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En las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y en los territorios parcialmente controlados por las fuerzas rusas en Jersón y Zaporiyia han comenzado los referendos de anexión a Rusia, que se extenderán hasta el 27 de septiembre. Los cuatro territorios juntos conforman el 15% del territorio ucraniano. No habrá observadores internacionales. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que actúa como observadora en elecciones, asegura que el resultado no tendrá valor legal porque no se ajusta a la ley ucraniana ni a las normas internacionales, y las áreas no son seguras. Los referendos se producen cuando las fuerzas rusas han perdido terreno ante la contraofensiva de los ucranianos y el presidente ruso, Vladímir Putin, ha ordenado una movilización parcial de reservistas.

Los territorios ocupados por las tropas rusas en Ucrania han comenzado este viernes los referéndums para anexionarse a Rusia, unas consultas que no son reconocidas internacionalmente. Las votaciones terminarán el día 27. 

Canales de Telegram afines al Kremlin muestran una gran afluencia en el primer día de votaciones. En cada colegio, la bandera de los rebeldes a Kiev luce junto a la rusa. El líder prorruso del Donbás, Denis Pushilin, comparte protagonismo con Putin. Hay quien vota en autobuses y hay quien no necesita moverse de casa, porque la urna llega a domicilio. Los soldados acuden en formación y depositan sus papeletas sin sobre ni intimidad. En Lugansk y Donetsk la pregunta es "¿está usted a favor del ingreso en Rusia?". En Jersón y Zaporiyia se añade una pregunta previa: si quieren ser una república popular independiente.

Foto: Ap Photo

Los territorios ocupados por las tropas rusas en Ucrania han comenzado este viernes los referéndums para anexionarse a Rusia, unas consultas que no son reconocidas internacionalmente. Las autoridades prorrusas de las regiones de Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia pretenden que se vote hasta el día 27, mientras continúan los combates en el frente.

Las votaciones se producen sin observadores internacionales ni garantías de neutralidad, y Kiev ya ha advertido que lo considera ilegal. 

Foto: REUTERS/ALEXANDER ERMOCHENKO

Las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk han decidido acelerar la organización de los referendos de ingreso en Rusia después de que la contraofensiva ucraniana haya obligado al Ejército ruso a ceder territorio en el noreste. El órgano legislativo prorruso de la región de Jersón y los representantes de un órgano consultivo prorruso de la región de Zaporiyia se han sumado a las peticiones de las Cámaras Públicas de Lugansk y Donetsk para que se celebre cuanto antes un referéndum de adhesión a Rusia. La consulta se extenderá durante cinco días entre el 23 y el 27 de septiembre. Ucrania los considera "un chantaje" y asegura que los "referendos de la vergüenza no cambiarán nada".

Foto: Un hombre pasa en bicicleta por las ruinas de un edificio destruido por los recientes bombardeos en la ciudad de Kadiivka (Stakhanov) en la región de Lugansk, Ucrania. REUTERS/Alexander Ermochenko.

Estamos en Nueva York, donde ha comenzado la 77ª sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas. Las regiones prorrusas y ocupadas en Ucrania anuncian referendums para los próximos días en torno a su adhesión a Rusia. Entrevista con Fran Olmos sobre el conflicto abierto entre Tayikistán y Kirguistán. Seguimos de cerca las protestas en Irán, hablamos sobre las manifestaciones por la subida del precio del combustible en Haití y estamos pendientes del Huracán Fiona y del supertifón que golpea Japón.

Se cumplen cinco años de las horas más tensas del Parlament.  El 6 de septiembre de 2017, el registro general del Parlament recibió una petición formal de los dos grupos independentistas,  Junts pel Sí y la CUP,  para iniciar la tramitación de la proposición de ley que pretendía dar amparo legal al referéndum unilateral del 1 de octubre.  En Las Mañanas de RNELluís Rabell, activista del movimiento vecinal y líder del grupo parlamentario Catalunya Sí Que Es Pot en la undécima legislatura del Parlament, recuerda esas jornadas con profunda tristeza y considera que “fue un golpe a la democracia política. ” Rabell reconoce que hablaron con los grupos independentistas para “hacerles ver que iban a un callejón sin salida” y explica que ellos lo reconocieron, pero que la situación “acabó sobrepasando a los propios protagonistas y que estaban embebidos de una ensoñación nacionalista y populista.” Lluí Rabell explica que “el ‘procés’ no se puede entender sin contemplar sus similitudes y sus resonancias con lo que ha sido el Brexit, con el Trumpismo en Estados Unidos, con el ascenso de los movimientos de los repliegues nacionalistas, con el ascenso de la extrema derecha en Italia, con la situación crítica en Francia, etc” y que considera que hay cansancio en la sociedad catalana.

La mayoría de los chilenos ha rechazado este domingo la propuesta de nueva Constitución en el país con casi el 62% de los votos, resultado que mantiene de momento el texto actual, redactado en 1980 por la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) y reformado parcialmente en democracia.

"Ha hablado el pueblo de Chile y lo ha hecho de forma fuerte y clara", ha reconocido el presidente chileno, Gabriel Boric. El mandatario, partidario del cambio constitucional, ha anunciado que a partir del lunes trabajará de la mano "de la sociedad civil y del Congreso" para buscar un "itinerario constituyente" y darle celeridad a un nuevo proceso.

Foto: MARTIN BERNETTI / AFP

Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano (RIE), analiza en el Canal 24H las causas del rechazo al proyecto de reforma constitucional en Chile. "Ni la Constitución heredada de Pinochet, aunque reformada en democracia, ni la redactada por la asamblea constituyente convencían a los chilenos". La Carta Magna propuesta, y que ha sido rechazada por el 62 % de los chilenos, era, según Malamud, "sumamente contradictoria, a la hora de definir a Chile como estado pluriétnico y plurinacional, a la hora de dar más poder al Congreso que al Senado, ensombrecer la independencia del Poder Judicial... Y todo esto en un texto muy largo, farragoso y contradictorio". 

Malamud cree que el resultado de la consulta obligará al presidente chileno, Gabriel Boric, a hacer cambios en su gobierno, pero que hay suficiente consenso político en Chile para continuar con el proceso de reforma. 

Foto: REUTERS/Rodrigo Garrido

Cristina Manzano, directora de esGlobal, ha asegurado en La Hora de La 1 de TVE que la sociedad chilena "quiere reformas" pero que no está de acuerdo con la forma en que se ha presentado el cambio constitucional, y por eso lo ha rechazado en referéndum.
"Sociedad y partidos están dispuestos a continuar con el cambio de la Constitución, pero no en la forma en que se ha presentado", ha explicado Manzano. "El texto no ha cuajado con más del 60% de los votantes, para muchos se ha ido demasiado a la izquierda y ha roto con la necesidad de consenso".

Manzano recuerda que el proceso de elaboración de la propuesta de la nueva Carta Magna ha tenido como protagonistas a diputados constituyentes con "completamente atípicos, no de los partidos políticos, sino con un grueso de independientes". Tras el rechazo, "se vuelve a la institucionalidad, y van a tener que ser las instituciones, la presidencia, los partidos políticos y el Congreso, los que tienen que definir como seguirá". "Es una paradoja, pero sigue siendo un experimento político muy interesante el que sigue viviendo chile", considera Manzano. Un proceso que además se está produciendo "de una forma democrática impecable" y sin violencia.

Foto: Presidencia chilena, Afp

Los chilenos están obligados por ley a votar en el plebiscito constitucional, pero también han acudido en masa a los centros de votación movidos por un deber cívico. En sus manos está aprobar o rechazar una nueva propuesta de Constitución, más social y estatalista que la vigente, de esencia neoliberal y sello dictatorial. El presidente, Gabriel Boric, asume que sea cual sea el resultado, habrá que volver a unir al país.

Foto: Ciudadanos votan el plebiscito constitucional en el colegio electoral instalado en el Estadio Nacional, en Santiago (EFE/Alberto Valdés)

Más de 15,1 millones de chilenos deciden si aprueban o rechazan la propuesta de nueva Constitución. De aprobarse, el texto sustituirá a la actual Carta Magna, heredada de la dictadura (1973-1990) y vista por una parte de la sociedad como el origen de las desigualdades del país.

Foto: Un ciudadano vota el plebiscito constitucional en un colegio electoral en el Instituto Superior de Comercio, en Santiago (EFE/Elvis González)