- Su madre sobrevivió y vive en Gran Canaria desde su llegada en mayo de 2019
El patrón de la patera ha sido condenado por tráfico de personas
El patrón de la patera ha sido condenado por tráfico de personas
R. es una madre sin consuelo. Hace un año perdió a su bebé de trece meses, ahogada, cuando estaba a punto de tocar tierra en el sur de Gran Canaria a bordo de una patera procedente de Marruecos. En el puerto de Arguinegín todos la conocen como la madre de Sephora.
La Audiencia de Las Palmas ha condenado a ocho años de cárcel al patrón que dejó abandonados a su suerte a decenas de migrantes en una embarcación precaria el pasado 15 de mayo de 2019. Murieron dos personas, entre ellas la pequeña bebé. Esta es su historia.
Padres con al menos tres hijos, en ocasiones más, muchos más. Hijos que llevan con orgullo pertenecer a un hogar con muchos miembros de distintas edades. Una experiencia cargada de valores intrínsecos para los menores, como la responsabilidad del cuidado de hermanos y de los diferentes objetos, como ropa o juguetes, que deben compartir. Su vida es un intenso día a día cargado de complicaciones, sacrificios y, sobre todo, satisfacciones, aunque a veces es difícil de entender visto desde fuera.
Aunque oficialmente todavía no hay detalles sobre cómo sería un posible nuevo confinamiento domiciliario para frenar al coronavirus, cada vez hay más voces entre los expertos que señalan que los colegios deberían continuar abiertos. Una decisión por la que ya han optado en Francia o Reino Unido.
En Turquía siguen encontrando personas con vida bajo los escombros más de tres días después del terremoto que afectó, sobre todo, a la ciudad de Esmirna. El balance de víctimas también aumenta, ya son al menos 91 los fallecidos y hay más de mil heridos.
A la tragedia sigue ahora la polémica. Un informe oficial alertaba ya en 2012 de riesgos estructurales de algunos de los edificios que se han venido abajo. Estaban construidos con materiales de baja calidad y sobre terrenos inestables. En antiguas marismas y ciénagas que fueron desecadas para construir masivamente en los años 60. Terrenos asentados sobre una de las mayores fallas geológicas de la zona. Imposible soportar una sacudida como la del viernes de 6,8 grados de magnitud.
Conciliar trabajo y crianza es siempre difícil y, sin embargo, hay madres que doblan esa apuesta. Son emprendoras, mujeres que abren camino en el mundo de los negocios y que, además, siguen cuidando a sus hijos. El trabajo se convierte en una oportunidad personal y familiar; la familia, en el soporte e incentivo para lanzar y continuar con sus proyectos. Un mundo complejo, que requiere mucho esfuerzo y proporciona a la vez flexibilidad.
La escritora ecuatoriana Mónica Ojeda presenta su primer libro de cuentos: Las voladoras (Páginas de Espuma). Una colección de ocho cuentos en los que aborda el llamado gótico andino y que debe su título a seres de la mitología ecuatoriana, mujeres de un solo ojo, que podríamos asimilar a las harpías de la tradición clásica. Relatos que se desarrollan a más de 3000 metros sobre el nivel del mar en paisajes andinos de la cordillera, junto a montañas, valles, páramos y volcanes, y que intentan indagar en torno a la relación que existe entre la violencia y la hostilidad de lo terrenal con el plano mítico, ritual y simbólico.
Los anuncios de juguetes siguen asociando mayoritariamente el color rosa y los juegos de cuidados, belleza y moda a las niñas y los de acción y tecnología a los niños, según un estudio del Instituto de la Mujer. Aunque se ha evolucionado mucho, siguen perpetuandose los arquetipos de género.
En España uno de cada tres niños está en riesgo de pobreza. Son datos pre-pandemia que, según UNICEF, ya nos situaban entonces a la cabeza del continente europeo en pobreza infantil. Cifras que, dice, han ido a peor con la crisis del coronavirus.
La infancia más desfavorecida ha visto agudizada su situación y asegurar su protección se hace más importante que nunca. Con este objetivo Aldeas Infantiles SOS presenta su informe anual sobre el tratamiento de la infancia vulnerable en los medios.
En casi dos años han recorrido América del Sur, ahora la pandemia les tiene atrapados en Costa Rica
Quizás nada sea más doloroso que la muerte de un hijo, tras una larga e incurable enfermedad. Cada año, centenares de familias pasan por ese trance: madres, padres y hermanos pierden a quien más quieren. A partir de ese momento se inicia un vínculo muy especial con quien ya no está; pero tanto entonces como antes necesitan ayuda, comprensión y acompañamiento para superar la soledad y la culpa.
Carlos de Prada es un veterano periodista y escritor, especializado en temas de Medio Ambiente y de Salud. Ahora nos presenta un nuevo trabajo de investigación, en forma de libro: "Infancia sin Pesticidas"-Una guía práctica para evitar la exposición a sustancias tóxicas durante la infancia- (Editorial "Ediciones i"). Basándose en una gran cantidad de estudios científicos publicados, el libro muestra, de forma muy divulgativa, los serios efectos que diferentes sustancias químicas, pueden tener sobre los más pequeños. También nos muestra las medidas que se pueden adoptar para reducir la exposición a esas sustancias. Hablamos con él de todas estas cuestiones.
La Dirección General de Protección de la Infancia del Gobierno canario ha devuelto sus hijos a cinco mujeres que llegaron en patera a Fuertenventura en las últimas semanas, tras recibir de la Policía y la Fiscalía las pruebas de ADN que acreditan su parentesco.
Alrededor de 1.500 millones de niños en todo el mundo han tenido que dejar el colegio por la pandemia de la COVID-19, una cifra que podría ser superior, según Unicef. La organización alerta sobre el riesgo de que los más pobres no vuelvan a clase y sigan trabajando para poder subsistir, como hace Elimanta, de 12 años, en Kenia, o Andrés, de 11 años, en Chiapas. Unicef calcula que el mundo vuelve a registrar los niveles de trabajo infantil de finales de siglo XX. [Coronavirus: última hora en directo]