El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso hacía el anuncio a primera hora de la mañana ante el pleno de la Eurocámara. "La Comisión va a presentar pronto opciones para introducir los eurobonos (...). Algunas podrán aplicarse con la actual legislación comunitaria y otras necesitarían reformas en los Tratados".
Los aplausos desde los escaños no han acallado a quienes han reprochado a Barroso que adapte su discurso a los auditorios, hablando de eurobonos en el Parlamento pero evitando hacerlo ante los jefes de Gobierno en las cumbres comunitarias.
Pero hoy se hablaba sobre todo de Grecia. Y es ahí donde el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha alertado de los peligros que acarrearía su salida del euro. "Tendría dramáticas consecuencias económicas, sociales y políticas no solo para Grecia y para la zona euro, sino también para el conjunto de la Unión y sus socios globales", advertía Rehn.
En la misma línea, el ministro polaco de Finanzas, Vicent Rostowsky, en representación de la presidencia europea de turno, rechazaba dejar caer a Grecia porque "sería absolutamente catastrófico para la moneda única y para el conjunto de la Unión", ha dicho.