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El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha expresado en una rueda de prensa que su Ejército encontrará un "antídoto" contra los misiles Patriot que Estados Unidos va a dar a Ucrania. "Es un sistema anticuado y no funciona tan bien como el sistema S3000 de Rusia", ha dicho.

Putin, además, avisa que "aquellos que hacen esto, lo están haciendo en vano porque solo están tirando del conflicto, eso es todo". Por otra parte, ha asegurado que su objetivo no es otro que el de ponerle fin a la guerra.

La OTAN se prepara para cualquier contingencia en Europa. Un equipo de Televisión Española ha viajado hasta una base aérea de la Alianza en Rumanía para conocer sus sistemas de defensa. Las fuerzas aéreas francesas han desplegado en la base rumana de Capvidia, a 300 kilómetros de la península de Crimea, el centro de control del sistema antimisiles 'Mamba'. "Es un sistema básicamente diseñado para enfrentarse a cualquier amenaza aérea, cazas militares, helicópteros, drones, misiles balísticos o de crucero", explica el comandante Chris. Cinco puestos controlan los avisos del centro de operaciones de la OTAN. Protegen el campo de batalla o infraestructuras críticas. Desde aquí activan si es necesario el sistema.

Corea del Norte ha lanzado este viernes un supuesto misil balístico intercontinental (ICBM) que ha caído en el mar a unos 200 kilómetros de las costas de Japón.

El portavoz gubernamental japonés, Hirokazu Matsuno, ha señalado que voló unos 1.000 kilómetros alcanzando un apogeo de unos 6.000 antes de caer.

Este lanzamiento se produce solo un día después de otro disparo de un misil, de menor alcance, que también cayó en el mar.

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, se ha reunido con los mandatarios de Japón, Cora del Sur, Australia, Nueva Zelanda y Canadá en Tailandia, donde se encuentran con motivo de la reunión del Foro de Cooperación Asia-Pacífico. Harris ha acusado a Pyongyang de "violar" varias resoluciones de la ONU y de desestabilizar la seguridad en la región.

Foto: Anthony WALLACE / AFP

A Mateusz, de 30 años, todavía le tiemblan las piernas cuando mira en dirección adonde cayeron los restos del misil en Polonia, una zona rural con instalaciones de grano en suelo polaco a pocos kilómetros de la frontera con Ucrania. "Podía haber sido yo", repite constantemente. Se salvó porque entraba a trabajar en el campo un poco más tarde, pero conocía a las dos víctimas del impacto.

A la zona, totalmente acordonada, solo pueden acceder expertos de Polonia y Estados Unidos, los dos países que investigan lo ocurrido. El presidente polaco se ha visto con el jefe de la CIA. Reino Unido ha ofrecido asistencia y Alemania, patrullas aéreas conjuntas con Polonia. Kiev exige ver el lugar del impacto y no está de acuerdo con la versión que se da como más probable.

Foto: REUTERS/Kacper Pempel