Hasta 1982 las competiciones se organizaban por las carreteras que cruzan los alrededores de la ciudad checa. En 1987, tras varios años de ausencia en el calendario del Campeonato del Mundo, volvió a celebrarse el Gran Premio de la República Checa. El circuito de Brno serpentea a través de unas colinas boscosas que ofrecen excelentes posiciones para contemplar las evoluciones de las motos.