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En una entrevista para el canal 24h, la directora ejecutiva de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) España, Raquel Martí, ha denunciado el último ataque contra una clínica de la UNRWA en Gaza, donde al menos 22 personas fueron asesinadas, incluyendo 9 niños y 16 mujeres y ancianos. "Entre las víctimas hay muchos heridos graves, y aún no tenemos detalles claros del ataque, salvo testimonios que señalan a la aviación israelí", ha declarado Martí.

El ataque se enmarca en una escalada de violencia tras la ruptura del alto el fuego por Israel hace unas semanas. Desde el inicio de la invasión, "más de 300 instalaciones de UNRWA han sido dañadas" y se han registrado "820 incidentes contra sus infraestructuras", incluyendo bombardeos y uso militar por parte de Israel y Hamas. "El grado de barbarie que está utilizando Israel sobre Gaza no tiene precedentes. Ni en otros conflictos hemos visto este nivel de destrucción contra instalaciones de la ONU, que tienen inmunidad", ha afirmado Martí.

Ocurrió días atrás en Hebrón, al sur de Cisjordania. Una familia palestina descubrió que colonos judíos habían ocupado su casa mientras estaban cenando con parientes. Los israelíes vaciaron la vivienda en la que permanecen desde entonces. Lo hacen protegidos por sus propios soldados.

Las leyes israelíes dificultan que los palestinos prueben la propiedad de sus casas mientras el sistema beneficia a los colonos. Los litigios pueden alargarse durante años y los palestinos acababan abandonado sus casas y sus tierras. Mientras, la ocupación sigue avanzando.

La Guardia Civil ha detenido a tres personas en una vivienda de Barcelona. El operativo forma parte de una operación internacional contra el yihadismo que comenzó el pasado mes de julio y que ya dejó otros tres detenidos acusados de comprar material y fabricar más de mil drones que supuestamente iban destinados al grupo terrorista Hizbuláh para atacar posiciones de Israel. El dispositivo ha empezado sobre las cinco de la mañana en la calle Valencia, muy cerca de la Sagrada Familia. También se han producido arrestos en el Reino Unido y Francia.

Pasadas las 72 horas, encontrar vida es casi un milagro. Pero en la arrasada Mandalay, no dan la batalla por perdida. Ni los rescatistas rusos, ni los de la India, ni los birmanos que siguen sacando cuerpos y tienen que salir corriendo entre continuas réplicas.

Por eso, muchos duermen al raso en un momento en el que la electricidad, el agua y el refugio son un lujo.

Los hospitales están saturados de heridos y sin apenas medicinas para calmarlos. La Junta asume que las víctimas superarán las 3.000. Y en Bangkok, encaramados a la mole de escombros, buscan a 70 obreros atrapados. La angustia crece entre sus familiares.

A tan sólo unos metros, esperan y reciben ayuda los familiares de los obreros atrapados en el edificio que se derrumbó.