En Rusia, las televisiones estatales trabajan a toda máquina para respaldar a Putin ante las tensiones. Pero Moscú necesita también un relato para el exterior y lo ha construido hablando de genocidio de Ucrania en la región del Donbás y de un supuesto ataque inminente. Solo en los últimos días, Putin ha acusado a Zelenski de bombardear una guardería en Lugansk, de atacar un puesto fronterizo ruso o de enviarles saboteadores que, supuestamente, habrían matado. Ucrania lo niega todo y tampoco hay pruebas de lo contrario.
Con el terreno abonado, Putin ha seguido avanzando. El lunes lanzó un agresivo discurso contra Ucrania y la OTAN, plagado de referencias históricas, y solo al final anunció su reconocimiento a la independencia de las dos repúblicas de Lugansk y Donetsk.
El Gobierno de Alemania paralizará el proceso de aprobación del gasoducto 'Nord Stream 2', una infraestructura estratégica para trasladar suministrodesde Rusia, en respuesta a la escalada de tensiones en Ucrania. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha pedido al Ministerio de Economía una nueva evaluación de la situación del gasoducto del Mar Báltico pendiente hasta hoy de la autorización alemana porque, añade, dadas las últimas acciones de Moscú, este certificado no puede continuar.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha comparecido ante la prensa tras el envío de tropas rusas al Donbás. Ha expresado que la decisión de Vladimir Putin de reconocer la independencia de Donetsk y Lugansk supone una "escalada inaceptable" en la "ya muy tensa" situación en torno a Ucrania y una violación de la soberanía y la integridad territorial de este país y de la legalidad internacional. "Si Rusia decide continuar con una agresión militar, si se decidiera a utilizar la fuerza, las sanciones serán masivas", ha dicho el ministro, que ha añadido que España "será solidaria" con el resto de sus socios europeos. Albares se reunirá este martes con sus homólogos europeos en una cita informal sobre la situación en Ucrania.
Nicolás de Pedro, jefe de investigación en el Institute for Statecraft de Londres, ha dicho en Las mañanas de RNE que Rusia está dando un paso más en una escalada peligrosa para Ucrania y el resto de Europa. "Putin no se va a limitar a las porciones de las dos provincias del este. Quiere controlar Kiev, Ucrania, desde el punto de vista estratégico y obligar a los europeos a aceptar los términos de redifinición del sur que lleva diciendo unas semanas. Esto es solo un primer movimiento que va a tener más episodios y vamos a tener mucha más tensión."
Respecto a Naciones Unidas, asegura que no harán nada porque Rusia es miembro permanente. "El Consejo de Seguridad tendría que tener una reacción pero Rusia tiene derecho de veto, así que no va pasar. Putin quiere más, ha reconocido estos dos territorios, y ahora legitima su intervención en Ucrania porque esos dos territorios son soberanos y la han pedido." Sobre una posible llegada a Kiev, asegura que no se puede descartar. "El objetivo es controlar estratégicamente Ucrania. En Europa occidental se consideran las guerras como algo del pasado, desde la perspectiva rusa para ellos es parte de un juego de poder en el que pueden recurrir al uso de la fuerza." La guerra, asegura, solo surgirá de las acciones de Rusia. "La OTAN va a reforzar la seguridad de los países limítrofes, pero persigue disuadir a Rusia de expandir el teatro de operaciones. Rusia va a poner tensión sobre los europeos. La OTAN se refuerza pero la Unión Europea no va a salir reforzada."
Este jueves se reúne el ministro ruso de exteriores con su homólogo estadounidense Antony Blinken y aunque el Kremlin dice estar listo para el diálogo, consideran que todavía es pronto para plantear el nuevo dibujo de fronteras. Mientras tanto la situación sigue tensándose, ahora por una posible vulneración de los acuerdos de Minsk tras la entrada por parte de Rusia en los territorios de Donetsk y Lugansk, protegidos por este acuerdo. Respecto a ello, el Kremlin dice querer pacificar la zona y a la población prorrusa frente a los ataques del ejército ucraniano, mientras que el presidente de Ucrania califica la entrada de tropas como una violación de la soberanía y la integridad territorial. Informa Daniel Bermejo.
Tras el reconocimiento de Vladimir Putin de la independencia de Donetsk y Lugansk, las dos regiones prorrusas de Ucrania, la reacción de Occidente no se ha hecho esperar. La Comisición Europea y el Consejo Europeo han emitido un comunicado conjunto. Ursula Von der Leyen y Charles Michel prometen en redes sociales que la Unión Europea y sus socios reaccionarán con unidad, firmeza y determinación. Dicen que "el reconocimiento de los territorios separatistas es una flagrante violación de la integridad territorial de Ucrania, los acuerdos de Minsk y el derecho internacional". En la misma línea se han manifestado las administraciones británica y alemana. La Casa Blanca ha anunciado que el presidente Joe Biden emitirá una Orden Ejecutiva que prohibirá nuevas inversiones, comercio y financiación de ambas regiones. También se ha manifestado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg: "Putin no solo socava la soberanía e integridad territorial de Ucrania, sino que erosiona los esfuerzos hacia la resolución del conflicto".
El presidente ruso, Vladimir Putin, envía tropas al este de Ucrania para "pacificar" los territorios prorrusos de Donetsk y Lugansk tras reconocer su independencia.
Foto: Una bandera rusa es vista desde una alambrada en una valla de la embajada rusa en Kiev. EFE/EPA/Sergey Dolzhenko.
La tensión aumenta en la frontera entre Ucrania y Rusia. El presidente Vladímir Putin ha reconocido la independencia de Lugansk y Donesk, dos territorios ucranianos autoproclamados repúblicas separatistas, y el despliegue de soldados rusos ya ha comenzado. Argumenta que es para mantener la paz, pero su decisión tendrá consecuencias, como ya han avisado la Unión Europea y Estados Unidos, que ultiman sanciones contra Moscú.
La decisión de Putin de reconocer la independencia de Donetsk y Lugansk hace saltar por los aires los acuerdos diplomáticos de 2015 y abre la puerta a un posible despliegue de tropas rusas allí. Hace ocho años, Moscú se anexionó la península de Crimea después de la caída del prorruso Yanukovich en Kiev y promovió un levantamiento armado contra Kiev en el Este del país, en Donetsk y Lugansk.
Un conflicto intermitente a pesar de que en 2015 se firmaron los acuerdos de Minsk. Nunca se cumplieron. No se retiraron fuerzas extranjeras ni se reconoció un estatus especial de estas regiones por parte de Kiev. Ahora Putin entierra este acuerdo definitivamente, reconoce su independencia aunque no aclara si eso incluye la zona del Donbás controlada por Ucrania.