana pasada. Poco antes, Rusia había elevado a 29 el número de muertos por las inundaciones en las zonas bajo su control en el sur de Ucrania.
La ciudad de Járkov está almacenando los proyectiles que caen en su territorio como prueba contra Rusia, a la que Ucrania acusa de crímenes de guerra en el país. Los restos de cohetes, drones o misiles se guardan en un recinto donde se analizan para saber su origen y los daños ocasionados. Ya se cuentan por centenares, pero la Fiscalía ucraniana asegura que no alcanzan ni la mitad de los que han caído en la región desde 2022. Foto: Genya SAVILOV / AFP.
Un equipo de RTVE se ha desplazado hasta el frente en Donetsk, en plena guerra de Ucrania, que cumple este viernes 478 días. Mikol, mayor del ejército ucraniano, muestra una zona oculta por los árboles en la que aparece una lanzadera de cohetes. "Desde aquí avanzamos a posiciones de ataque con la ayuda de drones que fijan los objetivos", explica a TVE.
¿Qué pasó en el Donbás en 2014? ¿Cómo era la región antes de la invasión de Rusia? "Hija de Donetsk" es una novela de la ucraniana Tamara Duda que nos lleva a Donetsk hace nueve años para explicar cómo empezó todo. Hablamos con ella, y nos cuenta cómo poco a poco empezaron a llegar rusos a la región y cómo empezó a ayudar a los voluntarios que defendían a los ucranianos, la violencia en las manifestaciones y la reacción de la sociedad. Muchas de sus experiencias están en esta novela, una mezcla de realidad y ficción. Es una historia que engancha y que a la vez transmite la degradación progresiva de la región, cómo los edificios van perdiendo primero sus habitantes, después los muebles y objetos, las puertas y los grifos, hasta quedarse en una estructura inerte que hemos visto muchas veces en las imagenes que llegan de la guerra.
Javier, ecuatoriano afincado en Ucrania, nos cuenta cómo decidió salir de Ucrania con su familia en los primeros días de la guerra, tras conocer el asesinato de sus vecinos y sus hijos cuando intenaban huír.
Nuestra enviada especial María Eulate, y Luis Montero en la parte técnica, ya han vuelto a España. En esta cobertura han pasado muchas noches sin dormir por los bombardeos muchas horas en vela para reflexionar sobre el miedo. Nos lo cuenta en su última foto sonora desde Odesa.
La retirada rusa deja, en muchas zonas de Ucrania, campos minados que hay que revisar palmo a palmo. En las áreas de cultivo, algunos agricultores han puesto en marcha sistemas de cosecha a control remoto para evitar que les estalle una mina.
Al menos tres personas han muerto y otras siete han resultado heridas en Odesa (sur de Ucrania) al alcanzar un misil ruso el almacén de una empresa dedicada al comercio, según el Ministerio del Interior ucraniano.
Además, dos civiles han muerto esta madrugada en Kramatorsk y un tercero en Kostiantinivka como consecuencia de ataques rusos contra estas dos localidades de la provincia de Donetsk.
¿Qué ha conseguido Ucrania en los primeros días de ofensiva? ¿Cuál es el principal objetivo de esta operación? ¿En qué se diferencia esta contraofensiva de la de 2022? Lo analizamos con Guillermo Pulido, analista de la Revista Ejércitos.
Olga nos cuenta cómo en Leópolis, en el oeste del país, lejos de los ataques, la vida empieza a aproximarse a la normalidad.
Nuestra enviada especial, María Eulate, nos cuenta cómo hace unos días vivieron en Odesa sus peores horas desde que empezó la guerra.