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En 2023 se cumplirá medio siglo de la muerte de Picasso. El artista falleció a los 91 años en Francia, país que pisó por primera vez a los 19 y en el que pasó la mayor parte de su vida. Y a pesar de todo ello, nunca olvidó España. Afortunadamente aquí tampoco se le olvida. Su relevancia artística en el siglo XX es fundamental y lo que es más importante, las obras de Picasso no han perdido vigencia y siguen influyendo en múltiples generaciones y en diversas disciplinas. Como ejemplo, "Eterno". Un homenaje flamenco a Pablo Picasso que se estrena el 28 de agosto en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial y que dirige Carlos Rodríguez. Con él hemos hablado de la relación de Picasso con la danza, de su relevancia y sus influencias y de este montaje en el que conviven varias disciplinas.

Si nos escucháis habitualmente ya lo tenéis que saber porque no nos cansamos de repetirlo. La danza española se compone de folclore, escuela bolera, flamenco y danza estilizada; es única en el mundo y nos define como pueblo. Y no sólo lo decimos nosotros. Esto es algo que sabe bien Ángeles Arranz que lleva toda su vida vinculada a la danza, primero como bailarina profesional y ahora como docente e investigadora. Un conocimiento que ha plasmado en tres volúmenes editados por Si Bemol: "Danza Española. Arte coreográfico de representación española". De todo ello hablamos en un programa en el que vuelve Luz Arcas y su "Memoría Física" (con Viva! de Manuel Liñan) y en el que escuchamos a Antonio Ruz que está en pleno proceso creativo de "Pharsalia".

La danza rompe barreras con la discapacidad y las personas vulnerables y en riesgo de exclusión. Raquel Martín Alonso nos cuenta la hisotria de Cristina y Nacho, a quienes les ha cambiado la vida la neuropsicodanza, un proyecto pionero en Madrid desarrollado por Selina del Castañedo, terapeuta ocupacional aficionada a la danza que unió ambas disciplinas con grandes resultados. Cristina, con esclerosis múltiple, vive más feliz desde que comenzó las clases, su familia lo ha notado. Y Nacho ha aprendido a jugar con su hermano, algo que hasta ahora era impensable debido a la imposibilidad de socializar que le genera el síndrome de Rubinstein-Taybi que padece.

La danza social se aleja de todo lo aprendido para reconocerse en un estado más distendido, sin corsés ni normas. Solo pautas sencillas que ayudan a sanar emociones. Este es el objetivo del Conservatorio Superior de Danza de Valencia que ofrece, de forma pionera en España, un grado especializado en la Danza Social. En Por tres razones hablamos con Alicia Herrero, coordinadora, docente y bailarina. También con Antonio Jumilla, profesor y alumno de Alicia. Y con Andrea Ríos, ex alumna que se encuentra en Cuba explorando nuevas fórmulas en la danza.

Más allá de ser una de las mejores bailarinas del siglo XX, Maya Plisétskaya es un emblema de la danza clásica. Destacó en los escenarios de todo el mundo, pero siempre mantuvo un especial vínculo con España.

Maya desde joven se sintió atraída por la cultura española y, tras haber bailado con éxito gran parte del repertorio clásico, comienza a acercarse a nuestro país a través del papel de Carmen. El fuerte carácter de la joven cigarrera andaluza curiosamente se adaptaba a la perfección a su decidida personalidad rusa.

Fue directora del Ballet del Teatro Lírico Nacional -la actual Compañía Nacional de Danza- de 1987 a 1990. Su paso por esta institución, junto a su hermano Azari Plisetsky, fue determinante para consolidar la danza clásica en España. Además, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Las Artes en 2005 junto a Tamara Rojo. Pero sería en 1993 cuando tuvo una de sus mayores alegrías al obtener la nacionalidad española.

Maya Plisétskaya había nacido en el Moscú de 1925, en el seno de una familia de origen judío y su infancia no fue fácil. Siendo pequeña vivió en sus propias carnes el terror estalinista. Fusilaron a su padre cuando ella tenía 11 años y su madre y su hermano pequeño fueron deportados al Gulag en Kazajstán.

La pequeña Maya fue adoptada por una tía suya que era primera bailarina en el Bolshoi, lo que le permitió mantener los estudios de danza que ya había iniciado en su escuela. Entra oficialmente en el ballet del Bolshoi con 18 años y pronto es nombrada primera bailarina, la única en lograrlo a una edad tan temprana.

Con dos obras emblemáticas, El Lago de los Cisnes y La Muerte del Cisne, Maya definirá el conocido Estilo Plisétskaya: manos, caídas, codos de cisne, cabeza erguida, torso inclinado hacia atrás… ejecutado con la máxima perfección técnica y delicada sutileza. Su marido, el compositor Rodion Shchedrín contribuyó a su fama con la creación de cuatro ballets para ella, además de Carmen SuiteEl Caballito JorobadoAnna KareninaLa gaviota y La dama del Perrito.

María Pagés nos recuerda con su baile quién fue Sheherezade, esa mujer que con sus relatos consiguió ahuyentar la muerte, que enfrentó la palabra, el ingenio, la inteligencia a una pulsión asesina y salió vencedora. De su mano, la bailaora enlaza con otros mitos, con otras mujeres. Con dramaturgia de El Arbi El Harti, éste es quizás su proyecto más ambicioso. Sobre el escenario, once bailaoras, cuatro músicos y dos cantaoras forman el elenco.

No podíamos faltar a la cita. El festival internacional Cádiz en Danza cumple 20 años y nos hemos trasladado hasta el Gran Teatro Falla para celebrarlo. Lo hacemos con Lorena Benito, directora de este encuentro y junto a Jesús Rubio Gamo, María Moreno, Luna Sánchez (La Basal) y Ana F. Melero (Colectivo Banquet). Cada uno de ellos baila en un espacio diferente de la ciudad y a través de todos ellos vamos a demostrar que además de oler a mar, estos días en Cádiz huelen a danza.

Nos instalamos en el Espacio de Cultura Contemporánea de Cádiz, con ayuda de Eduardo Esteban en la técnica y Lourdes Palacios con la comunicación, para hablar del XX festival Cádiz en danza, dirigido por Lorena Benot en espacios de la ciudad y en los teatros municipales (Gran Teatro FallaSala Central LecheraTeatro del Títere La tía Norica...) cuyo responsable es Pepe Bedoya. Recibimos a artistas y compañías programadas en esta edición: Jon Maya, Andrés Marín y Cesc Gelabert, los tres de SoliloquiosJudith Argomaniz, Paula Montoya y Garazi Etxaburu (Lasala); Alberto Cortés (El ardor); y Marta Fernández y Ana Cembrero (Taiat Dansa). Y recorremos la ciudad junto con siete gaditanos que acaban de estrenar Las bingueras de EurípidesLas niñas de CádizAna López Segovia, Teresa Quintero, Alejandra López, Rocío Segovia, Fernando Cueto, Jesús Lavi y José Troncoso.

Unspoken es un corto documental de William Armstrong en torno a una coreografía del reconocido Paul Lightfoot después de la muerte de su padre, del que no pudo despedirse. The New Yorker ofrece Unspoken en su web y su canal de YouTube.

Informa Íñigo Picabea

Hoy abrimos en A compás el cuarto volumen de Cuadernos de Creación, la colección de Artes Escénicas y Música editada por el Museo Universidad de Navarra. Y lo hacemos desde la Sala Berlanga, en la Calle Andrés Mellado, en el madrileño barrio de Chamberí, porque es aquí donde se ha presentado esta obra. El libro, dedicado a Jon Maya, comienza con una reflexión: "Como nos decía Oteiza, la mejor forma de ser universal es profundizar en nuestras raíces" Y de eso - de profundizar en nuestras raíces- sabe mucho el coreógrafo, bailarín y director de Kukai Dantza. Hablamos con él y con Teresa Lasheras, directora de Artes Escenicas y Música del MUN y a Ibis Albizu-editora de este cuaderno- en una charla que trasciende los límites físicos de la danza. 

Estos días en nuestras dos compañías estatales, la Nacional de Danza y el Ballet Nacional de España se van a realizar audiciones. Todavía hay plazo para presentarse y nos lo va a confirmar Rubén Olmo, director del Ballet Nacional de España con el que hablamos del ballet que dirige y de la temporada que les espera que, para empezar, les lleva en julio a Méjico, lugar que no pisaban desde hace 18 años.

Además le damos la enhorabuena a los ganadores en la categoría de danza de los premios Max y hablamos con Alicia Amatriain. Nuestra premio El Ojo Crítico se despide de los escenarios el próximo 12 de julio tras pasar más de veinte años en el Sttutgart Ballet.

Nos instalamos en el Teatro Principal de Mahón (Menorca) para recibir a algunos de los ganadores y finalistas de los XXV Premios MaxEl espejo negro (Cris, pequeña valiente), Unahoramenos Producciones (Moria), Mónica López (De què parlem mentre no parlem de tota aquesta merda), Alessandra García y Violeta Niebla (Mujer en cinta de correr sobre fondo negro), Julio Manrique (Carrer Robadors), María Velasco (Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra) y Sandra Ferrús (La panadera), además de escuchar a Jesús Carmona (Baile de bestias), Juan Diego Botto (Una noche sin luna), Guillem Albà y Joan Arqué (Canto jo i la muntanya balla), Luz Arcas (Somos la guerra) y Daniel Doña (Entre hilos y huesos). Con la colaboración de Machús Osinaga y la asistencia técnica de Paco Laguna, de RTVE en Baleares.