Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Todo por el euro y si es necesario, incluso, reformar los tratados europeos, con tal de asegurar el futuro de la moneda única. Sarkozy y Merkel aportarán sus propuestas en los próximos días, antes de la cumbre europea del 9 de diciembre. El objetivo, dicen, dotar de mayor estabilidad a la zona euro, y la canciller alemana ya ha adelantado su apuesta por una mayor convergencia fiscal. Pero donde Angela Merkel sigue sin ceder es en el papel que ha de jugar el Banco Central Europeo, al insistir en la palabra "independencia".

Con la crisis de la deuda en primer plano, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel se han reunido hoy en Estrasburgo. Una cita a la que también han incorporado al recién nombrado jefe de Gobierno de Italia, Mario Monti. Francia y Alemania se han comprometido a presentar en los próximos días una propuesta de reforma de los tratados. Pero ya han anunciado que esa reforma no afectará al Banco Central Europeo

El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, ha subrayado que "el BCE (Banco Central Europeo) debería tener un papel esencial para restablecer la confianza", que es el principal problema que ahora afecta a la zona euro a su entender, horas antes del encuentro que este jueves mantendrán en Estrasburgo del presidente francés, Nicolas Sarkozy; la canciller alemana, Angela Merkel; y el nuevo primer ministro italiano, Mario Monti. La cumbre entre los líderes de Francia, Italia y Alemania se ha presentado como una cita para valorar el plan anticrisis del nuevo Gobierno tecnócrata italiano, liderado por Mario Monti, que busca la credibilidad de Europa. Pero a ella París y Berlín llegan tocados en mayor o menor medida. El miércoles no fue un buen día para ninguno de los dos. Francia recibió un aviso de la agencia de 'rating' Fitch sobre el riesgo de que la crisis de la eurozona le haga perder la máxima calificación crediticia que le asigna (AAA). Mientras, Alemania constató que empieza a tener problemas para financiarse tras la subasta de deuda.

Angela Merkel ha insistido hoy en que la solución a la crisis del Euro es política, que no está en los Eurobonos ni en el Banco Central Europeo. Ninguna palabra para la crisis de la deuda, ni tampoco para las palabras del presidente del Eurogrupo Jean Claude Juncker que ha recordado que la deuda pública alemana es más alta que la española.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha asegurado este viernes que la Unión Europea se ha construido sobre la base de la "amistad de Francia y Alemania" y que luchará con todas sus fuerzas "para preservar la solidaridad y la fortaleza de Europa". Así lo ha subrayado Sarkozy durante un breve discurso en la televisión TF1 y France 2, al término de la ceremonia de conmemoración del final de Primera Guerra Mundial en los Campos Elíseos en París. Sarkozy se ha referido al perdón y la paz como las bases de la construcción europea. "Esa es la herencia que hemos recibido de nuestros abuelos y de nuestros padres y no tenemos derecho de dilapidarla", ha insistido el presidente francés, quien ha hecho estas declaraciones después de la información de Reuters de que existe un proyecto conjunto franco-alemán para escindir la zona euro. Después de un acto oficial de recuerdo a los muertos en la I Guerra Mundial, el presidente francés ha calificado las relaciones entre París y Berlín como fundamentales para continuar con el proceso de construcción europea.

París y Berlín se han dado prisa en desmentir que estén pensando en reformar la zona euro para dejar un núcleo duro de países más reducido, como apuntaban algunas fuentes. La propia canciller Merkel ha recordado que su único objetivo es estabilizar la zona euro en su dimensión actual. El gobierno alemán lo ha negado y la Comisión Europea lo critica abiertamente, al considerar que se pone en riesgo el proyecto europeo. Pero lo cierto es que cada vez cobra más fuerza la idea de una Europa a dos velocidades. El como se haría es todavía una incógnita.

Una Europa de dos velocidades. Es lo que plantean Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Según una fuente oficial de la Unión Europea, Berlín y París han tenido intensas negociaciones sobre dividir la eurozona para hacerla más competitiva. El impulsor es el presidente francés, preocupado porque su país no pierda la calificación de triple A de su deuda soberana. La canciller alemana apoya la idea de diseñar una nueva Europa en la que haya un núcleo duro. La idea del eje franco-alemán supondría una modificación del tratado de la Unión. Algo desde el Parlamento y la Comisión Europea no se plantea. La propuesta tampoco convence al Reino Unido, muy crítico con las decisiones que afectan a los Veintisiete. La cuestión podría plantearse en la próxima reunión del Eurogrupo el 9 de diciembre.

De la cumbre del G20 sale un compromiso para que el Fondo Monetario Internacional cuente con más recursos para actuar como cortafuegos en la crisis de la deuda.