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¿Por qué ha cerrado Rusia el Grupo Helsinki de Moscú? ¿Qué futuro le espera a la organización de derechos humanos más antigua de Rusia? ¿Se puede hacer activismo en Rusia sin ser silenciado? Lo analizamos con Roman Kiselyov, jefe del departamento jurídico del grupo.

Hablamos con Lisa, una joven estudiante de Odesa que nos cuenta cómo ha cambiado su vida desde que empezó la guerra y cómo reciben los avisos para acudir a los refugios antiaéreos. Además, la enviada especial a Ucrania, Aurora Moreno, nos cuenta en su foto sonora la escasez de voluntarios para unirse al ejército ucraniano.

Reunión de ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas para debatir el envío de más armamento a Ucrania. Según el jefe del Pentágono, el ejército ucraniano podría llevar a cabo una contraofensiva en primavera. Desde el terreno conectamos con Aurora Moreno y Davidl velasco, nuestros enviados especiales a territorio ucraniano. En el programa de hoy nos centramos en un informe publicado por el equipo de investigación de la Unión Europea de Radiodifusión sobre el secuestro por parte de Rusia de niños ucranianos. Pilar Requena, directora de este grupo investigador de la UER, nos lo cuenta en detalle junto a nuestra compañera Mónica Cartes.

Raphaël Glucksmann preside el Comité Especial de Interferencias Extranjeras del Parlamento Europeo. Explica a TVE que llevan año y medio vigilando de cerca las operaciones rusas en la red, que buscan generar el "caos" en los países europeos y una atmósfera de "guerra civil permanente" con el objetivo de "dar la sensación de que la democracia no funciona".

Una investigación de medios públicos europeos, entre ellos RTVE, revela que centenares de niños ucranianos han sido trasladados a la fuerza a Rusia. Según Moscú, los acogen en familias hasta encontrar a sus parientes. Según la ONU y gobiernos de todo el mundo, es un crimen de guerra.

En la investigación, se han identificado tres grupos de niños trasladados de forma forzosa a Rusia o retenidos allí: los procedentes de instituciones de acogida estatales ucranianas u orfanatos, aquellos separados de sus padres en la guerra o los que fueron enviados a campamentos de verano y no han sido devueltos.

Foto: TVE

Maria Lvova-Belova ha dirigido la evacuación forzosa de miles de niños del este de Ucrania a Rusia. Putin la nombró Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño en 2021, con solo 37 años. En julio de 2022, fue incluida en la lista de sanciones de la UE por dirigir el "transporte ilegal de niños ucranianos a Rusia y su adopción por familias rusas", acciones que "violan los derechos de los niños ucranianos e infringen la legislación ucraniana", según la UE.

Pilar Requena,  periodista de RTVE y presidenta de la Red de Periodismo de Investigación de la Red Europea de Radiodifusión,  ha indicado en Las Mañanas de RNE que cuentan con pruebas de que un centenar de niños ucranianos habrían sido secuestrados por las fuerzas rusas, aunque el gobierno de Zelenski denuncia la ausencia de cerca de 13.000. Explica que estos menores proceden en su mayoría de orfanatos y centros de acogida, en los que “antes de la guerra se alojaba hasta 32.000 niños”, aunque también cuenta que “hay niños cuyos padres no pasan los filtros de aceptación”, e incluso familias que mandaron a sus hijos a campamentos cuando los territorios fueron ocupados, y que nunca más los volvieron a ver: “Son secuestros en toda regla”, denuncia Requena.

“Hay vídeos en los que reciben a los niños, en los que entregan a los niños a familias de acogida y en los que visitan orfanatos y hospitales en zonas ocupadas”, ha denunciado Requena, quien culpa a la comisionada para los Derechos del Niño en Rusia, María Lvova-Belova,  de ser la “artífice y la cara visible”. Acusa también a Putin de haber cambiado las leyes para favorecer la rápida nacionalización y adopción de los pequeños ucranianos, y que, además, estén vendiendo la imagen de salvadores: “No se está viendo la voluntad de devolverlos por ningún lado, al contrario”, ha subrayado.

A las dificultades diarias de la guerra en Ucrania se une una creciente preocupación por el patrimonio cultural del país, que intentan proteger a toda costa. Kiev denuncia que el ejército ruso ha robado miles de obras de arte en los territorios ocupados. Los museos están haciendo inventarios y agilizando la digitalización para que las obras robadas no desaparezcan. Además, equipos de abogados trabajan con organizaciones internacionales para que salten las alertas si aparecen en alguna subasta en cualquier lugar del mundo.

Foto: Llegada de obras de arte ucranianas al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid (EFE/Víctor Lerena)

El jefe del grupo paramilitar ruso ha asegurado que han tomado Krasna Hora, una localidad muy próxima a Bajmut, ciudad prioritaria para ambos ejércitos que han mantenido duros combates durante meses. De momento, Kiev no se ha pronunciado. Wagner ha estimado que Moscú podría tardar hasta dos años en controlar la región del Donbás, en el este de Ucrania. Para Rusia es un objetivo clave. El principal asesor del presidente ucraniano descarta cualquier negociación con Rusia. La próxima semana Alemania instruirá a soldados ucranianos en el manejo de los tanques Leopard 2. El 25 de enero el Gobierno alemán aseguró que proporcionaría bindados a Kiev.

Foto: Soldados de Wagner posan a la entrada de la localidad de Krasna Hora (Press service of Concord/Handout via REUTERS)

Las últimas estimaciones apuntan a que 18 millones de personas en Ucrania necesitan ayuda humanitaria debido a los efectos de la guerra con Rusia, esto es cerca de un 40% de la población. Ya hay organizaciones internacionales y locales trabajando en algunas de las zonas más afectadas como Jersón y Mikolaiv, pero advierten de que necesitan más recursos para poder seguir ayudando a la mayor población posible. Foto: AP Photo/Evgeniy Maloletka. 

El centro de Jersón, en Ucrania, es la zona más cercana a las posiciones rusas, a tan solo unos kilómetros. Se trata del lugar más castigado por los bombardeos diarios, sin embargo, todavía hay gente viviendo allí. Las tropas del Kremlin tomaron Jersón durante más de ocho meses y se retiraron hace tres. La ocupación es difícil de olvidar.

"La situación es dura ahora, pero fue peor la ocupación. No tuvimos más remedio que resistir", asegura una de las vecinas de la zona.

Foto: Genya SAVILOV / AFP