Los enfermos de sida tienen prohibida la entrada o la residencia en 44 países en todo el mundo, entre ellos Rusia, Egipto, Chipre o Singapur. Ni siquiera como turistas. Las medidas se aprobaron hace treinta años, y aún siguen vigentes. Los afectados denuncian que supone una violación de los derechos humanos. Según la ONU, el VIH afecta a unos 34 millones de personas en todo el mundo.