El Banco de España pronostica que el déficit público terminará el año en el 2,5%, por encima del objetivo previsto por el Gobierno; además, mantiene la previsión de crecimiento para este año y los próximos, aunque empeora las cifras del paro.
La Comisión Europea ha dado un toque de atención al Gobierno en funciones a cuenta del borrador de presupuestos que le envió la semana pasada. Le advirte del riesgo de incumplir el objetivo de déficit. De hecho, el 3,8% incluido en el borrador presupuestario cuadruplica el 0,9% recomendado. Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso analiza el alcance del aviso con Santiago Carbó, catedrático de economía de CUNEF y director de estudios financieros de FUNCAS.
La Comisión Europea exige a España que actualice su plan presupuestario porque con el proyecto enviado habrá un aumento del gasto público y no se reducirá la deuda.
Con el déficit y la deuda al Estado le pasa, a gran escala, algo parecido que a un hogar. Tiene sus ingresos, básicamente de impuestos y de cotizaciones sociales, y sus gastos, ,sobre todo en pensiones, sanidad o educación. Pero también paga los intereses de los préstamos que pide para tapar agujeros. Tiene superávit cuando lo ingresos superan a los gastos. Y déficit cuando los gastos son mayores, como ocurre ahora. El año pasado, el déficit público se situó en el 2,6% del PIB. Cada décima son unos 1.200 millones de euros de desfase. Eso signfica que el conjunto administraciones públicas gastaron casi 32.000 millones más de los que entraron en las arcas públicas. Por eso, España, a través del Tesoro Publico, pide dinero prestado de forma periódica. Lo hace en los mercados, donde inversores de todo tipo nos financian a cambio de un interés. Casi la mitad de nuestra deuda está en manos extranjeras, pero también en manos de bancos nacionales, de fondos de inversión o del propio Banco de España. Ahora mismo la deuda pública representa casi el 100% del PIB. Es decir, que las administraciones públicas deben casi todo lo que genera la economía española en un año, más de 1 billón de euros. La Comisión Europea vigila de cerca a todos los países para que bajen sus niveles de déficit y deuda. Si aumentan, toca pedir y devolver más dinero y eso condicionará, por ejemplo, nuestros presupuestos. Y si nuestras deudas son muy abultadas y no hay crecimiento, los mercados pueden dudar de nuestra capacidad de pagar y cerrarnos el grifo. Y sin dinero, llega la asfixia financiera y el miedo un posible efecto contagio. Le ocurrió a Grecia, que incapaz de pagar sus deudas en plena crisis, tuvo que ser rescatada.
La Comisión Europea considera que ya no es necesario supervisar de cerca la economía española y propone que salga del protocolo por déficit excesivo que se inició hace 10 años. El Gobierno se muestra satisfecho por la decisión, aunque Bruselas le recomienda seguir haciendo ajustes.
España sale del procedimiento corrector al que Bruselas sometió durante la crisis económica por el elevado déficit público que llegó a estar en el 11%. Es la cara amable del informe presentado hoy. Del otro lado, Italia entra en ese procedimiento corrector tras alcanzar su deuda un 132%. El país italiano paga más por su deuda que por todo su sistema educativo.
David Cano, economista y socio de Analistas Financieros Internacionales, ha explicado en Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso que Italia se enfrenta a una delicada situación económica, con un "problema estructural" que hace que no crezca, y, sin crecimiento, sea "muy difícil" reducir la deuda pública y el déficit. Preguntado por el escenario al que se enfrenta la Unión Europea, ha afirmado que "aunque no es sencillo" hacer pronósticos y hay muchos factores implicados, "hoy la percepción sobre el ciclo económico es peor que hace un año", aunque no cree que esto se traducza en una recesión, si no "en una pérdida de dinamismo" a nivel mundial, "más intensa en la zona euro", en concreto en Italia y Alemania.