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Luis de Guindos, economista, exsecretario de Estado de Economía, director del Centro del Sector Financiero de PriceWaterHouse y del IE Business School, señala en la Economía en 24 horas que los bancos españoles necesitan entre 20.000 y 40.000 millones de euros para cubrir el agujero de la burbuja inmobiliaria. "La banca española necesita otro proceso de consolidación, sobre todo en el ámbito de las cajas de ahorros, necesitamos credibilidad y transparencia y a partir de ahí hacer los deberes", ha apuntado de Guindos.

"La economía mundial está esperando que en la cumbre de la UE del próximo 23 de octubre se pongan las bases para solución de la crisis" de deuda que atraviesa Europa, ha asegurado. En este sentido, de Guindos señala tres aspectos que deberían debatirse: cómo se reduce el importe de la deuda griega, cómo se recapitalizan los bancos seuropeos y un nuevo sistema de gobernanza de la unión monetaria europea.

Además, de Guindos ha dado por hecho que Grecia no puede hacer frente al pago de su deuda y considera "factible" que se haga una quita del 50%. A lo que ha añadido que cuando se haga, "hay que intentar que eso no afecte a otras economías, como Irlanda y Portugal y tampoco a las economías española y la italiana".

También ha diferenciado el problema de la banca española y europea que considera es la exposición a la deuda portuguesa griega e irlandesa, mientras que España "no tiene ese problema, son los activos inmobiliarios", según ha señalado.

Por último se ha referido a la necesidad de transparencia en los sueldos de los directivos en las entidades financieras. Considera que la dación en pago "es una alternativa viable, podría haber dos hipotecas y entonces veríamos las diferencias. Sería muy bueno tener ese poructo que sería más caro, claro", ha puntualizado.

Las principales Bolsas europeas han comenzado la semana con pérdidas superiores al 1%, a pesar de haber comenzado la jornada en números verdes, con la expectativa generada tras la cumbre de los ministros de Finanzas del G20 celebrada el pasado sábado.

El Gobierno alemán ha rebajado esta mañana las expectativas sobre la cumbre de los líderes de la Unión Europea prevista para el próximo 23 de octubre, en la que se espera concretar un plan contra la crisis de deuda de la zona euro, que evite el contagio de la crisis griega a otros países.

A su vez, el ministro alemán de Finanzas, Wolgang Schauble, auguró que los líderes europeos pactarán una serie de medidas para combatir la incertidumbre en los mercados, aunque se mostró poco convencido de alcanzar una solución definitiva.

El Ibex-35 ha perdido la barrera de los 9.000 y se sitúa en los 8.864 puntos después de bajar un 1,24% este lunes. Los valores más afectados son los bancos. El Santander ha perdido un 0,66%, el BBVA ha cedido un 1,32%, Bankinter un 0,54% y el Popular ha bajado un 1,14%. El mayor descenso ha sido para Mediaset que ha sufrido una caída del 4,39% y ArcelorMittal que ha bajado un 3,70%.

El resto de mercados europeos seguían la misma tendencia, con pérdidas superiores al 1%, del 1,61% en el caso de París, mientras Fráncfort ha cedido un 1,81%, Lisboa un 1,38% y Milán, la más afectada ha perdido un 2,30%. Londres ha bajado un 0,54%.

Nadie se atreve a aventurar cuando terminará la crisis económica que ha afectado a muchos países, entre ellos al nuestro. Pero sus efectos han ido minando la capacidad de gasto de las administraciones para atender servicios fundamentales para el ciudadano. Y la tijera de los recortes ha empezado a funcionar en partidas que se consideraban poco menos que intocables. El primero en tomar medidas fue el gobierno, y le supuso un fuerte desgaste, y más tarde, le han seguido autonomías y ayuntamientos. Hoy casi nadie discute que la crisis financiera mundial ha provocado enormes ajustes. Pero lo que sí se debate es por donde hay que cortar, quien tiene que pagar la factura y si esta reducción del gasto contribuirá o no a dejar atrás el túnel de la crisis.

Los miembros del G20 presionan a la eurozona para que solucione sus problemas de deuda antes de que contagie al resto. El ministro de finanzas francés asegura que la cumbre europea que se celebrará el día 23 será decisiva para que se recupere la economía mundial. La pelota del G-20 está en el tejado de los europeos. Se han comprometido a concretar, dentro de una semana, en cuánto aumentará la deuda a la que Grecia ya no puede hacer frente, y cuál será el precio que tengan que asumir los bancos de la zona euro. Entidades, a cambio, a las que se han comprometido a tener suficientemente financiadas: los bancos centrales les continuarán aportando liquidez.

En París, los ministros de economía de los 20 países más desarrollados y los emergentes, allanan el camino antes de la importante cumbre del G20 a primeros de noviembre en Cannes. La crisis de la deuda europea. y sobre todo si hay que aportar o no más dinero al FMI.

Hace 10 años Génova se convertía en un campo de batalla con miles de jóvenes protestando contra las decisiones económicas del G-8. Ahora en las calles los jóvenes organizan debates políticos. Ya no sólo protestan contra las grandes instituciones internacionales sino contra los gobiernos y las instituciones bancarias de su propios país. Esta reacción responde a una frustración de una generación preparada que ahora no encuentra empleo correspondiente a su preparación y también una frustración en su percepción de como funciona la sociedad.