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Los detalles en Europa se suelen cifrar en miles de millones de euros. De ahí la importancia de dejar todo bien atado. Y ese no parece el caso en el Plan Global de Lucha contra la crisis que esta tarde deberían aprobar los jefes de gobierno de la zona euro.

Los tres pilares de esta estrategia anticrisis siguen planteando interrogantes.

Todavía no se ha cerrado con los bancos, que serán los grandes afectados, la quita que se aplicará a la deuda soberana griega. Que sea del 50 o del 60% puede ser vital para la cuenta de resultados de muchos.

Y de ello dependerá la recapitalización. A más quita en los bonos griegos más necesidad de inyección económica. También es importante saber si habrá depreciación en la deuda soberana de otros países y en qué cuantía. Por ejemplo, la banca española no corre riesgos en Grecia, pero en su cartera tiene mucha deuda española. Si esta pierde valor, necesitarán más dinero.

Por si fuera poco, el Fondo de Estabilidad sigue muy abierto. Para llegar a la capacidad del billón de euros apuntada por Merkel, se recurrirá al apalancamiento, utilizándolo para asegurar en torno al 20% de las nuevas emisiones de deuda de países con dificultades e incluso en la compra de bonos. Para ello debería contar con la participación de inversores privados y del Fondo Monetario Internacional.

¿Lo conseguirá? Esa es una duda razonable. La certeza la pone una vez más la canciller Merkel: no quiere ni oír hablar de que el Banco Central Europeo siga comprando bonos en el mercado secundario.

El análisis Económico tiene la mirada puesta especialmente en Alemania donde el Bundestag vota las medidas para salir de la crisis y la cumbre europea que de nuevo parece que se queda en agua de borrajas (26/10/11).

Nueva reunión de la Unión Europea con el objetivo de poner freno a la crisis de la deuda. La quita de Grecia, la recapitalización de los bancos y la ampliación del fondo de estabilidad son los principales puntos de debateLa quita de Grecia, la recapitalización de los bancos y la ampliación del fondo de estabilidad son los principales puntos de debate, pero de fondo sale a flote la incapacidad de los europeos ---hasta el momento--- para ponerse de acuerdo sobre asuntos vitales para la supervivencia de la Unión.

Hablamos con Manuel Marín Manuel Marín gran conocedor de los temas europeos no en vano participó en la adhesión de España en la UE y en la creación de la moneda única.

"La situación es muy difícil porque se pone en evidencia que el sistema de decisión está muy afectado". Me quedo, apunta, con la idea de necesitar estar al borde del precipicio con medio cuerpo fuera para tomar ya las decisiones oportunas.

Pesa mucho en Europa las agendas nacionales y eso al final se pagaPesa mucho en Europa las agendas nacionales y eso al final se paga. Estamos asistiendo al liderazgo de dos países "Francia y Alemania lo cual está provocando fracturas en la zona euro y desconfianza de unos con otros".

En Italia lo hemos visto. Es un problema de liderazgo e institucional.

Alemania es un país que tiene que jugar un papel fundamental por su peso económico y político pero yo me quedo con la visión que tenía Helmut Kohl. Debería ejercer su liderazgo pero sin ajustarlo a su propia agenda nacional.

"El euro no se va a caer aunque sí habrá que reformar el Tratado de Lisboa" con lo que eso conlleva, entre otras cosas, armonizar el IVA y el Impuesto de Sociedades que cuenta con la oposición de Gran Bretaña (26/10/11).

Este miércoles, la Unión Europea se reune en Bruselas, donde se discutirá, entre otras cosas, cómo valorar la deduda pública de los bancos y cómo y cuánto va a ampliarse el fondo europeo de rescates. Sobre este último, la idea es convertirlo en una especie de aseguradora pública, pero todo depende de que el parlamento alemán acepte dicha reforma. El vicepresidente de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, José Manuel García-Margallo, afirma que si hoy no hay acuerdo "habrá consecuencias incalculables" (26/10/11).

Los líderes europeos se ven mañana en Bruselas para terminar el trabajo que dejaron a medias este domingo. De momento no habrá reunión previa de ministros de finanzas. Hay mucha expectación en torno a si de esta cumbre saldrá o no una decisión que ataje de forma definitiva la crisis de la deuda.

Intentando aislarse de las especulaciones, los líderes europeos quieren sacar mañana adelante el plan global de lucha contra la crisis. Lo decía esta tarde Durao Barroso.

Italia, la tercera economía de la zona euro después de Alemania y Francia, se encuentra al borde del abismo aunque sus constantes vitales son mejores que las de muchos otros países. El paro no llega al 8%, dos puntos por debajo de la media de la eurozona. El Gobierno estima que el déficit público se quedará ligeramente por debajo el 4% a finales de este año. Pero la economía italiana tiene un grave problema de deuda pública, 35 puntos por encima de la media de la zona euro. El Estado italiano debe más de 1,9 billones de euros, lo que significa un 120% de su Producto Interior Bruto, es decir, más de todo lo que produce en un año. Los mercados empezaron a desconfiar de la solvencia de Italia a principios de agosto, en medio de la incertidumbre tras los acuerdos de julio para el rescate griego. Fue entonces cuando Italia empezó a tener más fiebre que España en el termómetro de la "prima de riesgo", que mide la diferencia entre lo que los inversores pagan por la deuda pública alemana, considerada la más sólida, y la del resto de países. El efecto balsámico que tuvo la compra de deuda por parte del Banco Central Europeo no termina de remediar los males de la prima italiana, que al cierre hoy de las bolsas europeas marcaba 390 puntos básicos.

La moneda unica vive, seguramente, el peor momento desde su nacimiento se muestra frágil e inestable. Ante la posibilidad de una ruptura, los expertos financieros lo tienen claro. Una política fiscal única, apuntan, que fije los límites de gasto y endeudamiento de los Estados y que dote al BCE de herramientas que permitan respaldar las deudas europeas fabricando, por ejemplo, más dinero aunque eso conlleve inflación.

Los líderes europeos aplazan hasta pasado mañana la solución de la crisis del euro. Solo han adelantado algunas líneas maestras que esperan traducir en un acuerdo para rebajar la inestabilidad y evitar el contagio griego.

"La cumbre de hoy no va a tomar decisiones concretas. Estas se adoptarán formalmente el próximo miércoles", subrayaba antes del inicio del Consejo Europeo la canciller alemana, Angela Merkel. Y no se equivocaba porque, los Veintisiete no han llegado a ningún acuerdo concreto este domingo, jornada en la que se suceden las reuniones para analizar los preacuerdos alcanzados este sábado por el Eurogrupo y el Ecofin para calcular las necesidades de capital de los bancos y la cantidad de deuda que deberá perdonarse a Grecia. El documento de conclusiones de la reunión se limita a hacer recomendaciones genéricas. "La consolidación fiscal y la reducción de la deuda son cruciales para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas y restaurar la confianza", señala el Consejo Europeo en las conclusiones, donde también se solicita una "acción decidida" para reforzar la economía, "asegurar unas finanzas públicas sostenibles y crear empleo y crecimiento". Se espera a las reuniones de los jefes de Estado y Gobierno de la zona euro, que engloba a 17 países, que tienen lugar en la tarde del domingo y el miércoles, para decidir cuestiones más específicas como el refuerzo del fondo de rescate europeo, el ajuste de la participación del sector privado en el segundo rescate de Grecia (el porcentaje de la quita) o el cálculo de la necesidad de capital de la gran banca. Este se cifró en 100.000 millones de euros y, en el preacuerdo, podría aceptarse una posible depreciación de la deuda española, por debajo del 2%, pero solo de forma hipotética, para establecer el supuesto teórico en el que se moverían los nuevos test de estrés.

Los ministros de Finanzas de la UE analizan hoy si elevan del 5 % al 9 % el capital de máxima calidad que exigirán a la gran banca europea para evitar un colapso del sistema financiero por su exposición a la crisis de la deuda. La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, ha negado que se esté estudiando una rebaja de la deuda de España dentro del marco de recapitalización de la banca que negocia la Unión Europea. Asegura Salgado que No hay ninguna quita, y que eso no ha estado nunca sobre la mesa.