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Hoy tiene lugar la Conferencia de Seguridad de Múnich que, aunque estaba preparada desde hace tiempo, se verá claramente marcada por la vuelta de Trump a la Casa Blanca hace menos de un mes. "Se ha pasado de apoyar Ucrania mientras lo necesite, de tenerla en cuenta en las decisiones y de negociar desde una posición de fuerza, a que no entre en la OTAN y que no se le garantice la integridad territorial", puntualiza Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano, en Las Mañanas de RNE con Josep Cuní. Arteaga advierte de que esta situación es muy delicada para los europeos: "Van a tener que asumir su responsabilidad de defensa y seguridad, la de Ucrania y de la OTAN en Europa sin preparación y sin un plan de transición progresivo".

Sobre la futura posición de Ucrania, el entrevistado dice que hay que esperar a saber los resultados de las negociaciones, pero saca algo en claro: "Lo que queda tocado tras los anuncios del presidente norteamericano es la coherencia dentro de la OTAN, la confianza en los Estados Unidos como garante de los acuerdos que ha mantenido en los últimos años con Ucrania, y esa disminución de credibilidad está aquí para durar". El entrevistado incide en que las decisiones de Trump en el contexto de la guerra de Ucrania también están contribuyendo a blanquear imagen de Putin pues, mientras que antes estaba excluido como interlocutor con Occidente, ahora pasa a ser "un interlocutor indispensable".

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconoce que no ha sido agradable enterarse de que Trump habló con Putin antes que con él. No es una cuestión solo de cortesía, dado que el mandatario está intentando no quedarse fuera de las negociaciones que el líder estadounidense pretende entablar con el ruso. Zelenski también ha pedido que participe Europa, y dice que no aceptará una solución a la guerra que no cuente con Kiev. Este movimiento es arriesgado, porque Estados Unidos ha dejado saber que podría cortarle la ayuda militar a Ucrania si el país se desentiende de un eventual acuerdo alcanzado entre Washington y Moscú. En las calles de Kiev. la exclusión de Ucrania preocupa a unos ciudadanos cansados de la guerra y que cada vez desconfían más de los líderes políticos internacionales.