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La ciudad de Nueva York acoge la cumbre de la ciencia de la Asamblea General de la ONU. Investigadores, gestores públicos y organizaciones de la sociedad civil se dan cita para desarrollar colaboraciones científicas que contribuyan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Allí se encuentra Maite Irazábal, coordinadora de redes de cooperación internacional entre infraestructuras de investigación de Latinoamérica con la Unión Europea. Para Irazábal, es necesario que el conocimiento científico y las tecnologías que ayudan a combatir el cambio climático sean "abiertas y compartidas". Considera que no se pueden priorizar unas problemáticas sobre otras, ya que el cambio climático requiere de soluciones sistémicas: "Si vemos el ecosistema como un todo, cuando uno de los temas no evoluciona, pasa lo mismo con los otros". Además, cree prioritario que "los cultivadores y productores locales" tengan una voz más activa y puedan participar en este tipo de cumbres.

En Estados Unidos, el río Colorado ha registrado su mínimo histórico. Es el río más importante del suroeste del país. Más de 40 millones de personas dependen de su agua, pero ahora se ha limitado su consumo. Cerca de allí, en California, las llamas amenazaban el Parque Nacional de Yosemite. Y al otro lado del país, las inundaciones en Kentucky dejaban un paisaje desolador. En Europa, el verano está marcado por los incendios y la falta de lluvias. Italia ha declarado el estado de emergencia en las zonas que rodean el río Po, que apenas tiene caudal. Mientras, Inglaterra se encuentra en alerta ámbar por posibles inundaciones, cuando hace apenas una semana declararon la alerta por sequía en buena parte del país.

Foto: Un hombre camina por el lago Mead (AP Photo/John Locher)

En un verano con temperaturas que han rondado los 50 grados, Marruecos sufre su peor sequía en tres décadas. Según el Banco Mundial, el país perderá este año un punto de su producto interior bruto (PIB) por esta situación.

Foto: Un rebaño de ovejas es un campo seco en Marruecos (FADEL SENNA/AFP)

La temperatura del mar Mediterráneo, -que ha subido 4 grados- se sitúa cerca de los 30 grados. Una anomalía que preocupa muchos a los expertos porque la función reguladora que hace es vital para evitar noches tropicales y lluvias torrenciales. Las consecuencias, en muchos casos, afecta también a los ecosistemas marino.

Ante el hallazgo, por primera vez, de microplásticos en el interior de los bronquios humanos, en Por tres razones hablamos de la investigación realizada en el Hospital General Universitario de Elche que, en colaboración con la Universidad Politécnica de Cartagena y la Autónoma de Madrid, ha demostrado que "todos estamos expuestos a la inhalación de microplásticos". Carlos Baeza, miembro del Servicio de Neumología del hospital de Elche, es el investigador principal del estudio y su interés nace de formar parte del área EROM, de Enfermedades Respiratorias de Origen Ocupacional y Medioambiental de la SEPAR, la Sociedad Española de neumología y cirugía torácica. Afirma que entre expertos, sorprende tan poca información sobre algo tan perjudicial para el ser humano, ya que a mayor concentración mayor obstrucción, y que éstos pueden permanecer durante años indestructibles, estando la mayoría presentes en prendas de vestir.
 

La factura del cambio climático en la agricultura asciende a 550 millones de euros. Es lo que pierde el campo español cada año. Los viñedos son uno de los cultivos más afectados. En Castilla-La Mancha está en peligro la mitad de la superficie dedicada a la uva.

Foto: Getty Images