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Aviones de combate israelíes han roto la barrera del sonido sobre Beirut este jueves y no es la primera vez que lo hacen, pero en esta ocasión los estruendos llegan en plena escalada y justo cuando el líder de Hizbulá se dirigía a los libaneses por televisión. 

"El enemigo ha traspasado todos los límites, las líneas rojas", ha asegurado Hasán Nasrala, refiriéndose a los ataques masivos del martes y el miércoles, atribuidos a Israel. 

Una declaración de guerra para el jefe de la milicia libanesa que reconoce el golpe y promete vengarlo. Es lo que piden sus seguidores mientras entierran a milicianos, pero también a civiles, incluidos niños, por unos ataques indiscriminados. Por ahora sigue siendo un misterio cómo cientos de buscas primero, y walkie-talkies más tarde, explotaron simultáneamente y sobre todo quién puso las cargas explosivas en cada uno de ellos. Las empresas fabricantes, en Japón y Taiwán, investigan los hechos, pero niegan cualquier responsabilidad y apuntan a otras empresas intermediarias -en Hungría y Bulgaria-, donde por ahora no dan explicaciones. Podrían ser tapaderas del Mossad, los poderosos servicios secretos israelíes en el exterior. 

El ministro de Defensa israelí no se refiere a los ataques, pero asegura que han entrado en una nueva fase de la guerra. Gaza, pese a que no han conseguido los objetivos que se propusieron, pasa a un segundo plano. Ahora gana protagonismo el frente norte. De ahí el envío de más tropas a la frontera con el Líbano, donde el Ejército israelí y Hizbulá llevan casi un año bordeando una guerra directa que parece cada vez más inevitable.

Las explosiones de los dispositivos electrónicos en Líbano prometen un escenario muy complicado para Hizbulá. Una intervención en la cadena de suministro ha comprometido la seguridad de las comunicaciones de la organización. La consultora experta en ciberseguridad Selva Orejón repasa las principales claves de esta maniobra.

La explosión de miles de dispositivos de comunicación de Hizbulá es una maniobra de guerra híbrida, que sorprende a expertos como el especialista en ciberseguridad Antonio Fernández. Los buscapersonas y walkie talkies son, en principio, una tecnología más segura que los móviles, pero el supuesto ataque a la cadena de suministro ha desencadenado decenas de muertes. Todo ello apunta a una escalada de tensión en el conflicto.

Hasta 14 muertos y más de 450 heridos en la segunda oleada de explosiones en Líbano. Pese a que han detonado menos dispositivos que en la jornada anterior, las víctimas han sido mayores ante la mayor carga explosiva que contenían dichos aparatos. El modus operandi parece haber sido el mismo que los del martes con los aparatos buscapersonas. Hizbulá ha culpado a Israel y anuncia un castigo, mientras el país mantiene silencio sobre la autoría, pese a que Tel Aviv ha señalado que, con Gaza controlada, el interés del ejército israelí se centra en el grupo chií.

Una nueva oleada de explosiones, esta vez en walkie-talkies usados por el grupo chií libanés Hizbulá, ha ocurrido en varios puntos del Líbano. Las detonaciones se han producido en concreto en los suburbios del sur de Beirut, así como en el sur y el este del Líbano, según han indicado a la agencia AFP fuentes cercanas al partido. Apenas 24 horas antes, miles de aparatos buscapersonas estallaron de forma similar dejando doce muertos y cerca de 3.000 heridos. Se especula que los dispositivos fueron manipulados para ser posteriormente detonados.

Israel no comenta nunca sus operaciones en el extranjero, pero todas las miradas apuntan al Mossad, a su servicio de inteligencia. Hay muchas incógnitas sobre cómo se organizó el ataque contra Hizbulá. Lo que parece indudable es que esos equipos de comunicación, que eran nuevos, fueron manipulados fuera del Líbano, antes de que llegaran a manos del grupo chií. 

En uno de los casi 3.000 buscas que este martes explotaron en Líbano y Siria se puede leer el modelo y el fabricante: Gold Apollo. Es una empresa de Taiwán, y su dueño asegura que ellos no tienen nada que ver y que una firma europea tiene permiso para vender sus productos.

La sede de la compañía está en Hungría y se llama BAC. No han hecho declaraciones y su web está offline. Medios especulan con que podría ser una tapadera del Mossad, el servicio de espionaje exterior de Israel.

The New York Times, citando a fuentes estadounidenses, apunta a que Israel logró introducir en los buscas una carga explosiva de menos de 50 gramos. La habrían hecho explotar con un mensaje enviado de forma simultánea.

Líbano ha declarado situación sanitaria de emergencia, con los hospitales colapsados con miles de heridos, tras la oleada de explosiones de ayer. Varios pacientes presentan heridas en ojos y han perdido dedos e incluso manos, según ha señalado el ministro de sanidad del país. Entre los muertos hay numerosos miembros de Hizbulá, pero también civiles y dos niños de 8 y 10 años. También ha fallecido el hijo de un diputado del grupo chií en el Parlamento libanés, Ali Ammar quien ha pedido "que haya una respuesta al mismo nivel del ataque y ha advertido que esto puede dar pie a una guerra". Las sospechas de este ataque se centran en el Mossad, los servicios secretos israelíes, pero oficialmente nadie lo confirma mientras el nivel de alerta en la frontera entre ambos países permanece estable.

Una oleada de explosiones en calles, viviendas y vehículos han azotado Líbano tras el estallido simultáneo de varios buscapersonas usados por los miembros de Hizbulá. Las detonaciones han sucedido en zonas de Beirut, sur de Líbano y hasta en Siria, lugares donde está presente la milicia chií. Algunos expertos sugieren que se ha tratado de un sabotaje y que los dispositivos podrían haber sido alterados, en origen, para introducir algún tipo de explosivo que se detonaría con una llamada a distancia. Hizbulá ha acusado a Israel y ha asegurado que llevará a cabo un "duro castigo".

Al menos nueve muertos en Líbano tras un ataque sin precedentes en el que han estallado, de forma simultánea, dispositivos móviles, buscapersonas y varios aparatos que supuestamente estaban en manos de militantes de Hizbulá. Conectamos con nuestra corresponsal en Jerusalén, Laura Alonso, para que nos cuente cómo avanza la situación y la posibilidad de una escalada del conflicto, mientras que el Gobierno de Israel mantiene el silencio y reúne de emergencia su Estamento de Seguridad.

Pocas horas después de que las autoridades israelíes dejaran caer que iban a aumentar la presión sobre Hizbulá, al menos ocho personas han muerto y miles han resultado heridas tras las explosiones de dispositivos buscapersonas en Líbano. Analizamos lo sucedido con Manuel Torres, Profesor Titular del Área de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla

Miles de personas han resultado heridas y ocho han muerto por la explosión de numerosos buscapersonas ubicados en varios puntos del sur del Líbano y en los suburbios de Beirut. Según las autoridades se trata de "un incidente hostil de seguridad sin precedentes" que ha supuesto la detonación sistemática de sistemas de alta tecnología en Beirut y zonas meridionales. El alto número de heridos ha causado una gran avalancha en los hospitales cercanos, y el Ministerio de Salud del Líbano ha pedido a sus ciudadanos que se deshagan de estos aparatos en caso de poseerlos.

El enviado especial de TVE a Líbano, Óscar Mijallo, ha entrevistado al general Guillermo García del Barrio, comandante de las tropas españolas en el sur del país, que actúan dentro de la misión de la ONU (UNIFIL). "A raíz del 7 de octubre, de la crisis entre Israel y Gaza, la situación cambió radicalmente. Este siempre fue un escenario con una calma tensa, y a partir de esa fecha es una crisis de baja intensidad", ha explicado el general. Eso ha obligado a tomar medidas "de protección". 

Foto: ANWAR AMRO / AFP