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Francia ha acogido a unos 26.000 refugiados ucranianos desde el inicio del conflicto. Hace un mes, una madre escribió a su hija en la espalda el número del móvil por si se perdía. A día de hoy, las dos están juntas y lejos de la guerra.

Foto: Cozzoli / Fotogramma / Zuma Press / ContactoPhoto

Artan es un niño de dos años que sufrió el ataque de una mina cuando huía con su familia de Mariupol. Sus padres, sus abuelos y él resultaron heridos, pero todos se han salvado. Ahora se termina de recuperar en el hospital pediátrico de Leópolis, donde trabaja UNICEF y donde su abuela nos cuenta el infierno que pasaron para escapar. Todos ahora dan las gracias a quienes se han encontrado por el camino y les están ayudando a recuperarse. Han estado con ellos los enviados especiales de RNE, Carmen Julia Hernández y Luis Montero.

El enviado especial de RNE, Fran Sevilla, continúa su ruta por el noroeste de Ucrania y llega a Járkov, la segunda ciudad más importante del país. Allí las fuerzas rusas han vuelto a endurecer los ataques, sometiendo a la ciudad a un intenso bombardeo y los vecinos denuncian que los ataques a domicilios de civiles no cesan.

En Leópolis, un centro de psicólogos y psiquiatras atienden en la Universidad Politécnica a miles de personas que confiesan tener ansiedad, ataques de pánico o terrores nocturnos. Muchos se sienten culpables por haber salido de su casa, aunque allí haya guerra, pero sufren por quienes se quedaron allí. El servicio es gratuito. Hay un pequeño cartel en la puerta que dice que solo tienen que tocar el timbre para buscar y encontrar ayuda. Lo cuentan los enviados especiales de RNE, Carmen Julia Hernández y Luis Montero.

Rusia sigue adaptando su estrategia y según la BBC, Putin habría reorganizado su cúpula militar con Alexander Dvornikov al frente de sus operaciones, un militar con experiencia en la guerra de Siria. La retirada de las tropas rusas de zonas como Kiev está dejando a la vista del mundo la tragedia colectiva a la que se han enfrentado los ucranianos. Personas con rostro, nombre y apellidos que han perdido todo. Es el caso de Oleksa, una mujer ucraniana que vivía cerca de Kiev antes de que la guerra estallara y trabajaba en un negocio de gestión inmobiliaria. Cuando comenzó la invasión decidió huir a Leópolis: "Salimos el 1 de marzo y el 2 de marzo empezaron a bombardear mi pueblo. Mi casa fue la primera que sufrió el bombardeo. Yo pensaba, ¿por qué han empezado por la mía?", nos cuenta. Aunque Oleksa podría mantenerse en Leópolis un tiempo, no deja de pensar en regresar a su hogar. "Mis vecinos no me dejan volver, me dicen que están recogiendo y limpiando la casa, entiendo que me están cuidando, eso quiere decir que la situación con mi casa está mal", explica. Aún así, asegura que mientras parte de su casa esté habitable, volverá.

Informan Carmen Julia Hernandez y Luis Montero, enviados especiales

La masacre que ha causado el bombardeo a la estación de tren de Kramatorsk ha acelerado la decisión de muchos habitantes del este de Ucrania de abandonar el Donbás para intentar salvar sus vidas. Zelensky ha asegurado que las fuerzas ucranianas están listas para hacer frentes a la nueva ofensiva rusa, que lleva días acumulando tropas y armamento en el este y sur del país. El presidente ucraniano ha vuelto a calificar esta masacre como "crimen de guerra" y ha recibido visitas de líderes europeos como el primer ministro británico, Boris Johnson, que ha prometido incrementar la ayuda militar al país.

Las evacuación se había ralentizado después del bombardeo, pero ahora se está reactivando y llegan a Kiev oleadas de desplazados, especialmente mujeres y niños.

Informa Fran Sevilla, enviado especial

La Comisión Europea y Canadá se han unido en esta iniciativa para recaudar recursos para dar acogida a los refugiados y para ayudar a los desplazados internos en Ucrania. Cuentan con el apoyo en la organización internacional Global Citizen. El acto se celebra en Polonia "en reconocimiento al papel esencial" de ese país como principal receptor de refugiados ucranianos. Más de cuatro millones han abandonado el país y se calcula que hay además seis millones y medio de desplazados internos. La campaña responde al llamamiento de ayuda que lanzó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al comenzar la guerra.

Foto: Civiles evacuados por la Cruz Roja desde una localidad cercana a Mariúpol (EFE/Cruz Roja)

Se cumple un mes de la llegada de los primeros refugiados ucranianos a Extremadura. Se instalaron en Plasencia, en la casa de una familia que ya acoge desde hace diez años a uno de los hermanos: Maryan. Los pequeños ya están escolarizados e integrados en un club de baloncesto, y la mayor ha encontrado trabajo.

Los refugiados ucranianos que han llegado a España, unos 100.000 según las últimas cifras, están ayudando a mantener vivas algunas de las localidades más despobladas del país. Es el caso de una zona de Ourense, muy envejecida, donde ahora un grupo de refugiados busca rehacer su vida. En el colegio de A Pobra de Trives han creado un aula para la inmersión lingüística en español de siete escolares ucranianos. Y en el instituto han creado otra para once adolescentes.