Los manifestantes que continúan acampados en el parque Gezi de Estambul desconfían de la propuesta del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, quien el miércoles se mostró dispuesto a convocar un referendum sobre el futuro de esta zona verde.
Los planes urbanísticos para arrasar el parque y construir en su lugar un centro comercial fueron la espita que hizo estallar las protestas contra la brutalidad policial y el autoritarismo del primer ministro, que se han extendido por las principales ciudades del país desde hace casi dos semanas.
Tras el desalojo de la plaza Taksim, en Estambul, el martes, y nuevos enfrentamientos con la Policía en Ankara en la madrugada del jueves, los activistas acampados en Gezi temen ser los próximos.