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En Libia los rebeldes se acercan a Sirte, el pueblo natal de Gadafi y uno de sus últimos bastiones. El Consejo Nacional de Transición Libio ha asegurado que no habrá negociación posible con él.

Libia vive el fin de la era Gadafi. Tras más de 4 décadas de poder autoritaro, el país norteafricano se enfrenta a un futuro tan esperanzador como incierto. El conflicto dió un giro espectacular la semana pasada cuando los rebeldes, enfrentados a los partidarios de Gadafi, entraron en Trípoli donde todavía se libran combates y crece la cifra de muertos y heridos. Cerca de 50 países, incluidos los de la Liga Árabe, han reconocido la legitimidad del llamado Consejo Nacional de Transición. Sin embargo, las preguntas sobre el futuro de Libia son todavía más numerosas que las respuestas. Falta saber qué pasará con Gadafi, hacía donde se dirigirá la nación y qué países se convertirán en socios privilegiados del nuevo régimen libio.

Los rebeldes libios aseguran controlar el 95% de Trípoli, aunque continúan los combates en la ciudad y la incertidumbre sobre el paradero de Muamar al Gadafi.

La capital se ha mantenido en relativa calma este sábado después de una noche marcada por las explosiones y ráfagas aisladas de armas automáticas, especialmente en dos áreas al sur de la ciudad, Abu Salim y Salaheddin. Los opositores han anunciado el control de "todo" el aeropuerto internacional y del distrito vecino de Qasr Bin Ghichir.

Los rebeldes se van afianzando en la capital, Tripoli. 32 barcos con ayuda humanitaria esperan ante la capital para poder descargar. Y el secretario general de la ONU, Ban-ki Moon ha dicho que una misión internacional de paz, de cascos azules, debería ser la encargada de garantizar un nuevo Gobierno de reconciliación.

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon ha manifestado su intencion de pedir al consejo de seguridad el despliegue de una misión de paz en Libia. Asegura que el país está en una fase decisiva .Mientras, la OTAN despeja el camino a los rebeldes para la toma del último bastión del régimen.

El ministro de Defensa del Reino Unido ha confirmado que los aviones británicos de la Alianza Atlántica han bombardeado el que podría ser el cuartel general de la resistencia en Sirte. La totalidad de la capital ha caído aunque siguen los francotiradores.

Mientras los rebeldes preparan la transición democrática en Libia, lo que más teme la comunidad internacional es que se repita lo que pasó en Irak. La mala gestión de la postguerra hizo que se descontrolara la seguridad y que aumentara la presencia de grupos terroristas.

Amnistía Internacional ha denunciado abusos por parte de los dos bandos en la batalla de Trípoli, donde las fuerzas rebeldes intentan acabar con los últimos focos de resistencia gadafista. Se libra todavía en algunas calles con armamento pesado y morteros. Los muertos están por toda la ciudad y los heridos siguen aumentando, sin embargo, las lesiones no impiden a algunos rebeldes a seguir a pie de cañón.

Los rebeldes libios han desplazado su gobierno transitorio a Trípoli para intentar comenzar a gestionar el país mientras continúan luchando contra los fieles a Gadafi.

"Proclamo el comienzo del trabajo del ejecutivo en Trípoli", ha declarado Ali Tarhouni, miembro del Consejo Nacional de Transición (CNT) desde la capital. El movimiento es visto como un paso crucial para evitar divisiones en el país, fragmentado por diferencias regionales y tribales, principalmente entre el oeste (Trípoli) y el este (Bengasi, hasta ahora sede del CNT).

En una entrevista, Tarhouni ha subrayado que el nuevo gobierno espera reiniciar las exportaciones de petróleo en un plazo de dos o tres meses, y volver a la máxima producción en un año. Mientras Gadafi volvía a dirigirse a sus seguidores para pedirles que libraran las calles de las "ratas" de la oposición, las esperanzas de un final rápido a los seis meses de guerra se están viendo frustrados. En Trípoli, un número indeterminado de combatientes pro-gubernamentales, posiblemente algunos centenares, según Reuters, continúan disparando en las calles y asediando a los rebeldes. Incluso han bombardeado el aeropuerto, que está en manos de la oposición.