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Tras la llamada telefónica entre Trump y Putin, se ha alcanzado un acuerdo para cesar los ataques contra las centrales energéticas durante 30 días. En el informativo '24 Horas de RNE', conocemos los detalles sobre lo que ha comunicado cada país respecto a estos acuerdos.

Sobre el Kremlin, ya se han dado las órdenes correspondientes para palizar las ofensivas. Además, aseguran que, como gesto de buena voluntad, entregarán a 23 militares ucranianos gravemente heridos. Según nos informa nuestra compañera del área de Internacional, Celia Vidal.

El comunicado de la Casa Blanca es más "genérico" que el del Kremlin y nuestra corresponsal en Whasignton, María Carou, nos muestra la hoja de ruta que seguirán. El primer paso será una tregua en el suministro de energía e infraestructuras de forma inmediata; posteriormente, se pactará una tregua marítima, luego un alto el fuego total y, por último, un acuerdo de paz definitivo. Lo que no se especifica es el papel que tendrá Ucrania en esas negociaciones ni si se contará con la UE.

Por último, Fran Sevilla, enviado especial a Ucrania resalta que esta conversación "no se trata de un alto el fuego total como se había acordado con Kiev", y que no tendrá un efecto positivo para el país. En el caso de que se cumpla la exigencia rusa de detener el envío de armas por parte de Occidente, "será difícil ver un camino despejado hacia la paz".

La tregua en Ucrania puede aliviar a la población civil, facilitar la entrega de ayuda humanitaria y dar un descanso a unas tropas agotadas después de tres años de combate sin pausa. La mayor dificultad es la desconfianza. Ni la población ucraniana ni las autoridades de Kiev se fían de Moscú, que a su vez también tiene reservas y exige que Ucrania no aproveche la pausa para rearmarse.

El reto operativo de la tregua es la supervisión: Ucrania y Rusia comparten más de 2000 kilómetros de frontera y unos mil de frente con combates activos. El Kremlin rechaza expresamente la presencia de tropas de países de la OTAN, mientras Kiev reclama garantías de seguridad por ahora no concretadas. Pero los acuerdos no son imposibles. En estos tres años de invasión, Rusia y Ucrania han pactado intercambios de prisioneros, la exportación de cereales por el mar Negro o evitar ataques cuando los inspectores de la ONU visitan la central nuclear de Zaporiyia.

En todos esos casos, Moscú y Kiev han pactado a través de mediadores. En la tregua, el intermediario es Estados Unidos, con un Donald Trump que ya va más allá del alto el fuego, y habla de que se negocie sobre instalaciones energéticas y tierras.

En medio de la incertidumbre sobre si se materializará y se consolidará un alto el fuego en Ucrania, el Ejército ucraniano sigue construyendo posiciones defensivas en los distintos frentes del Donbás. Fran Sevilla, enviado especial de RNE, se encuentra en la carretera entre Kostiantínivka y Kramatorsk: "Vemos cómo los ucranianos se repliegan cada vez más atrás de la línea del frente ante el avance de las fuerzas rusas", cuenta.

Ante un hipotético fin del conflicto, Rusia podría quedarse con los territorios ucranianos que actualmente ocupa, tal y como exige de cara a una negociación de paz. Esto implicaría mantener el control de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa y punto estratégico para la independencia energética de Ucrania. Sin embargo, Kiev no está dispuesto a aceptar este escenario. Ante la prensa ucraniana, el ministro de Exteriores, Andrii Sibiha, ha hablado de lo que no es negociable para ellos, y que va desde no ceder los territorios ocupados a desmilitarizar el país o renunciar a sus aspiraciones de entrar en la OTAN.

En resumen, Ucrania se ancla a sus posiciones iniciales, mientras que el frente continúa moviéndose. Las tropas rusas avanzan precisamente en la región de Zaporiyia y aseguran que han tomado el pequeño enclave de Stepove.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha acusado este sábado a Moscú de retrasar las conversaciones sobre una tregua de 30 días propuesta por Kiev y Washington para reforzar sus posiciones en el campo de batalla. "Quieren una posición más fuerte antes del alto el fuego", ha declarado Zelenski en rueda de prensa. "El retraso del proceso está relacionado con el hecho (...) de que quieren mejorar su situación en el campo de batalla", ha explicado.

Las defensas aéreas ucranianas han destruido 130 de los 178 drones lanzados por Rusia durante la última noche, según ha informado la fuerza aérea de Kiev. Otros 38 aviones no tripulados se han "perdido", ha añadido en referencia a las interferencias electrónicas utilizadas por el Ejército ucraniano para este tipo de aparatos. Las fuerzas rusas también han disparado dos misiles balísticos, asegura Ucrania.

Foto: REUTERS/Alina Smutko

El primer ministro británico, Keir Starmer, cree que Europa debe estar preparada para defender un futuro acuerdo de paz en Ucrania. Para ello, Starmer insiste en una nueva cumbre virtual de líderes en enviar tropas tras el cese de hostilidades.

Ha reunido este sábado por videoconferencia a 25 líderes mundiales de la llamada 'Coalición de Voluntarios' con el objetivo de que asuman compromisos concretos de apoyo a Ucrania y aumenten la presión sobre el presidente ruso, Vladímir Putin, para que acepte el alto el fuego propuesto por Estados Unidos.

Foto: Leon Neal/Pool via REUTERS

El presidente ucraniano considera que la falta de una repuesta afirmativa por parte de Rusia demuestra que Putin no quiere la paz. Zelenski dice que Putin quiere rechazar la tregua, pero que no se atreve a decírselo a Trump. Sobre el terreno, en la región de Kursk, los rusos han logrado recuperar la práctica totalidad del territorio que ocuparon hace meses los ucranianos. Informa Fran Sevilla, enviado especial de RNE a Ucrania.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha señalado que la idea de poner fin a las hostilidades es adecuada, pero que hay matices que deben ser discutidos, por lo que no descarta llamar al presidente estadounidense, Donald Trump, para hablarlo directamente con él. Cree que la tregua debería conducir a una paz a largo plazo y que se deben eliminar las causas profundas del conflicto. Además ha planteado muchas dudas: cómo se verificaría el alto el fuego en un frente de unos 2 mil kilómetros, o si Kiev lo utilizaría para rearmarse o para reforzar su ejército. A pesar de todos esos interrogantes, el jefe del Kremlin se ha mostrado aparentemente dispuesto al diálogo con Estados Unidos, y le ha agradecido a Trump sus esfuerzos para poner fin a la guerra de Ucrania.