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Los rebeldes libios continúan criticando a la OTAN. Afirman que desde que la Alianza se hizo cargo de la operación militar, el 31 de marzo, los ataques sobre las fuerzas de Gadafi han disminuido. Mientras tanto, los sublevados han comenzado a exportar petróleo. Un petrolero ha atracado en Tobruk para transportar el primer cargamento de crudo, que será comercializado por Catar.

La ONU se aferra a las negociaciones con Gbagbo que Francia da por terminadas.

Los esfuerzos para negociar la salida del presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, siguen este miércoles con los representantes extranjeros, según ha manifestado un portavoz de la ONU. Sin embargo, el ministro de Exteriores francés, Alain Juppe, había comunicado previamente que estas negociaciones han fracasado.

"Las negociaciones que llevaban desarrollándose horas y que comenzaron el pasado martes han fracasado por la intransigencia de Gbagbo", ha comunicado Juppe al parlamento de Francia.

Explicaciones de Francia

Por otro lado, volviendo a las negociaciones fracasadas, Juppé también ha señalado que tras la ruptura del diálogo "la voz ha vuelto a las armas" y que las fuerzas de Ouattara tratan de asaltar la residencia presidencial en la que se refugia Gbagbo.

Esta ofensiva, ha precisado, no cuenta con la participación de las fuerzas de la ONU desplegadas en el país ni con el contingente francés, que en los últimos días sí que han bombardeado a las tropas del presidente saliente.

El ministro galo ha explicado que las conversaciones de los últimos días han sido llevadas a cabo por el representante de la ONU en Costa de Marfil con el apoyo del embajador francés, pero que fue Ouattara quien había fijado las condiciones de la rendición.

"Las condiciones fijadas por Ouattara son claras: exige que Laurent Gbagbo acepte su derrota y reconozca la victoria del presidente legítimamente elegido", ha indicado.

Juppé también ha manifestado su deseo de que "tras este periodo de extrema paciencia de Ouattara y de la Unión Africana se encuentre una solución y comience la fase de la reconciliación y la reconstrucción de Costa de Marfil".

La OTAN ha asegurado hoy que la misión militar en Libia sigue a "ritmo implacable" y ha reafirmado su compromiso para proteger a los civiles. Es su respuesta al Jefe Militar de los rebeldes que acusa a los aliados de no hacer nada por la población de Misrata, la tercera ciudad del país, asediada desde hace mes y medio por las fuerzas de Gadafi.

El ejercito del presidente electo, Alassane Ouattara, ha lanzado un ataque final contra la residencia de Laurent Gbagbo, que se resiste a abandonar el poder a pesar de las presiones de Francia y la ONU. La situación de la población civil es dramática.

La OTAN nos ha decepcionado. Está dejando morir día a día a las personas en Misrata. La Otan ha llegado a ser nuestro problema". Son palabras de Abdul Fatah Younis, actual jefe militar de los rebeldes libios y antiguo ministro de Gadafi.

Misrata es una ciudad en el oeste de libia controlada or los rebeldes y sometida a asedio por las troas delrégimen de Gadafi. En Bengasi, se han producido tambien manifestacioes pidiendo un mayor apoyo de los aviones dela OTAN.

Las críticas de los insurrectos se producen cuando aún no se ha cumplido una semana desde que la OTAN asumiera la dirección de las operaciones militares sobe LIbia. Sin los ataques aliados los rebeldes no sólo no avanzan sino que incluso retroceden. Se han visto obligados a retirarse del puerto petrolero de Brega, en el este libio. Los sublevados van a intentar comenzar a exportar petroleo desde las zonas bajo su control. Un petrolero se encuentra atracado en el puerto de Tobruk. Intenta cargar un millon de barriles.

El Presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo,ha negado en esta entrevista telefónica concedida a una cadena francesa que vaya a reconocer la victoria electoral de Outtara y ha añadido que sólo está negociaciando el alto el fuego. Además, ha reclamado un cara a cara con su rival como única manera de que vuelva la paz

En Libia los rebeldes han anunciado que este martes podrían realizar su primera exportación de petróleo desde el puerto de Tobruk. Mientras la OTAN admite que ha causado la muerte de varios combatientes opositores y lo califica de "desafortunado accidente". El enviado especial de la ONU dice que la solución es aún lejana y denuncia una grave situación humanitaria, con casi 400 mil desplazados. El régimen dice que aceptaría la celebración elecciones pero no la marcha de Gadafi.

El padre Maximiliano Herraiz, misionero español carmelita, lleva más de 20 años en Costa de Marfil. Ahora vive en el sur de Abiyán, a 15 o 20 kilómetros de la casa del presidente Gbagbo. En declaraciones a RNE, Herraiz asegura que los combates han cesado y que ahora lo que se escucha en la capital "es un gran silencio".

Para Herraiz, la situación que vive Costa de Marfil la han provocado Francia y Estados Unidos. El primer ministro francés, François Fillon, asegura que el presidente saliente de Costa de Marfil, Gbagbo, está negociando su marcha. "Lo que diga Fillon hay que ponerlo entre comillas y subrayado" porque "el embajador de Francia y el de Estados Unidos fueron a buscar al presidente de la comisión electoral a su casa para que fuera a proclamar como vencedor a Outtara", cuenta Herraiz.

El misionero ve "muy clara" la injerencia extranjera. "Al presidente le proclama como tal el Tribunal Superior de Justicia, y aquí no se ha hecho", asegura. Además, el padre Herraiz cree que es injusto que no se haya querido recontar los votos. "Gbagbo ha pedido que una comisión internacional vea lo que ha pasado en las elecciones. Durante ese período el norte, el cortijo de Outtara, estaba levantado en armas", ha recordado.

Maximiliano Herraiz ha confirmado que el país vive una situación dramática. "Llevamos más de mes y medio con los bancos cerrados y con un embargo de medicinas por parte de la comunidad internacional. No tenemos qué darles de comer a los niños de nuestro orfanato, que se están muriendo de hambre", cuenta.

Francia negocia durante toda la jornada la salida de Costa de Marfil del expresidente Laurent Gbagbo, atrincherado, junto a un grupo de leales, en un búnker del palacio presidencial de Abiyán. Las fuerzas del presidente electo Ouattara mantienen los combates en esa ciudad para forzar su rendición. Naciones Unidas ha alertado de la grave situación que vive la población civil, atrapada por los enfrentamientos.