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México se ha convertido en el tercer país con más solicitudes de asilo del mundo, por detrás de Estados Unidos y Alemania. Muchos de los migrantes que antes pasaban de largo, ahora se quedan bien como destino final o como estrategia para no ser deportados y seguir viaje después. Las solicitudes de asilo se han disparado en la última década: de 300 al año a 300 al día. Fueron, según ACNUR, más de 130,000 los extranjeros que el año pasado buscaron protección en el país. La mayoría haitianos, seguidos de hondureños y cubanos.
Pero la COMAR, el organismo que tramita las solicitudes, está desbordado. Sobre todo, en Tapachula, en la frontera con Guatemala, donde se reciben el 70 por ciento de las solicitudes. La ciudad es una olla presión, que ya ha sufrido pequeños estallidos de violencia. El Gobierno admite hace falta más dinero y personal para atender una ola de refugiados que no deja de crecer. Las estadísticas del primer trimestre de 2022 reflejan un aumento del 32 por ciento respecto al año pasado.
Foto: Protesta de migrantes en Tapachula. REUTERS/Jose Torres

Entre mil y cuatro mil personas son atendidas a diario en un centro de Zaporiyia. Aquí reciben comida, ropa, incluso colchonetas para poder dormir. También les aconsejan a dónde ir, porque la mayoría no quiere quedarse en esta ciudad, a tan solo 30 kilómetros del frente sur de la guerra. En el centro encontramos a Olga, a su marido Mijáil y a su pequeño Timoteo de dos años. Los rusos ocuparon su pueblo, Sádova, donde se ha quedado una abuela que no quería dejar su casa. Ahora se quedan en casa de unos amigos en Zaporiyia. Mientras tanto, reciben ayuda en el centro, como tantos otros.

FOTO: EFE/Manuel Bruque

Odesa lleva semanas blindada ante la amenaza de un gran ataque que, por el momento, no ha llegado. Mientras, centenares de civiles se preparan de manera voluntaria en cursos impartidos por militares para defender la ciudad. Según explican a los enviados especiales de RNE, Aurora Moreno y David Velasco, tienen una duración de 8 horas y entre otros aspectos les enseñan a saber cómo actuar en caso de resultar heridos. Tras el entrenamiento, amas de casa, taxistas y trabajadores de cualquier sector serán divididos entre quienes irán a la línea de frente, quienes defenderán la retaguardia y quienes no serán destinados.

Han enconcontrado de nuevo refugio en las familias que las acogieron en los veranos de su infancia. Son niñas de Chernóbil, hoy madres y refugiadas de la guerra de Ucrania. Nunca perdieron el contacto con sus familias de acogida, pero no imaginaron que volverían a necesitar su ayuda. Y con la guerra han vuelto a su memoria las imágenes de destrucción, el miedo y la incertidumbre que hace 36 años dejó el accidente nuclear de Chernóbil. Son Victoria, Lisa y Svitlana.

Un reportaje de África Huerta y Juan Morello

Esta empresaria ayuda a los refugiados ucranianos en Cantabria con los primeros trámites burocráticos y la búsqueda de alojamiento. Kabanets es hija de padre bielorruso y madre rusa; se considera una rusa nacida en Ucrania "por accidente". Vive en Santander desde hace 22 años.

La ciudad de Mariúpol, al sur de Ucrania, ha quedado destruida tras dos meses de guerra y una dura defensa de los soldados ucranianos. La ciudad portuaria del Mar de Azov tenía 400.000 habitantes antes de la invasión rusa, que hablaban tanto ruso como ucraniano, pero la mayoría han huido o han muerto. 

Foto: Azov/vía REUTERS

La Cruz Roja Internacional y autoridades ucranianas llevan varios días sin poder organizar una evacuación de civiles en Mariúpol. Los intentos de realizar un corredor humanitario fracasan y decenas de civiles continúan sin poder salir de la ciudad. Los que se arriesgan a escapar con vehículos propios llegan a la ciudad de Zaporiyia, al sur de Ucrania, donde la ONG World Central Kitchen les reparte comida caliente. El chef español José Andrés ha supervisado personalmente el reparto de ayuda a los desplazados y expresa su preocupación por las condiciones de vida que deben tener los que se quedan en Mariúpol: "La gente que llega no solo necesita alimentos, parece que quieran un abrazo, sin darte cuenta se ponen a llorar", expresa.

Informa Fran Sevilla, enviado especial

La ciudad de Zaporiyia, al sur de Ucrania, acoge a los civiles que logran escapar de la asediada Mariúpol Allí, la ONG World Central Kitchen reparte comida caliente y alimentos para varios días para los desplazados. Sin embargo, los corredores de evacuación fracasan y decenas de civiles no pueden salir de la ciudad. Allí está Fran Sevilla, enviado especial.

Según ONU Mujeres, casi la mitad de las 244 millones de personas migrantes son mujeres. Ellas migran al igual que los hombres, pero a menudo se encuentran trabas sexistas tanto en sus países de origen, como en los de tránsito y destino.
 

Muchos de los ucranianos que se han visto obligados a dejar su país tras la invasión rusa han llegado a España. En el pequeño pueblo toledano de Villanueva de Bogas, los refugiados han ayudado a aumentar la población y han llenado las aulas de la escuela municipal.

Foto: Mensajeros por la Paz ha convertido un pueblo del interior de Castellón y apenas 98 vecinos, Torrechiva, en el único centro de emergencias de España de acogida de refugiados ucranianos y que alberga hasta 50 personas, sobre todo madres con sus hijos (EFE/Domenech Castelló)