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Hoy el BBVA Research presenta sus previsiones para lo que queda de año y en Las Mañanas de RNE hemos querido hablar con responsable de análisis económico de la organización, Rafael Doménech, quien ha subrayado que “es pronto para cantar victoria”, haciendo referencia a la bajada del IPC anunciada esta mañana. “Más que un problema español es un problema europeo”, ha señalado el economista, que destaca también que “los elementos más tendenciales (...) son todavía más persistentes de lo que nos gustaría".

Doménech ha ensalzado el acuerdo social al que llegaron sindicatos y organizaciones empresariales porque, dice, “ayuda mucho” a que se refleje la bajada de precios en las cadenas de distribución, pero apunta a que las subidas de tipos del BCE todavía no han terminado, aunque se mantengan en el cuarto de punto: “pensamos que el Banco Central Europeo no bajará los tipos hasta la segunda mitad del 2024”, ha señalado.


Los precios han vuelto a subir en abril, después del máximo alcanzado en julio del año pasado, un 10,8, el IPC ha ido bajando. Pero este mes, ha vuelto a repuntar casi 8 décimas y la inflación se sitúa en el 4,1%, según el dato adelantado del INE. Tiran hacia arriba los carburantes, que subieron, y la electricidad, que bajó pero no tanto como el año pasado. Los alimentos subieron aunque menos que en abril de 2022.

La inflación subyacente, que no tiene en cuenta ni alimentos frescos ni energía, se ha reducido casi un punto.

El precio de los alimentos está en el punto de mira en los últimos meses, sobre todo desde el inicio de la guerra de Ucrania. Lejos aún de los niveles previos al inicio del conflicto, energía, fertilizantes y piensos han relajado su precio desde enero, pero los alimentos se resisten a bajar para el consumidor.

La bajada de marzo fue mínima, pero espera que sea mayor cuando la caída de los costes se traslade a la cesta de la compra. La distribución cree que tardará un tiempo en tener efecto y los productores avisan de que la sequía puede volver a tensionar los precios.
 

El Índice de Precios de Consumo (IPC) se moderó en marzo más de dos puntos y medio, hasta el 3,3%, por la caída del precio de la electricidad y los carburantes, según el dato definitivo que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Los alimentos siguen disparados y en el tercer mes del año subieron un 16,5%, prácticamente lo mismo que en febrero. En este apartado, lo que más ha subido han sido las legumbres y las hortalizas, especialmente las frescas, que de febrero a marzo se han incrementado un 5,7% más caras.

Foto: Eduardo Parra / Europa Press

El IPC cierra marzo en el 3,3% con la alimentación disparada, pese a que la caída de los precios de la energía en moderó la inflación desde el 6% de febrero, 2,7 puntos menos, su cifra más baja desde agosto de 2021. Si comparamos marzo de 2022, mes en el que comenzó la guerra en Ucrania, con marzo de 2023, el gas, la electricidad y los combustibles han bajado de niveles pocas veces vistos. Pero esto no significa que los precios estén cayendo. En tan solo un mes, de febrero a marzo, se han encarecido un 0,4%. Y es que los alimentos no dan tregua, y la inflación subyacente, la que no recoge energía ni alimentos frescos, acumula cuatro meses por encima del 7%. En marzo, apenas cayó una décima, y sigue estancada en el 7,5%. En un año, los alimentos se han encarecido un 16,5%, suben tanto los frescos como los elaborados. De nuevo, entre los que más han subido en estos 12 meses, están el azúcar, aceite de oliva, leche y huevos. Y por el efecto Semana Santa, también se han encarecido los paquetes turísticos.