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Unas 2.000 personas, entre ellas víctimas de la dictadura militar (1973-1990), se manifestaron este jueves contra un acto de homenaje al exbrigadier del Ejército Miguel Krassnoff, que cumple una condena de 144 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos.

Varios de los invitados que llegaron a la reunión convocada por el alcalde del ayuntamiento de Providencia, Cristián Labbé, ex guardaespaldas del dictador Augusto Pinochet, en un club situado en la parte oriental de la capital chilena, recibieron una lluvia de escupitajos y fueron insultados por los manifestantes.

En la ceremonia, en la que se calculaba que iban a reunirse unas 200 personas vinculadas a la derecha conservadora, se presentó la cuarta edición del libro "Miguel Krassnoff, Prisionero por servir a Chile", de Gisela Silva.

En el exterior, al menos unos tres generales en retiro que llegaron al lugar fueron arrojados al suelo donde se les golpeó, sin que los carabineros, que en los primeros minutos se encontraba en el lugar con muy pocos efectivos, intervinieran para defender a los simpatizantes de Krassnoff.

Personas de ambos bandos se enzarzaron a golpes en varias ocasiones, hasta que la Policía llegó a la zona con cañones de agua y gases lacrimógenos. Los manifestantes se enfrentaron también a las fuerzas de seguridad.

Amnistía Internacional (AI) ha denunciado la violenta represión llevada a cabo por la junta militar en los últimos días contra los manifestantes en la plaza Tahrir de El Cairo. En un informe titulado: "Promesas rotas: las autoridades militares egipcias socavan los Derechos Humanos", la ONG hace balance de los diez meses transcurridos desde el comienzo de la revolución en el país y denuncia que la actual represión equivale, y en algunos casos supera, a la que en su día utilizó el régimen de Hosni Mubarak.

El informe dice que la junta militar "ha aplastado" a la población mediante una violenta represión, que califica de "lamentable desempeño" del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas al que, además, acusa de haber cumplido "pocos de los compromisos contraídos" cuando asumió el poder tras la caída del expresidente el pasado mes de febrero.

En Egipto, las últimas protestas contra el poder de los militares están cuestionando el proceso de transición a una semana de las primeras elecciones sin Hosni Mubarak. Tres días consecutivos de violentos disturbios han dejado 22 muertos, según el Gobierno. La morgue de El Cairo eleva a 33 los fallecidos.

Tercer día de protestas en El Cairo. Tres personas han muerto asfixiadas por los gases lacrimógenos que ha lanzado la policía cuando intentaba desalojar la plaza Tahrir. Una plaza a la que llegan cada vez más manifestantes, que reclaman que el Ejército ceda el poder a los civiles.

El régimen había aceptado esta propuesta de la Liga Árabe que ahora no parece dispuesto a aplicar. El Presidente Bachar al Assad ha dicho que su país no se doblegará.

En la segunda jornada de enfrentamientos entre policía y manifestantes, hay al menos 15 personas que están heridas. Los disturbios de ayer en El Cairo y Alejandría acabaron con dos muertos y más de 700 heridos. Protestan porque no quieren que los militares supervisen la transición egipcia.

Tras anunciar que aceptaba el plan de la Liga Árabe para enviar observadores, las autoridades sirias han pedido ahora cambios en dicho plan, mientras en el interior del país continúa la represión de las manifestaciones, que este viernes se ha cobrado la vida de al menos 11 personas.

El presidente del organismo, Nabil al Arabi, ha explicado en un comunicado que ha recibido una carta del ministro sirio de Exteriores, Walid al Mualem "incluyendo enmiendas al la propuesta de protocolo respecto al estatus legal y las obligaciones de la misión de la Liga a Siria". "Estas enmiendas están siendo estudiadas", asegura el comunicado.

Según informa la BBC, citando a una fuente siria anónima, Damasco ya había comunicado a la Liga su decisión de aceptar la misión. De hecho, el pasado jueves a última hora, otras fuentes informaron a la agencia Efe de que el régimen de Asad había optado por este plan.

Una multitud de 50.000 egipcios han vuelto a llenar la plaza Tahrir de El Cairo este viernes para exigir a la junta militar que está en el poder tras la caída del régimen de Hosni Mubarak el pasado mes de febrero que transfiera el poder a dirigentes civiles electos ante las prerrogativas que se quiere conceder a la Junta Militar cuando se elabore la futura Constitución.

La manifestación, convocada por partidos de todo el arco político -desde los salafistas hasta liberales y laicos- se ha producido tras la oración del viernes y expresa el malestar creciente de una población cansada de la dilatación del calendario electoral por parte de los militares.

La protesta recuerda a las que se produjeron en la misma plaza durante 18 días en el levantamiento popular que acabó con treinta años de régimen de Hosni Mubarak y tiene como principal queja el blindaje constitucional que pretende el ejército, de forma que estaría fuera de la supervisión del parlamento, dándole el poder de desafiar a un gobierno electo.