La erupción del volcán en La Palma ha afectado también al sector pesquero del puerto de Tazacorte, que lleva más de un mes sin salir a faenar. "Desde hace dos meses el pescado vino a menos y no sabíamos por lo que era", declara uno de los trabajadores, Adrián Trujilla, quien se pregunta si la lava contaminará a los animales al entrar en contacto con el mar.
La historia más grave es la de César Camacho, el patrón de la cofradía, que, además de haber perdido su trabajo, su casa fue arrasada por la lava. A un kilómetro de su vivienda el volcán entró en erupción y el primer día el hogar de Camacho y de su familia fue sepultado por la colada: "No nos dio tiempo de quitar nada". Ahora vive en casa de una amiga de su mujer.
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