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33 médicos españoles viajarán a Filipinas para ayudar a las víctimas del tifón Haiyan (o Yolanda, como se le conoce en el archipiélago). El avión español que salió este miércoles llega también este jueves a Cebú con ayuda humanitaria. En Tacloban, en la isla de Leyte, epicentro de la tragedia, los cadáveres se acumulan aún en las calles. El Gobierno filipino recibe ayuda pero aún tiene problemas para distribuirla debido al estado de las carreteras.

Las autoridades filipinas hablan de momento de 2.275 fallecios por el tifón Haiyan. Además hay 3.300 heridos y más de medio millón de personas sin hogar. La desesperación por salir ha colapsado el aeropuerto. Miles de personas se agolpan durante horas a la espera de poder subir a unos de los aviones que llegan con ayuda. Y también son interminables las colas para recibir alimento. El gobierno ha autorizado la apertura de fosas comunes para enterrar a los muertos y evitar enfermedades y epidemias. El reparto de ayuda humanitaria está resultando lento porque es complicado acceder a algunas de las zonas afectadas.

Seis días después del paso del tifón Haiyan, la asistencia a las víctimas continúa siendo la prioridad. Pero las carreteras siguen cortadas por los escombros, faltan bolsas para recoger los cadáveres y aumenta el riesgo de infecciones. En Tacloban, la zona más afectada se encuentra un equipo de televisión española.

La ayuda a los damnificados por el "supertifón Haiyan", o Yolanda, se reparte con lentitud, mientras se suceden saqueos y pillajes. Ocho personas han fallecido aplastadas después de que una multitud irrumpiera en un almacén de arroz.

Hablamos con Daniel Burgui, de Acción contra el Hambre, quien se desplaza al epicentro del desastre, Tacoblan.

Ya hay contabilizados 2.275 muertos y aún hay 14 españoles sin localizar. Los cadáveres se descomponen en medio del desastre por el tifón. Las provisiones están llegando con cuentagotas a las provincias centrales de Samar, Leyte y el norte de Cebú, las más afectadas por el desastre natural, aunque las agencias nacionales e internacionales han empezado a desplegarse en la región. Cerca de 10 millones de filipinos se han visto afectados por los estragos creados por el tifón, bautizado como "Yolanda" por las autoridades locales, de los cuales al menos 660.000 son desplazados, según el recuento oficial.

Las provisiones de alimentos y agua potable, y el suministro de material médico, llegan con cuentagotas a Filipinas tras el paso del tifón Haiyan.

Sin embargo, el embajador de Filipinas en España, Carlos Salinas, ha asegurado en Los desayunos de TVE que "ahora que las carreteras y los aeropuertos están abiertos los aviones están llegando con ayuda".

"En Filipinas estamos acostumbrados a los tifones, pero no como este último", ha añadido.

La catástrofe del tifón Haiyan o Yolanda es la más grave de Filipinas en los últimos 30 años. La Organización Mundial de Salud (OMS) ha calificado el desastre con categoría 3, el nivel más elevado. La organización ha equiparado la devastación causada por 'Haiyan' a la del tsunami del Índico en 2004 o el terremoto que asoló Haití en 2010.

La propagación de enfermedades como la gripe y la aparición del cólera u otras epidemias es una de las máximas preocupaciones de las autoridades locales.

Desde Tacloban, capital de la isla de Leyte y uno de los lugares más afectados, la enviada especial de TVE, Marían Serén, informa que la prioridad de los equipos de ayuda es atender a los heridos e instalar plantas potabilizadoras precisamente para evitar enfermedades.

Cinco días después de que el tifón "Haiyan" arrasara las provincias centrales de Filipinas, las autoridades locales y organismos religiosos han comenzado a cavar fosas comunes donde enterrar a las víctimas mortales y prevenir así que broten enfermedades y epidemias.

El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, descartó la noche del martes que el número de fallecidos alcance los 10.000, como estimó Naciones Unidas, e indicó que la cifra rondará entre los 2.000 y los 2.500, durante una entrevista con el canal estadounidense "CNN".

Por su parte, la Organización Mundial de Salud (OMS) ha calificado el desastre con categoría 3, el nivel más elevado. La organización ha equiparado la devastación causada por "Haiyan" a la del tsunami del Índico en 2004 o el terremoto que asoló Haití en 2010.