El precio de los alimentos está en el punto de mira en los últimos meses, sobre todo desde el inicio de la guerra de Ucrania. Lejos aún de los niveles previos al inicio del conflicto, energía, fertilizantes y piensos han relajado su precio desde enero, pero los alimentos se resisten a bajar para el consumidor.
La bajada de marzo fue mínima, pero espera que sea mayor cuando la caída de los costes se traslade a la cesta de la compra. La distribución cree que tardará un tiempo en tener efecto y los productores avisan de que la sequía puede volver a tensionar los precios.