Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Fran Sevilla, enviado especial de RNE a Kiev, se encuentra en la estación de tren con el chef José Andrés, fundador de la ONG World Central Kitchen, que está cocinando en unas 400 cocinas y distribuyendo comidas en distintos puntos de Ucrania, a las personas afectadas por la guerra. José Andrés se ha desplazado hasta la estación de Kiev para recibir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y dice sentirse orgulloso de la iniciativa de visitar la capital de Ucrania en un momento tan importante.

Sobre el ataque de un misil hace unos días que impactó cerca de una de las 32 cocinas de World Central Kitchen en Járkov, José Andrés cuenta que elmaterial que pudo ser recuperado de esa cocina se transportó en un camión a otra localización y ayer, incluida una de las voluntarias heridas, se puso la cocina en marcha y se reanudó el reparto de comidas. "Me encuentro bien, obviamente estamos en una guerra y nunca sabes cuándo te puede caer un misil, pero me llega de orgullo ver que a estos ucranianos no hay nada que les pare", cuenta el chef a los micrófonos de RNE. "Es muy importante que cada país, cada democracia, estén al lado del presidente Zelenski y de Ucrania", defiende.

"Hay varias Ucranias a la vez. Te puedo llevar a Kiev y puedes ir a un restaurante y comer sushi. A donde va hoy el presidente, Borodyanka, te encontrabas a personas que llevaban 30, 35, 40 días, en los que no había tenido acceso a comida. Incluso cuando una abuela o madre se aventuraba a salir, podían ser disparadas a sangre fría por un francotirador. Son historias que hemos visto", relata José Andrés, cuya ONG reparte 320.000 comidas al día y han repartido millones de kilos de comidas en bolsas. "Hemos tenido mucha ayuda del presidente de los ferrocarriles, donde llevamos muchos vagones de comida cada día a los diferentes puntos de Ucrania, sobre todo a aquellos que están siendo atacados. Estamos estratégicamente colocando muchos alimentos para que, si esas ciudades se pierden, no suceda lo mismo que hemos visto en Mariúpol y otros lugares", cuenta.

Yaroslav Hrystak, historiador, profesor de la Universidad Católica de Leópolis y ex asesor del expresidente ucraniano Petró Poroshenko, habla desde Ucrania con Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso.

Con la traducción de Ariadna Mishchuk.

Rusia está a punto de tomar la ciudad ucraniana de Mariúpol, situada en el Mar de Azov, asediada y bombardeada desde hace más de un mes. La ciudad portuaria, que antes de la guerra tenía 400.000 habitantes, es ahora un erial donde los cuerpos yacen entre los escombros y unos 100.000 civiles intentan sobrevivir sin víveres o huir cuando tienen la posibilidad, como ocurrió con un pequeño grupo este pasado miércoles.

La resistencia se limita a la planta metalúrgica de Azovstal. Allí combaten aún un número indeterminado de soldados de diversos cuerpos y miembros del Batallón Azov, una milicia de ideología ultraderechista encuadrada en el Ejército ucraniano. Según las autoridades locales y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en la planta también hay unos mil civiles, incluyendo familiares de los defensores.

Construida en los años treinta del siglo pasado por Stalin, la planta de Azovstal . Uno de los comandantes de las milicias prorrusas del Donbás la ha descrito como "una fortaleza dentro de una ciudad".

Foto: REUTERS/Alexander Ermochenko

Mariúpol es una ciudad en ruinas, pero el ejército ruso no consigue hacerse con ella. Bajo los escombros de la acería de Azovstal resiste un grupo de militares y civiles ucranianos. Rusia les ha dado tres ultimátums en los últimos cuatro días para que se rindan. El último expiró hace solo unas horas, pero nadie se ha movido. La cuestión es cuánto podrán aguantar. Este complejo construido en la época soviética de 11 kilómetros cuadrados es inexpugnable. Está pensado para resistir un ataque nuclear, así que bombardeos como los recibidos este mes no sirven.

Rusia ha recrudecido su ofensiva en el este de Ucrania tras 56 días de guerra, 24 horas después de anunciar que iniciarían la segunda fase de su "gran ofensiva" sobre el Donbás.

Las tropas rusas continúan el bombardeo en el este el país. Mientras, Mariúpol se mantiene como objetivo clave para la ofensiva liderada por Putin y ha vuelto a rechazar un nuevo ultimátum de Rusia. Además, Moscú asegura que ha enviado una propuesta de acuerdo a Kiev, que dice no saber nada al respecto.

Más de un millón de personas han vuelto a sus hogares en el norte y el oeste de Ucrania, y lo que han encontrado en muchos casos es devastación absoluta. Ahora toca reconstruir pueblos enteros, mientras se investigan posibles crímenes de guerra y se entierra a los muertos en localidades como Irpín, que fueron la principal defensa de la capital, Kiev. Informa Javier Gutiérrez, enviado especial de TVE en Irpín.

[Guerra Rusia - Ucrania: sigue la última hora en directo]

Ucrania ha anunciado este miércoles un principio de acuerdo para abrir un corredor humanitario desde Mariúpol, por el que se tratará de sacar de esta ciudad del sur del país a unos 6.000 civiles, principalmente mujeres, niños y ancianos.

Rusia, sin embargo, todavía no ha confirmado que haya acordado la apertura de una vía segura. En los últimos tres días no se había abierto ningún corredor humanitario, ni en esa ciudad ni en otras partes del este del país, por falta de garantías de seguridad.

Rusia ha dado un nuevo ultimátum a los combatientes del batallón de Azov y a los soldados ucranianos que aún resiste en el complejo industrial de la acería de Azovstal para que entreguen las armas y se rindan antes de las 14:00 hora local. Se trata del tercer ultimátum esta semana.

Según las autoridades locales, en la planta hay al menos mil civiles, la mayoría mujeres y niños. 

Foto: REUTERS/ALEXANDER ERMOCHENKO 

El enviado de RNE al Donbás, Fran Sevilla, se encuentra en la estación de tren Kramatorsk (Donetsk) donde hace diez días al menos 60 civiles murieron y decenas resultaron heridas tras el impacto de un misil ruso mientras esperaban a ser evacuados. Desde este importante punto ferroviario se había organizado la evacuación de buena parte la población del Donbás. Ahora esta región está bajo la presión bélica de las fuerzas rusas: miles de soldados rusos -apoyados por artillería, tanques y aviación- avanzan sobre los distintos frentes del Donbás. Las fuerzas ucranianas aseguran que en los próximos días se espera más presión por parte de Rusia intentando hacerse con el control absoluto de la región.

¿Cómo se alimenta una población en guerra? La ONG World Central Kitchen está trabajando en Járkov, bajo las bombas. Cary Fukunaga, director de cine y voluntario, nos cuenta cómo trabajan para cocinar y dar de comer a la población víctima de los ataques.

Pablo, desde Moscú, nos cuenta que está en contra de la guerra, pero que también entiende la amenaza de occidente acercándose a la frontera rusa.

La foto es la imagen de la oscuridad cuando se apagan las luces en la guerra de nuestro enviado especial Víctor Guerrero.

Rusia ha anunciado una nueva ofensiva para "liberar" el Donbás y ha recrudecido su ofensiva en el este de Ucrania tras 55 días de guerra. Las tropas rusas continúan el bombardeo de las regiones del Donbás y siguen atacando Járkov, en el este. Mientras, Mariúpol se mantiene como objetivo clave para la ofensiva liderada por Vladímir Putin.

Entretanto, la ONU ha reconocido que lograr un alto el fuego aún "no está en el horizonte" en Ucrania, aunque sigue sin rendirse y ya ha acelerado los trámites para entregar el formulario de solicitud a la Unión Europea.