En 14 Horas de Radio Nacional hablamos con Pere Godoy, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología. Hoy Alemania ha presentado su aplicación de rastreo de la COVID-19, como ya hicieron otros países de la Unión Europea como Francia o Italia. Sobre estas apps y si podrían llegar a ser útiles en España, Godoy cree que "se han de valorar". "Hay un problema ético y de confidencialidad que se tiene que tener muy en cuenta pero entramos en una etapa nueva donde es importantísimo que todos los casos se detecten de forma adecuada y se cuarentenen los contactos. Todos los avances tecnológicos que nos ayuden a realizar esta tarea, siempre que no colisionen con derechos básicos, bienvenidos sean", apunta.
El domingo finaliza el estado de alarma en nuestro país, ¿existe temor a un contagio descontrolado? "Hemos de ser conscientes de que los estudios de seroprevalencia nos indican que el 95% de la población española es susceptible a pasar la enfermedad y susceptibles a infectarnos. Sabemos que todavía tenemos transmisión prácticamente en todos los territorios. Ha bajado mucho afortunadamente, pero existe. Si damos la oportunidad al virus a transmitirse en lugares concretos, el virus va a aprovechar esta oportunidad y tendremos brotes" explica Godoy. "Hemos de recordar que en su momento no se detectó el virus porque había transmisión silenciosa" cuenta y hacehincapié en cumplir las medidas sanitarias, higiénicas y no farmacológicas porque "el riesgo lo tenemos". El que haya más o menos [brotes] dependerá de si somos persistentes, pacientes y seguimos con las normas que hemos estado hasta ahora". Sobre la carrera por conseguir una vacuna contra la COVID-19, el presidente de la SEE apunta que podríamos ver resultados en un tiempo relativamente corto "para lo que es la investigación" y que podríamos llegar a ver varias vacunas. "Habrá que ver cual es la más adecuada. En todo caso, antes de 10 meses es improbable que podamos tener una vacuna" aclara. Sobre el papel de los profesionales técnicos y científicos, Godoy cree que "los políticos sanitarios, correctamente asesorados por los técnicos, son los que toman las medidas, a veces muy complejas y difíciles" y apela a "dejar al margen a los técnicos y científicos" de las discrepancias políticas.