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La República de Irlanda, vecino de Reino Unido, parece estar llevando la crisis del coronavirus con menor impacto social. Algo más de 1.000 fallecidos en una población que no llega a los 5 millones de habitantes son las cifras con las que cuenta el país. Sin embargo, las autoridades irlandesas decretaron las medidas de confinamiento y la prohibición de actos multitudinarios muchos antes que otros países de Europa. El 7 de marzo ya se prohibió un partido de fútbol que se iba a jugar contra un equipo Italiano. Sin embargo, Irlanda no tiene cifras tan bajas de fallecidos por millón de habitante si se compara con Portugal o con Austria, donde también decretaron medidas rápidamente y donde parece que han conseguido controlar la pandemia.

En nuestro programa hoy, les hablamos de las difíciles negociaciones de la Unión Europea con el Reino Unido para las nuevas reglas comerciales después del Brexit. También analizamos las últimas declaraciones polémicas de Donald Trump en Estados Unidos y la política de vecindad de la UE en el Mediterráneo. Entrevistamos además a Ferran Puig, el director de Oxfam en República Centroafricana, uno de los países más pobres de África, que no tiene las herramientas para luchar contra la pandemia.

Entrevistamos a Eduard Soler, investigador del CIDOB, sobre la relación entre los países de la Unión Europea y sus vecinos mediterráneos y de África subsahariana. La Unión Europea debe tender la mano, asegura Soler, porque la crisis no es solo sanitaria, sino económica y social, y que puede tener repercusiones a largo plazo en la vecindad de Europa.

El encargado de la Unión Europea para la negociación del Brexit, Michel Barnier, ha dicho que no hay avances tangibles en las conversaciones tras una segunda ronda de contactos. Barnier ha calificado la postura británica de "surrealista" ya que el Reino Unido no puede negarse a prolongar la transición y al mismo tiempo retrasar las discusiones en ciertas áreas. El 31 de diciembre termina el periodo transitorio y para esa fecha debería estar listo el acuerdo sobre la futura relación entre Londres y el bloque comunitario, de lo contrario habrá prórroga.

Jonás Fernández es eurodiputado del Partido Socialista en el Parlamento Europeo. En 24 horas de RNE ha analizado la última reunión telemática del Consejo Europeo viendo el vaso medio lleno: "hay acuerdo para respaldar lo alcanzado hace semanas". El principal argumento para defender que "lo mejor es optar por transferencias directas en vez de préstamos" se basa en que "muchos países van a acabar esta fase de la crisis sanitaria con una deuda muy alta" por lo que Europa "no debe dar más créditos para reactivar la economía" sino "invertir de forma directa, ya que adquirir más deuda es contraproducente" ha afirmado.

Jonás Fernández recuerda que el concepto de transferencias directas, que es lo que defiende España en Europa respecto al fondo de reestructuración, "no es nada nuevo" puesto que "empezó a hacerse hace varias décadas gracias a las negociaciones de Felipe González", en alusión a los Fondos de Cohesión y Estructurales.

Los líderes de los 27 estados miembros de la Unión Europea acordaron este jueves la puesta en marcha un fondo de recuperación para relanzar la economía del continente tras la pandemia, pero dejaron para más adelante la estructura del mecanismo. Lo analizamos en este programa, donde hablamos además del nuevo tablero geopolítico después de la pandemia, con el analista Lucas Martín, y repasamos la evolución de la COVID-19 en países como Estados Unidos o el Reino Unido. También tratamos del inicio del Ramadán en el mundo musulmán, y del inicio en Alemania del proceso contra Anwar Raslan, que fue el alto cargo de los servicios secretos sirios. Se trata del primer juicio del mundo por crímenes de lesa humanidad contra miembros del régimen del presidente de Siria Bachar al Asad.

Las muertes diarias con coronavirus han subido este jueves a las 464 en Italia, aunque las cifras ofrecidas por Protección Civil indican que la pandemia se va frenando poco a poco. El relajamiento y la apertura gradual del país, prevista para el 4 de mayo, sigue siendo un proceso con incógnitas,  por ejemplo, sobre el uso de los transportes públicos. Con respecto a la economía, preocupa la prima de riesgo, que se ha disparado en los últimos días. [Coronavirus: última hora en directo

En Todo Noticias Tarde, Esther Ferrero conversa con el catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, José Luis Villacañas.

Bajo el paraguas de la renta básica y desde el punto de vista de la teoría política, Villacañas explica varios elementos que rodean al concepto: las gotas de lluvia que componen el espacio europeo donde aplicarla, cómo imaginar nuevas formas, nuevos paraguas o, en definitiva, nuevas "estructuras de solidaridad".

La renta básica se ha colado en el debate público, con más fueza, desde que arrecia la pandemia. En opinión del catedrático es "completamente necesaria" ya que "si el Estado no atiende estas dimensiones de solidaridad, otras instancias, legales o ilegales, atenderán las necesidades urgentes de una buena parte de la población". Esta idea, que pretende desarrollar la solidaridad es para Villacañas, desde la teoría política, una demostración de que "el republicanismo y las estructuras de solidaridad van permanentemente vinculadas y unidas".

En el contexto actual de crisis por el coronavirus, y por tanto crisis europea, "es necesario implicar a la UE, y se están dando los pasos aunque tímidos. Necesitamos sindicar la deuda para darnos tiempo para poder seguir estando juntos" ha afirmado. De llevarse a cabo, serviría para profundizar aún más en "la reforma de los tratados para llevar adelante una mínima ordenación fiscal" argumenta Villacañas, ya que el filosofo considera que "Europa no puede tener una dimensión soberana de la vida como la moneda única sin tener la otra clave de la soberanía que es la fiscalidad común".

Por eso, Villacañas al contrario que John Grayno cree que la globalización se haya terminado: "No vamos a un mundo de pequeños estados, vamos a un mundo de grandes espacios, y esos tienen tal capacidad de presión que Europa no puede ofrecer resistencia desde el pequeño leviatán". Para desarrollarlo es necesario "llevar adelante una política que matice la globalización, pero no la desequilibre". Frente a toda esta situación el catedrático cree que la brújula actual debe ser revisada: "No podemos mantener las coordenadas del neoliberalismo, ni la premisa de que la economía es la esfera absoluta de la vida, pero tampoco rechazar completamente la racionalidad económica".

Una suerte de equilibrio, por tanto, como propuesta para enseñar a la generación que en estos momentos "es la más golpeada por los errores que han cometido las generaciones mayores": Villacañas nos ofrece como punto de enseñanza "mentalidades abiertas, flexibles, negociadoras y cooperativas que no estén asentadas ni en dogmas ni en unilateralidades" ha enumerado.