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Al menos 39 personas han muerto, según el último balance oficial, y 15 están desaparecidas tras hundirse un barco pesquero que transportaba a cerca de un centenar de inmigrantes indocumentados ante las costas turcas, cerca de la ciudad de Esmirna, en el mar Egeo.

Según informa la agencia privada Dogan, el barco aparentemente ha chocado contra un arrecife tras alejarse unos 50 metros de la costa. Según los testimonios de los salvados, 52 personas se hallaban en un espacio cerrado en las bodegas del barco, en su gran mayoría mujeres y niños que intentaban resguardarse del frío.

El vicegobernador de Esmirna, Ardahan Totuk, ha confirmado a la agencia semipública Anadolu que por el momento han sido rescatados con vida 45 pasajeros, y que se han contabilizado 39 cadáveres, aunque las labores submarinas continúan.

Entre los muertos hay nueve niños y numerosas mujeres, ha explicado el gobernador del municipio costero de Menderes, Tahsin Kurtbeyoglu, a la cadena NTV, mientras que entre los rescatados sólo se encuentran una mujer y dos niños. Según las informaciones disponibles, todos los pasajeros son de nacionalidad siria o iraquí.

Tras ser informados por los rescatados, las fuerzas de la gendarmería turca han lanzado una operación y han detenido a dos ciudadanos turcos que consideran responsables de embarcar a los inmigrantes.

Según los testimonios de los refugiados, éstos habían pagado a los dos organizadores para que les llevasen de forma clandestina a Reino Unido.

Veinticinco soldados han muerto y nueve han resultado heridos en la explosión de un depósito de municiones ocurrida en la noche del miércoles en la ciudad de Afyonkarahisar, en el centro de Turquía, ha informado el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas turcas.

El comunicado atribuye la explosión a "causas aún desconocidas", mientras que las autoridades de la localidad han declarado a la cadena de noticias NTV que se trataba de un accidente, "no de sabotaje ni de un ataque terrorista".

La explosión causó un incendio en la colina donde estaba instalado el depósito, que sólo fue controlado al amanecer, a la vez que se desalojaron las casas más cercanas y se acordonó la zona por temor a que pudiera haber explosivos dispersos.

Según explicó el alcalde de la ciudad, Burhanettin Çoban, a la cadena CNNTürk, una veintena de militares trabajaban desde hace cinco días en el depósito, que contenía sobre todo granadas de mano.

El ministro del Medio Ambiente, Veysel Eroglu, que es también diputado de Afyonkarahisar, ha explicado a la cadena CNNTürk que "una granada de mano explotó por accidente", lo que causó la deflagración. Eroglu ha reiterado que no se trataba de un ataque terrorista, aunque la causa se establecerá de forma definitiva tras una investigación de la Fiscalía.

Este jueves, expertos militares peinan el lugar para localizar y desactivar posibles granadas sin explotar.

Cientos de familiares de jóvenes reclutas destinados al depósito se acercaron al lugar de la tragedia para esperar noticias, mientras que otros hacían cola ante los hospitales para donar sangre.

Agosto está siendo el mes más sangriento en Siria, desde que empezó el conflicto, con 4.000 muertos según la oposición. Y eso aumenta el éxodo de los que huyen. La ONU asegura que ya hay más de 200.000 refugiados en los países vecinos. Como en el Líbano, donde asistir a los desplazados se complica, por el deterioro de la situación.

El consejo de seguridad de la ONU está cada vez más preocupado por la situación en Líbano, donde cualquier chispazo desde la vecina Siria puede encender un conflicto con consecuencias en otros países de la región. El ministro de exteriores sirio ha acusado este jueves a Turquía de armar a los rebeldes.

Son imágenes del atentado con coche bomba que ha causado al menos siete muertos y decenas de heridos en Turquía. Ha ocurrido en el sureste del país, en Gaziantep, una localidad de población mayoritariamente kurda. Al parecer, la explosión ha sido junto a una comisaria, cerca de una parada de autobús. Han ardido dos autocares y varios coches. En la zona suele atentar la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán que reclaman la autodeterminación.

La Organización de Cooperación Islámica suspende a Siria como miembro. Un golpe diplomático para un régimen cada vez más cercado. Un equipo de Televisión Española acaba de llegar a Damasco. La capital siria se ha recuperado del atentado que golpeó ayer el centro de la ciudad.

Todos los países, excepto Israel, refugian a los sirios que huyen de la violencia. Turquía acoge a 50.000 refugiados y al opositor Consejo Nacional de Transición sirio. En este país, se han intensificado los choques con la milicia kurda del PKK. Ankara acusa a Al Assad de suministrarle armas y ha reforzado la vigilancia de su frontera con Siria. El Líbano da refugio a unos 35.000 sirios mientras teme que la violencia que enfrenta a alauíes y suníes se contagie a su territorio, donde ya ha habido varios enfrentamientos sectarios mortales.