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Delegaciones de Baréin y de Emiratos Árabes Unidos (EUA) han ratificado un acuerdo para normalizar sus relaciones con Israel en Washington. Junto a Egipto y Jordania, ya son cuatro las naciones árabes que establecen relaciones con el Estado israelí, todas ellas con Irán como enemigo común.

El acuerdo, además, es un tanto a favor del presidente de EE.UU., Donald Trump, en su política internacional: logra normalizar relaciones entre Israel y algunos países árabes y de paso debilita a Irán. Israel, por su parte, mejora su posición en la región. Ya no está tan aislado. Y Baréin y EAU, dos estados del Golfo, ganan comercialmente.

Los acuerdos ponen más presión sobre el régimen de los ayatolás, que ve cómo sus enemigos se acercan entre ellos, mientras los palestinos se sienten traicionados por los países árabes que ya han reconocido a Israel.

Este martes en la Casa Blanca, Emiratos Árabes y Bárein firmarán el nuevo acuerdo que normalizará las relaciones con Israel. Un pacto que supondrá un cambio de equilibros en Oriente Medio y un espaldarazo para la imagen de Trump como negociador internacional. Estos acuerdos suponen todo un cambio de paradigma en Oriente Medio. Refuerza a Israel y hunde aún más las aspiraciones de los palestinos de crear su propio Estado. Se refuerza también la alianza de Estados Unidos, Israel y las monarquías del Golfo contra el enemigo común: Irán

El presidente de EE.UU., Donald Trump, desafió este sábado las normas sobre COVID-19 en Nevada al celebrar el primero de dos mitines multitudinarios en ese estado clave, en el que acusó de nuevo a la oposición demócrata de "amañar" las elecciones de noviembre al facilitar el voto por correo. Trump habló ante unos pocos miles de personas, la gran mayoría de ellas sin mascarilla, en el hangar del aeropuerto de la pequeña localidad de Minden, a pesar de que en Nevada están prohibidos los eventos que congreguen a más de cincuenta personas, debido a los riesgos de contagio del coronavirus. Coronavirus: última hora.

Donald Trump reconoce que rebajó en público la gravedad del coronavirus al principio de la pandemia porque quería evitar que se desatara el pánico y la histeria. El presidente de EE. UU. se ha visto obligado a reconocerlo al salir a la luz una entrevista al periodista Bob Woodward en la que afirmaba que "es un asunto más complicado, más delicado". Los periodistas han insistido a Trump en cómo deteriora esto su credibilidad y liderazgo.