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Decenas de activistas antivacunas han respondido con violencia al operativo policial que pretendía llevar el desalojo del campamento que lleva 23 días montado a las afueras del Parlamento de Wellington.

A fin de evitar el desalojo, los manifestantes han lanzado piedras, adoquines y otros objetos causando enfrentamientos violentos con la policía, que ha respondido con gas pimienta, balas de goma y cañones de agua.

La tensión ha aumentado tras el despliegue de cientos de agentes antidisturbios. Según las autoridades, más de 60 personas han sido detenidas y otros 30 han salido de la zona de las protestas de manera voluntaria. El operativo policial se ha saldado también con tres policías heridos leves y la incautación de 50 vehículos.

"Era una ocupación ilegal, han tenido una conducta hostil, violenta y agresiva durante la ocupación y hoy ha culminado con la ocupación irrespetuosa de las instalaciones del Parlamento", ha dicho la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, en rueda de prensa en Wellington.

Los grupos antivacunas se inspiran en el ‘Convoy por la Libertad’ de Canadá, un movimiento contrario a la vacunación obligatoria que ocupó, desde el 8 de febrero, las inmediaciones del Parlamento de la capital canadiense en protesta por las medidas impuestas para acabar con la pandemia de la covid-19.

El centro de Ottawa, capital de Canadá, recupera su normalidad después de tres semanas de bloqueos por las protestas de los camioneros contra la vacunación obligatoria. Tras una operación policial de gran envergadura, una de las mayores de la historia del país, los agentes han logrado recuperar las calles de la ciudad y despejar el área frente a Parliament Hill. 191 personas han sido detenidas y 76 vehículos remolcados en los últimos días.

El sábado, los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes llegaron a su punto máximo de tensión. Equipados con porras y material antidisturbios, los agentes se enfrentaron a los manifestantes. Se sucedieron los forcejeos violentos, las detenciones y las incautaciones de vehículos. Las fuerzas del orden llegaron a emplear gas pimienta, justificando su uso como medida de defensa ante el “comportamiento agresivo" de los manifestantes, quienes, según dicen, les lanzaron pirotecnia y botes de gas.

Las imágenes de la actuación violenta en algunos casos delas fuerzas de seguridad han desatado fuertes críticas a la Ley de Emergencias. Invocada a principios de la semana pasada por el presidente Trudeau, concede al Gobierno y a la Policía poderes extraordinarios para incautar vehículos, multar y procesar a manifestantes yretirarles sus permisos de conducción.

Mientras los equipos de limpieza rehabilitan la capital canadiense después del caos y el ruido, en Nueva Zelanda la Policía ha arrestado a ocho manifestantes, en la segunda semana de protestas de grupos antivacunas. Siete agentes resultaron heridos durante una operación para colocar barreras de cemento en los alrededores del Parlamento de Wellington para evitar el bloqueo de la entrada al recinto.

Australia ha reabierto sus fronteras este lunes a todos los extranjeros vacunados, después de dos años de cierre por la pandemia. El país impuso medidas muy restrictivas para frenar el virus, por lo que cientos de familias han permanecido separadas desde que entraron en vigor. Han llegado 50 vuelos internacionales y en los aeropuertos se han vivido momentos- de reencuentros muy emotivos. La única condición para su entrada en el país es que estén vacunados contra el Covid-19.

Foto: Dean Lewins / REUTERS

El 90% de los mayores de 60 ya tienen la vacuna de refuerzo, pero por debajo de esa edad las cifras se disminuyen significativamente y tan solo un tercio de los mayores de 30 han recibido el tercer pinchazo. El aumento de los contagios y la conocida como “inmunidad natural” es el motivo principal para rechazar esta última dosis. Y es que, la mayoría de la gente piensa que es mejor aplazar la vacunación para más adelante. Además, los expertos consideran que la sensación de riesgo ha disminuido y, por ello, muchas personas consideran que con dos dosis es suficiente. Avisan, sin embargo, de que el riesgo sigue presente y piden a las autoridades que no envíen “mensajes contradictorios".

Informa Ana Sterling.