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La "movilización parcial de 300.000 reservistas" decretada esta semana por el presidente rusoVladímir Putin, ya está en marcha en Rusia. Los primeros reclutados ya han empezado a ser notificados de su deber de unirse a las filas del ejército para luchar en Ucrania.

Mientras, otros intentan eludir la citación al abandonar el país por el temor a tener que combatir en el campo de batalla, aunque el Kremlin asegura que solo serán llamados a filas los que tengan experiencia militar.

A pesar de ello, en Moscú y otras ciudades rusas, la movilización parcial es el tema de conversación en el transporte público y en la calle, entre mayores y jóvenes.

Las autoridades rusas han detenido a miles de personas que participaban en una protesta contra la movilización militar que anunció Vladimir Putin. Una nueva maniobra del líder ruso que incluye la amenaza nuclear. Manuel Coma, historiador y expresidente del Grupo de Estudios Estratégicos, duda de las intenciones del Kremlin, tanto respecto el uso de material nuclear estratégico (el más devastador), como con el táctico porque, ha dicho, no aceleraría la ofensiva demasiado y "volvería a todo el mundo el contra" si pulsa el botón. Coma lo ve más como una huida hacia delante, una intimidación, ya que "está atrapado en la trampa en la que se ha metido".

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha exigido ante la Asamblea General de la ONU que se imponga un castigo a Rusia por el crimen de agresión y violación de las fronteras y la integridad ucranianas. "El castigo debe mantenerse hasta que se restablezcan las fronteras reconocidas internacionalmente", ha dicho. Además, ha pedido que se prohíba a Rusia votar en organismos internacionales, ejercer su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, las restricciones a los visados para los rusos o la creación de un tribunal especial que juzgue los crímenes cometidos. 

Foto: El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, durante su intervención por videoconferencia ante la 77 Asamblea de la ONU. Reuters/Mike Sega

El anuncio del presidente de Rusia, Vladímir Putin, de la movilización parcial de la población rusa para hacer frente a la contraofensiva ucraniana ha sido recibida con "miedo" y "preocupación" entre la población ucraniana.

Irina es profesora de ruso y llora amargamente ante su casa destrozada por el ataque. Dice que lleva casi 40 años enseñando cultura rusa y se pregunta cómo puede decir Putin que son nazis. "¿Nosotros somos nazis?, se pregunta entre lágrimas.

Dimitri, un profesor de español, explica a TVE que la movilización anunciada por Putin no puede traer nada bueno, sino "más miedo y más preocupación".

Putin ha asegurado que lo hace para "defender" a Rusia. "Occidente quería destruir el país", ha declarado en un discurso televisado, para justificar la "operación especial" en Ucrania.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha calificado de "falsos" los referendos de anexión a Rusia convocados por los prorrusos en el Donbás, Jersón y Zaporiyia. Y ha asegurado que nada le hará cambiar su posición respecto a la ocupación. Ha afirmado además que Ucrania lleva la iniciativa en el frente de guerra, al tiempo que se están descubriendo las "atrocidades" cometidas por los rusos en las zonas recuperadas por el ejército ucraniano. "La situación en el frente indica claramente que la iniciativa pertenece a Ucrania. Nuestros defensores cumplen con mucho cuidado y valentía las tareas establecidas por sus comandantes", dijo Zelenski en su habitual discurso nocturno. Ucrania, explicó, continúa "con las medidas de estabilización" en las áreas liberadas de la ocupación rusa.