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Al menos 39 personas han muerto, según el último balance oficial, y 15 están desaparecidas tras hundirse un barco pesquero que transportaba a cerca de un centenar de inmigrantes indocumentados ante las costas turcas, cerca de la ciudad de Esmirna, en el mar Egeo.

Según informa la agencia privada Dogan, el barco aparentemente ha chocado contra un arrecife tras alejarse unos 50 metros de la costa. Según los testimonios de los salvados, 52 personas se hallaban en un espacio cerrado en las bodegas del barco, en su gran mayoría mujeres y niños que intentaban resguardarse del frío.

El vicegobernador de Esmirna, Ardahan Totuk, ha confirmado a la agencia semipública Anadolu que por el momento han sido rescatados con vida 45 pasajeros, y que se han contabilizado 39 cadáveres, aunque las labores submarinas continúan.

Entre los muertos hay nueve niños y numerosas mujeres, ha explicado el gobernador del municipio costero de Menderes, Tahsin Kurtbeyoglu, a la cadena NTV, mientras que entre los rescatados sólo se encuentran una mujer y dos niños. Según las informaciones disponibles, todos los pasajeros son de nacionalidad siria o iraquí.

Tras ser informados por los rescatados, las fuerzas de la gendarmería turca han lanzado una operación y han detenido a dos ciudadanos turcos que consideran responsables de embarcar a los inmigrantes.

Según los testimonios de los refugiados, éstos habían pagado a los dos organizadores para que les llevasen de forma clandestina a Reino Unido.

La Comisión europea pedirá información a España aunque aseguran -desde Bruselas- que el convenio con Marruecos permite la expulsión de inmigranmtes siempre y cuando no haya petición de asilo. Desde la delegación del Gobierno en Melilla, que está gestionando el caso, aseguran en que la operación se hizo conforme a la legalidad: que se trataba de dar una respuesta urgente para una solución humanitaria. Y explican que la asistencia de los 73 inmigrantes en el peñón no estaba garantizada.

Un grupo de unos 25 inmigrantes ha intentado este martes de nuevo saltar la valla de Melilla, de los cuales aproximadamente cinco han conseguido acceder a territorio español.

El derecho internacional impide las expulsiones masivas de inmigrantes. Bruselas se lo ha recordado este martes a España después de desalojar esta madrugada a los 83 inmigrantes 'sin papeles' que habían llegado a la Isla Tierra, en el archipiélago de Alhucemas, cerca de Melilla, en colaboración con Marruecos.

Agentes de la Guardia Civil han desalojado esta madrugada a los 83 inmigrantes subsaharianos que permanecían en la pequeña Isla de Tierra, en el archipiélago de Alhucemas, y han entregado a la gendarmería marroquí a 73. El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, asegura que durante el desalojo no se han registrado incidentes. "No ha sido necesaria la utilización de la fuerza  y han sido reconducido hasta la orilla los 73 inmigrantes que quedaban allí; digo esto porque al final de la tarde, previamente, se habían desalojado a las personas más vulnerables, dos madres y ocho menores que habían sido rescatados y enviados al Peñón de Alhucemas", explica (04/09/12).

Los 71 subsaharianos que llegaron el pasado domingo a la Isla Tierra, un reducido islote junto al Peñón de Alhucemas, han sido desalojados por un amplio despliegue de fuerzas de seguridad marroquíes, que llegaron al islote sobre la una de la madrugada.

En el despliegue, que ha finalizado pasadas las 04:00 a.m., han participado varias lanchas, un helicóptero y varios autobuses que esperan a los subsaharianos en la playa marroquí de Sfiha para, probablemente enviar a los inmigrantes a la frontera con Argelia.

Los más de setenta emigrantes subsaharianos llevaban días pidiendo auxilio desde la isla.

Los Gobiernos de España y Marruecos han llegado a un principio de acuerdo para evacuar a los 81 inmigrantes que permanecen en la Isla de Tierra, según fuentes gubernamentales. Estos 81 inmigrantes, llegados en dos grupos la semana pasada a esta isla, situada en el archipiélago de Alhucemas, permanecen allí a la espera de la solución.