Los mandatarios de Rusia y China han aprovechado la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín para estrechar sus lazos. Antes del evento, Vladimir Putin y Xi Jinping han almorzado juntos y, de este encuentero, ha salido un documento conjunto. En él, se comprometen a permanecer unidos frente a las amenazas externas, tanto en cuestiones de seguridad como para apoyarse económicamente frente a sanciones de Occidente. También han firmado acuerdos en sectores clave, como el energético. Concretamente, han acordado aumentar el suministro de gas ruso a China a través de Siberia.
Con su presencia en Pekín, Putin evidencia que las relaciones pasan por su mejor momento y que China es su socio estratégico más importante. A la inauguración, han acudido treinta mandatarios, una cifra lejana a los cien que acudieron a la ciudad por las olimpiadas de 2008. El principal detonante llegó cuando Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia anunciaron un boicot diplomático y acusaron a China de violaciones de derechos humanos en la región autónoma de Sinkiang, Tíbet y Hong Kong.
Informa Yolanda Álvarez, corresponsal de RTVE en Pekín